Movistar Riders llegaba al Road to Rio con la oportunidad de hacer historia; también rodeado de críticas, escepticismo y desconfianza generalizada. Los jinetes habían demostrado su inconsistencia en el pasado y el gran público ya perdía la esperanza. La eterna resurrección del Counter-Strike español tendría que posponerse, o eso comenzábamos a pensar. Desgastados y sin ilusión, estábamos a punto de tirar la toalla.
Ya lo dijo Fernando Piquer: los críticos, los haters y los que suben y bajan del barco no dejan de ser los primeros que quieren que el club triunfe. Movistar Riders nos ha puesto a prueba en innumerables ocasiones, pero también son los responsables de los momentos más ilusionantes en la historia del CS:GO nacional. Desde la presentación de su quinteto hasta hoy, la presión ha estado encima de todo lo que involucraba al club.
Con algunas travesías por el desierto de por medio, Riders ha hecho valer en solo dos partidas todo el sufrimiento. Los jinetes pusieron a los jugadores españoles en el mapa del Counter-Strike en su enfrentamiento ante mousesports. Un partido que puede ser irrelevante al final de la fase de grupos, pero que ha espoleado a la afición. Un público totalmente entregado a sus ídolos que devolvió a los fans lo que más necesitaban: esperanza.
El protagonista fue steel, el jugador brasileño tomó la batuta en cuanto llegó y dio una nueva cara al equipo. Sin embargo, fue más impactante la vigésima resurrección de un sobresaliente Mopoz. Un jugador sobre el que ha caído el peso de las críticas y considerado responsable del mal hacer del equipo, que sufrió un importante bache en el último mes mostrando una inconsistencia inusitada.
El partido ante mousesports siguió un guion poco habitual. Los bandos favorables se convirtieron en los malos para ambos conjuntos, algo que permitió a Riders superar su condición de equipo sparring con el que todos van a pegarse golpes durante los entrenamientos. Hubo jugadas increíbles y buenas balas. También errores, entre la presión del rival y los nervios la partida casi se le va a nuestros jinetes. Sumar la 16 en el Inferno fue, si no menos, una minucia irrisoria comparada con la presión que supuso la forzada por la decimoquinta en Train.
Un empate en el mapa que se ambienta en alguna perdida república soviética y tras de si dejó una prórroga. Una en la que Movistar Riders supo entrar con fuerza y sin que les temblara la mano que controla el ratón. En la ronda decisiva las bajas se fueron sucediendo hasta dejar solo a woxic. Hubo que amaestrar al temible AWPer turco, pero pronto llegó loWel, que con una bala al casco y otra al pecho lo dejo en el suelo.
La primera parte de esta gesta está conseguida: un equipo español ha sido capaz de llevarse por delante al cuarto mejor equpo del mundo. Por delante quedan otros de los mejores conjutnos europeos. También encuentros más discretos como el que los enfrentará a Contact y en los que habrá que sangrar. Durante meses perdimos la fe, pero no podemos más que estar agradecidos por recuperar la esperanza. El resultado final está por determinar, pero ahí reside la magia del deporte.