Consejos generales para enfrentar los duelos
Ellos te conocen, tú a ellos no
Los duelos de Ghost of Tsushima están bastante bien logrados y parten de una premisa fundamental: los jefes conocen cuales son tus movimientos y las formas en las que puedes atacar y están preparados para responder ante tus agresiones. Sin embargo, los patrones de ataque de cada jefe son diferentes y algunos te obligarán a esquivar, otros a realizar bloqueos precisos o a mantenerte a la defensiva.
Fase de tanteo
En relación con el punto anterior, lo mejor es que inicies cada combate ante un jefe en duelo con una fase de tanteo en la que te mantengas a la defensiva. Una vez observados los movimientos disponibles, se trata de memorizarlos y actuar en consecuencia. Los jefes pueden combinar, por ejemplo, tres movimientos en los que dos requieran esquiva y el último bloqueo, por lo que es muy importante saber cómo reaccionar a cada una de sus agresiones.
El duelo evoluciona
Aunque no es tan habitual como en otros títulos, si se aprecian ciertas variantes durante los combates. Conforme vamos rompiendo la postura del rival (a los jefes siempre hay que atacarles con el triángulo para ir desgastando) y restándoles puntos de vida, es muy posible que algunos vayan atacando de formas diferentes e incluso más a la desesperada. Tras acribillarlos un par de veces cuando hayas acabado con su guardia, repite el tanteo para observar posibles cambios.
La concentración
Conforme avanza el duelo, iremos ganando concentración en determinados momentos. Bien por romper la postura y hacer daño o por los bloqueos, tendremos a nuestra disposición una forma de curarnos. No es demasiado generosa, pero es nuestro único recurso. Es importante gestionarla bien y no desaprovechar ni una opción de ganar algo más de vida. Eso sí, si tenemos una buena cantidad de vida, podemos tratar de utilizar alguna técnica mítica para hacerlo más fácil.
Postura
Aunque la mayor parte de los duelos son contra espadachines y solo requieren activar la Postura de Piedra, debemos estar pendientes. En ocasiones puede que encontremos algún lancero o enemigo de otro tipo que nos desafíe al uno contra uno. Debemos prestar atención y estar preparados, aunque el juego nos lo recordará si estamos perseverando demasiado con la postura inadecuada.
Prioriza la defensa
Los intercambios de vida con los jefes no nos beneficiarán a la hora de ganar el duelo. Normalmente ellos tienen muchos más recursos que nosotros. Las prisas no son buenas consejeras y lo mejor es atacar a máximo rango con el triángulo para romper la postura o esperar a hacer un buen bloqueo o esquiva para, de nuevo con el triángulo, restarles vida mientras acabamos de romper su equilibrio.