The Last of Us Parte II es uno de los juegos más esperados del año y ya hemos podido echar el guante a la versión final de las aventuras protagonizadas por Ellie.
El contenido del que podemos hablaros es de una sección intermedia del juego, donde la protagonista debe llegar a un hospital. Es una secuencia un tanto más extendida de lo visto en el último State of Play, por lo que nos ceñiremos a esta sección en concreta y a nuestras impresiones con la jugabilidad, sin entrar en detalles acerca de matices argumentales.
Antes de llegar al hospital, debemos emprender un largo camino por la ciudad de Seattle, en la que podemos toparnos con todo tipo de problemas. Se han incrementado los peligros para Ellie, lo que provoca una constante sensación de tensión y agobio, duplicando lo que ya ocurría en la primera entrega.
Aquí, Ellie va sola, acompañada de los escasos recursos que se encuentra por el camino. En The Last of Us 2 es muy importante la exploración. Desde Naughty Dog viajaron en varias ocasiones a Seattle para darle realismo a su arquitectura y, tenemos que investigar a fondo sus calles, devastadas ante la pandemia del cordyceps,
Aunque el desarrollo del juego es principalmente lineal, la exploración se antoja prácticamente necesaria para obtener recursos que nos sirvan para hacer frente a los enemigos, ya sean humanos o infectados. En este aspecto, el juego sigue una línea muy similar al del primer juego, donde tendremos que rebuscar por cajones para encontrar munición, o materiales para craftear objetos como minas trampa, silenciadores o cócteles molotov -también se pueden encontrar pastillas para mejorar las habilidades del personaje o coleccionables en forma de cromos-.
La diferencia es que aquí, los lugares más ricos en recursos requieren un ligero desvío del camino principal. Por ejemplo, nada más empezar el nivel, vemos un hotel al que no tenemos por qué ir, pero allí encontramos muchos objetos extra que, creednos, vienen muy bien, especialmente en los niveles de dificultad más elevados.
Lo mejor es que no son simplemente puertas que abrir, sino que estas zonas requieren de ingenio para acceder; rompiendo ventanas para atravesar un balcón y alcanzar una habitación que estaba bloqueada o hacer lo propio lanzando una cuerda para balancearnos.
También nos encontramos pequeños puzles, muy sencillos de resolver, en los que tendremos que resolver la combinación de cajas fuertes en las que se esconden los mejores recursos. Debemos investigar por la zona para dar con el código de acceso; The Last of Us 2 encaja buena parte del contexto de su historia en el lenguaje omnisciente, a través del entorno o las notas que dejan las personas en las que reflejan los estragos de la situación que está desolando a la humanidad.
Esta amplitud en los escenarios -no esperéis nada exagerado, eso sí- aporta otro enfoque a la hora de encarar cada uno de sus tramos. Ahora, tendremos más margen de elección, tanto si queremos acabar con los enemigos haciendo uso de nuestro arsenal de armas o bien, si preferimos avanzar de forma sigilosa. Esta última es la opción más recomendable para disfrutar de la verdadera esencia del juego.
Basta con echar un vistazo a los escenarios para ver que, en Naughty Dog han diseñado absolutamente todo con el sigilo como nuestra principal arma. Es aquí donde el juego vive sus mejores momentos. La atmósfera de tensión que se crea es algo que hemos visto en pocos juegos. La respiración de Ellie en situaciones de peligro, el ya icónico sonido de los chasqueadores o los silbidos que dan entre sí los Scars, una nueva facción enemiga, para comunicarse cuando han visto u oído algo sospechoso, nos ponen el nudo en la garganta. The Last of Us 2 es supervivencia pura y dura; y la inmersión que consigue en estos momentos es magistral; propia de otros tiempos.
Para pasar desapercibidos contamos con infinidad de recursos. Tanto por el arsenal de Ellie como por el diseño de los escenarios, tenemos varias posibilidades a la hora de hacer frente a los enemigos. The Last of Us 2 tiene un dinamismo en su jugabilidad que muy pocas veces hemos visto en un videojuego; desde Metal Gear Solid V, diríamos que ningún juego ha conseguido tanta verticalidad, inmersión y posibilidades a la hora de tomar el control de un personaje.
Gracias a esto, podemos pasar del sigilo a la acción directa en apenas unos instantes. Los escenarios están repletos de vegetación para camuflarnos. Dependiendo de cómo sea de alta, tendremos que ir agazapados o incluso reptar. En algunas zonas, como en el aparcamiento que se mostró en el tráiler del E3 2018 -todo lo que se vio en aquel tráiler, es posible-, hay que tener mil ojos y agudizar la función de escucha -excepto en los niveles de dificultad más altos- para que no nos sorprendan por la espalda. Podemos aprovecharnos de cualquier recoveco para intentar no ser detectados; incluso resguardarnos debajo de un camión o... ¡nadar! Ellie ya no necesita subirse a palets para atravesar zonas acuáticas.
Pero ojo, los enemigos humanos tienen una IA muy cuidada y pueden agacharse a comprobar prácticamente cualquier lugar. Son en estos momentos de infiltración en los que más se respira la esencia The Last of Us. También habrá perros que detectarán nuestro rastro y tendremos que hacer uso del ingenio para distraerlos y que pierdan la atención en nosotros. El agobio y la tensión son constantes.
Pero también podemos aprovechar este dinamismo a nuestro favor. En los videojuegos de infiltración, normalmente, para acabar con un enemigo que va a caminar por delante de nuestra ubicación, debemos mantenernos agachados hasta esperar que pase. Aquí, podemos abalanzarnos directamente hacia ellos cuando estén a escasos metros e inmovilizarnos, sin darles tiempo a que den la voz de alarma; o incluso lanzar un ladrillo para que queden aturdidos durante unos segundos y aprovechar ese impasse para acabar con ellos.
Ellie no se andará con chiquitas a la hora de acabar con la vida de los enemigos. Sus ira provocarán que las ejecuciones sean absolutamente bestiales, por medio del cuchillo de la protagonista, que rebana cuellos como si fueran de mantequilla. The Last of Us 2 es un título muy salvaje; lo que profundizará en la inmersión. Y en algunos tiroteos, tratarán de hacernos sentir culpables: si un enemigo ve que matamos a un compañero, dirá su nombre con dolor, lo que habla de una humanización -o deshumanización, según se mire- de la obra.
En cuanto al combate, además de esos detalles como el mencionado, que se cuentan por cientos, hay mucho más. Cuando no quede otro remedio y haya que enzarzarse en tiroteos, Ellie tiene varias armas a si disposición, entra la que no falta su inseparable arco, que maneja con tanta destreza.
La verticalidad mencionada anteriormente también se muestra aquí. Podemos atacar a los enemigos incluso escondidos tras los matorrales. Incluso, si nos disparan, caeremos al suelo tumbados boca arriba y, desde ahí, podemos devolver el ataque; un detalle que ya vimos en el mencionado MGSV y que pocas veces más hemos podido realizar en esta generación.
Por supuesto, también hay enemigos infectados, con los que se vive verdadero terror. Especialmente si hay chasqueadores cerca. En esta sección en concreto también aparecen los acechadores, que se esconden en cualquier rincón para abalanzarse contra nosotros, darnos un susto de muerte y, de paso, atraer la atención de los temibles chasqueadores, los enemigos más peligrosos. Las pulsaciones se disparan cada vez que debemos atravesar por zonas oscuras repletas de estos seres mutados tras el desastre natural provocado por el brote que pone en liza todo el entramado narrativo de la saga.
A nivel técnico, The Last of Us 2 es apabullante. Podría pasar perfectamente como un juego de nueva generación y no pasaría nada. Si la primera entrega fue el techo gráfico de la pasada, este será el de la actual generación. No solo por el mimo con el que se ha diseñado cada segmento del juego, sino por el amor por los detalles propios de Naughty Dog, que incrementan el componente inmersivo. La cara de rabia de Ellie. con la vena de la frente hinchada cuando está ejecutando a sus enemigos es solo un ejemplo de los muchos que nos dejan con la boca abierta.
Queda muy poco para tener The Last of Us Parte II entre manos. El próximo 19 de junio llegará a las tiendas pero antes, concretamente el 12 de junio, podréis leer nuestro análisis del juego en el que os contaremos todos los detalles de uno de los candidatos a Juego del Año.