Nada en este mundo está cerca ni por asomo de huir de la política. La demostración de esto bien puede ser que la guerra comercial que están llevando a cabo Estados Unidos y China ha acabado por afectar al sector tecnológico, y por asociación, al de los videojuegos. Todo esto empezó con unas amenazas de Donald Trump y su ejecutivo a las aplicaciones Tik-Tok y WeChat hace unas cuantas semanas; y ahora todo va camino de ser aún más enrevesado.
El Gobierno estadounidense dio unas semanas a estas aplicaciones para cesar sus operaciones, abriéndoles la puerta de ser vendidas a empresas norteamericanas que controlen los datos vertidos en ellas. Tras unas semanas de negociación, parece que Microsoft se cae de la puja y que sería Oracle quien se llevaría Tik-Tok, la más suculenta de las dos tanto por volumen de usuarios como por su joven target asociado.
Mientras Tik-Tok es de una empresa china llamada Douyin, WeChat pertenece a nada más y nada menos que Tencent, uno de los mayores conglomerados empresariales del planeta. Entre las actividades de Tencent una muy importante como es el sector del videojuego, donde cuenta con editoras y desarrolladoras tan importantes como Riot Games (League of Legends, Valorant), así como el 40% de Epic Games (Fortnite, Epic Games Store, Unreal Engine).
Quizás haya sido por eso que el Gobierno estadounidense ha mandado unas cartas a estas dos empresas que operan en su territorio. Tanto Epic como Riot han recibido un mensaje preguntándoles por sus "protocolos de seguridad", en lo que parece una curiosidad centrada en el tratamiento de los datos de los usuarios.
No parece razonable que el Gobierno estadounidense obligue a estos dos mastodontes del videojuego a seguir los pasos de Tik-Tok y ser vendidas a empresas autóctonas como pudiera ser Microsoft, pero con Donald Trump al mando, todo es posible.