El antitrampas de última tecnología y prácticamente infranqueable que anunció Riot cuando presentó VALORANT resultó no ser tan efectivo como se esperaba. Apenas dos días después del lanzamiento de la beta cerrada ya teníamos las primeras muestras de que los tramposos podían llegar y, además, de que serían tremendamente efectivos con sus programas.
En principio, los desarrolladores esperaban al menos dos semanas sin cheats desde el lanzamiento de la beta, sin embargo, estas predicciones algo optimistas nunca terminaron de cumplirse. Además, en una entrevista concedida a IGN, también ha revelado algunos de los aspectos más polémicos de Vanguard, el anticheat con el que está equipado el juego.
Según declaró Paul Chamberlain, el programador del antitrampas, Vanguard comienza a ejecutarse en el momento en el que iniciamos nuestra computadora. Según explica, esto se lleva a cabo para evitar una de las prácticas habituales de los tramposos: iniciar los programas de ayudas antes de arrancar el anticheat. Un mecanismo tan simple como efectivo.
Riot ya ha llevado a cabo una oleada de bans para los jugadores que hacen trampas. El sistema todavía debe pulirse y la desarrolladora encontrará un desafío de importancia capital. Acabar con los tramposos en un shooter es una de las claves del éxito y es imprescindible que estén a la altura del desafío.