El Summer Split de LCS 2020 no pudo comenzar con peor pie para Riot Games. La máxima competición norteamericana de League of Legends debía enfrentar el desafío de acometer la retransmisión lejos del estudio. Aunque se esperaba un bajón de calidad, los aficionados no podían predecir que todo pareciera fruto de una improvisación apresurada que rozaba la desgana.
A las bajas de Jatt y Ovilee en el equipo de retransmisión se sumó una realización bastante menos trabajada que la de cualquier Liga Regional Europea de League of Legends y que parecía orquestada por el mismo genio creativo que firmó la campaña de presentación del quinteto de SK Gaming para el presente Split competitivo de LEC.
Enfrentar los desafíos de no poder realizar una retransmisión al uso no es sencillo, pero los equipos han pagado millones de dólares por estar presentes en la máxima competición de League of Legends en su región. Ha habido meses para terminar de adaptar el formato a la nueva situación y en este caso no se trata de necesitar una inversión desmedida. Trabajo, creatividad y voluntad hubieran sido suficientes para conseguir buenos resultados.
Sin cambiar de registro, el equipo de LEC ha demostrado en los últimos meses que es posible hacerlo mejor. La alergia de las marcas a los eventos en línea es ya un problema en el mundo de los deportes electrónicos y este tipo de situaciones no hacen más que reafirmar un prejuicio que ya no debería existir.