VALORANT ha sido todo un éxito desde su lanzamiento como beta cerrada hasta el apagado de los servidores en la preparación para el próximo lanzamiento. Incluso se ha especulado con su llegada a consolas y parece que el equipo está dispuesto a explorar otras plataformas en las que llevar el nuevo shooter táctico de Riot Games a otro nivel.
Sin embargo, el lanzamiento de VALORANT en consolas podría no ser una gran idea. Valve ya intentó llevar CS:GO a Xbox con unos resultados bastante poco satisfactorios y evidenciando los problemas que supone trasladar la precisión requerida para jugar a este tipo de títulos a los mandos de videoconsolas.
El apuntado, un problema para VALORANT en consolas
El debate con la asistencia al apuntado que ha surgido en Fortnite o Call of Duty en los últimos meses podría ser uno de los aspectos más fáciles de subsanar. Basta con no mezclar a los jugadores de una u otra plataforma para hacer que sea posible que todos disfruten de su particular versión de VALORANT, aunque transformaría la experiencia del juego.
Los mandos son dispositivos increíbles para transmitir el movimiento. El doble joystick permite una libertad difícil de conseguir en los ocho ejes que todavía ofrece el clásico WASD de la mayoría de los shooters de mercado en PC. Cada sistema de control de entre los disponibles está pensado para jugar a un tipo de títulos. Por eso es tan complicado, por ejemplo, disfrutar de un título de conducción sin dotar de mando a nuestras bestias de la “Master Race”.
También el exigente control de retroceso es poco menos que imposible en un mando. Los tiroteos rápidos en los que un jugador debe acabar eliminado para el resto de la ronda se sustituirían por unos enfrentamientos disparo a disparo o en ráfagas cortas que a la vista del espectador ajeno serían poco menos que ridículos. Habría que despedirse de esa precisa bala en la cabeza nada más traspasar una esquina.
Si VALORANT llegase a consolas la ventaja de los defensores se elevaría a su máximo exponente, pues sería prácticamente imposible cruzar una esquina con la precisión suficiente como para acabar de forma rápida y justa con enemigos que pueden acecharnos desde múltiples ángulos. Este cúmulo de problemas puede resumirse en una premisa muy sencilla: los elementos que caracterizan al juego no serían los mismos.
Traducción e interpretación
Pese a que todos los pronósticos están en contra de la llegada de VALORANT a consolas, tampoco hubo motivos para presagiar que League of Legends podría aterrizar en dispositivos móviles y los mismos sistemas de sobremesa a los que ahora se cierne la sombra del nuevo shooter táctico de Riot Games.
A falta de probar Wild Rift, las informaciones preliminares de las que contamos son más que ilusionantes. Riot ha sabido transformar el mensaje, apostando más por el libre albedrío de la interpretación que por la ciencia exacta de la traducción. El periodo de creación habrá tenido sus desafíos, pero más relacionados con la creatividad que con la restricción.
Con lo mostrado hasta ahora, está claro que desde Riot han sido capaces de crear una versión que sirva como complemento en lugar de como sustituto. Wild Rift no es un League of Legends peor. Hay limitaciones y restricciones, pero no se han afrontado con la intención de ofrecer un simple hermano pequeño para saciar las ganas de jugar de aquellos que no siempre disponen del tiempo y los medios para echar una partida en ordenador.
El VALORANT de consolas
Si algún día vemos VALORANT en consolas, es muy probable que no sea el mismo juego. Parece imposible conseguir implementar con exactitud todo lo que pasa en VALORANT. Hay un motivo por el que los shooters en consola tienden a parecerse a Battlefield y Call of Duty y un razonamiento detrás de la existencia de medidas controvertidas como la ayuda de apuntado.
Hay ciertos elementos en un videojuego que no cuentan con una traducción exacta a otros sistemas de control. VALORANT necesitaría un lavado de cara completo para evitar el estrepitoso fracaso que fue Counter-Strike en consolas y no renunciar a la esencia de un juego que tiene mucho que aportar al sector.
El desafío, aun así, está a la altura de una renovada Riot Games que parece poder con todo lo que le pongan por delante. Si vamos a poder ver “League of Legends para móviles”, hay un motivo para no perder la esperanza en que algún día llegue “VALORANT para consolas”. Puede que no sea exactamente el mismo juego, pero si finalmente Riot se anima es muy probable que consiga llevar a cabo un trabajo capaz.