Hace poco hemos publicado nuestras primeras impresiones tras dos horas de juego con The Last of Us Parte II, uno de los juegos más esperados del año.
En esta primera toma de contacto hemos visto el dinamismo de la jugabilidad o el potencial gráfico del juego de Naughty Dog, pero también hay muchos detalles que pueden pasar por alto.
Los amantes de los retos pueden estar satisfechos, ya que el juego permite escoger el Modo Superviviente desde que instalemos el juego, sin que sea necesario completar la aventura para ponernos a prueba, tal y como ocurría con el Modo Realista en el juego original.
El Modo Superviviente es el más difícil de The Last of Us Parte II y se puede jugar desde la primera vez. Pero, os aseguramos, que es un auténtico reto que os hará sudar debido a la precisión que implica. Aquí, el sigilo del juego cobra una mayor dimensión, y estaremos en constante tensión para poder avanzar de forma satisfactoria.
Principalmente, este modo incrementa el daño recibido. Un simple impacto de bala enemigo, o que nos reduzcan entre infectados, acabará con nosotros en un momento. Un aliado puede ser una de las mejoras que tiene Ellie en la que se otorga una segunda oportunidad si recibimos un impacto mortal; facilita un poco la tarea, pero no creáis que demasiado.
Esto hace que, quien decida apostar por este modo de dificultad extremo, tenga que incidir en el sigilo. La infiltración es parte de la esencia de la saga The Last of Us, y en estos apartados tan exigentes es donde sale a relucir una experiencia que bien podría ser más cercana con la realidad. Un 'Battle Royale' en el que tendremos que sobrevivir ya sea ante enemigos humanos o infectados.
Además, si se elige esta opción, los recursos serán más limitados, lo que nos obligará a explorar a fondo los escenarios y a no meternos en refriegas que puedan dejarnos 'secos' de munición o de objetos. Hay que ser muy inteligente a la hora de usar cada uno de los elementos que tengamos a nuestro alcance.
La IA de los enemigos, especialmente de los humanos, es de las mejores que hemos visto en los últimos años. Para empezar porque, si detectan nuestra presencia, no dejarán de buscarnos incluso aunque hayan perdido el rastro.
En otros juegos de sigilo, cuando pasa un tiempo desde que no nos han detectado, los rivales se 'olvidan' de lo que ha pasado. Aquí no cesan en su empeño y rebuscan por toda la zona, incluyendo debajo de camiones. Una tensión absoluta que se maximiza al tener en cuenta que, si nos pillan y estamos en inferioridad numérica -lo habitual durante todo el juego- estamos bastante jodidos. Y de las partes en las que los perros nos rastrean por el olor, ni os hablamos.
El buen trabajo de la IA también se ve en los tiroteos. Los enemigos actúan en función del arma que tenemos. Si ven que tenemos una pistola o el arco, se acercarán con menos miedo que si tenemos una escopeta, con la que mantienen las distancias. Por supuesto, si ven que nos hemos quedado sin munición, vendrán hacia nosotros sin contemplaciones.
Por todo esto, es importante saber usar todo lo que tengamos a nuestro favor para salir airosos de cada circunstancia que nos ponga por delante la aventura. Algo que se irá aprendiendo mediante prueba/error. Casi como si fuera un juego de la saga Souls. Acabar con los enemigos sin hacer ruido -se puede poner un silenciador a la pistola, pero se desgasta a los pocos usos- o simplemente avanzar mediante distracciones son la mejor solución.
Hemos tratado de completar este tramo de dos horas en el Modo Superviviente y hemos sudado tinta china. Lo conseguimos, tras mucho esfuerzo. ¿Podremos extrapolarlo al juego completo?