Ver el menú inicial de Final Fantasy VII Remake es algo que transciende más allá de lo emocional. Ver la Buster Sword – Espada Mortal- de Cloud ahí clavada, y las letras de Nueva Partida, en perfecto castellano, es prácticamente como estar dentro de un sueño. 23 años después podemos revivir una de las aventuras más épicas del mundo de los videojuegos. Para muchos, el mejor videojuego de la historia. Es casi inevitable sentir un cosquilleo recorriendo la piel e, incluso, emocionarse.
Porque, podéis estar tranquilos: Final Fantasy VII Remake está a la altura, y los cambios a nivel jugable, que creaban escepticismo por dejar de lado el combate por turnos, se disipan en el momento en el que Cloud hace frente a su primera batalla contra dos centinelas en la estación de tren de Midgar. Y la emotividad se dispara al revivir, de una forma tan dinámica y frenética, esos escenarios que recorrimos hace más de dos décadas en forma de polígonos amorfos.
Después de pasar tres horas con Final Fantasy VII Remake nos hemos quedado con muchas ganas de más. Eso es lo mejor que se puede decir en estos casos.
Como sabéis, el juego no incluirá todo el contenido de la obra original, sino que solo cubrirá la parte que va desde el inicio, hasta la huida de Midgar. Eso, que en la aventura primigenia no os llevaría más de diez horas, aquí se ha multiplicado con un montón de nuevo contenido, tanto a nivel jugable, como a nivel narrativo. Ahora, la aventura estará dividida en capítulos y, aunque solo hemos profundizado en los dos primeros –algunos compañeros de prensa pudieron ver el capítulo 7 pero nosotros lo degustamos más tranquilamente- ya hemos encontrado suculentas novedades.
Novedades que, en ningún caso faltan al respeto a la obra original, algo muy importante para quienes tienen en alta consideración el juego de 1997. Las que pueden ser más peliagudas para este sector son a nivel narrativo y, por lo que hemos visto, llegan sobre todo a golpe de flashback. No cambian la esencia de los personajes, sino que ayudan a profundizar más en su personalidad. Hemos podido ver algunas escenas de recuerdos que nos servirán para conocer más detalles del pasado de Cloud y su relación con otros personajes. Especialmente con Sephirot, quien ahora hace acto de presencia antes de tiempo, incidiendo incluso de forma jugable, de una forma que no diremos para no chafar la sorpresa a nadie. Si tuviéramos que apostar, diríamos que el villano por antonomasia será todavía un mejor personaje en FF7 Remake, donde conoceremos más sobre sus oscuras motivaciones y su mente perversa.
De esta forma, Square Enix ha dado en el punto exacto para que, a nivel narrativo, encandile a las dos generaciones a las que está enfocado este remake. Los que jugaron en su día tienen el plus de la emotividad, aderezado con nuevas secuencias que profundizarán en el contexto de la aventura y en el desarrollo de los personajes, estando ahora mejor estructurados. Los nuevos usuarios podrán disfrutar de una trama con un desarrollo y progreso adaptado a los nuevos tiempos, que les ayudará a comprender mejor la leyenda que hay a su alrededor.
Donde Final Fantasy VII Remake se juega todo el prestigio es, sin duda, en la jugabilidad que proporciona su remozado y, cuando fue presentado, discutido sistema de combate. Os diríamos que, podéis estar tranquilos: es lo mejor que han creado desde Square Enix hasta la fecha. Y de largo.
Aquí es donde, sobre todo, entra en juego el tener que satisfacer a dos generaciones bastante diferentes. Y lo hace. Vaya que si lo hace.
Los combates de Final Fantasy 7 Remake son divertidísimos. La decisión de Square Enix de dejar a un lado los combates por turnos ha sido acertadísima. El resultado: batallas épicas y emocionantes en las que, por supuesto, no falta la estrategia.
Machacar los botones de ataque como si de un hack and slash se tratara, puede servir con algunos enemigos básicos, pero ya os decimos que no servirá ante los enemigos más exigentes. De hecho, hay momentos en los que nos ha sorprendido positivamente los picos de dificultad que algunos enemigos en concreto ofrecían, sin ni siquiera ser jefes finales. FF7 Remake será un reto, y eso es algo que agradecerá una gran parte del público.
El nuevo sistema aporta mucha versatilidad a cada refriega. Cada simple batalla contiene grandes dosis de estrategia, haciendo que limitarnos a machacar el botón de ataque estándar sirva de muy poco. Como ocurría en el juego original, es muy importante alternar entre los personajes que conformen nuestro pelotón y hacer uso de sus ataques y habilidades únicos para mermar las fuerzas enemigas. Simplemente, pulsando el botón direccional, podremos cambiar de personaje. Por ejemplo, si vemos que un enemigo está a cierta distancia, lo más coherente es hacer uso de Barret. Siempre debemos tener en cuenta que, a cada enemigo, le afectan diversos ataques y cada uno de ellos tiene un punto débil en el que centrar nuestra ofensiva.
Ahí entra en juego el conocimiento de los patrones, tanto de nuestro equipo como de nuestros contrincantes, para usar en consecuencia el ataque o movimiento que mejor nos convenga y así multiplicar el daño. Además, con los gatillos podremos consultar y seleccionar las acciones que otros personajes tienen a su disposición y cambiarlas sin tener que estar constantemente cambiando de avatar controlable. Nuestros aliados se comportan de forma muy práctica gracias a eso, asistiendo al cometido de forma espléndida, y sin problemas de IA.
Cada personaje tiene una habilidad única que emplear según las circunstancias. Por ejemplo, Cloud cuenta con un modo ofensivo, con el que multiplica la potencia de sus ataques, aunque estos se vuelvan algo más lentos. Un aspecto ideal para relucir cuando hayamos conseguido que el estado del enemigo se vuelva a ‘vulnerable’, reduciendo sus defensas al mínimo. Esa estrategia que mencionábamos y que prima más de lo que parece en esta reimaginación de Final Fantasy 7.
No hay que olvidar que esto es un RPG, y a medida que avancemos encontraremos nuevos objetos -y materias- para nuestros personajes, que servirán para mejorar nuestras habilidades o parámetros. Y que será vital dedicarle tiempo a los menús destinados a ello para potenciar nuestro equipo y facilitar la tarea de salvar Midgar.
La esencia de antaño sigue latente de muchas formas. Tendremos que estar pendientes también de la barra BTC, que nos permitirá diversas opciones, como utilizar una habilidad o lanzar un hechizo. Para proceder, tenemos dos opciones. La primera es asignar una función que encaje con nuestro estilo de juego al menú rápido, al que accedemos pulsando L1. Eso nos permitirá guardar cuatro acciones y utilizarlas de forma inmediata.
Lógicamente, y más a medida que avancemos en el juego, tendremos numerosos ataques y objetos. Para eso está el menú de acciones, al que accedemos pulsando X, y con el que podremos navegar entre todas nuestras habilidades, hechizos o pociones para utilizar según la situación lo requiere. Al hacerlo, tendremos reminiscencias del combate por turnos original, ya que el tiempo se ralentizará para que podamos dar el paso adecuado sin agobiarnos en demasía. Como detalle, los ataques especiales tienen la misma coreografía que en el original, lo que os hará soltar más de una lagrimilla, seguro.
Todo esto da como resultado combates tremendamente vertiginosos y divertidos. Nos fuimos del evento con la sensación de que, como ya hemos dicho, es el mejor sistema de combate creado por Square Enix hasta la fecha. Cierto es que, en los escenarios más estrechos, la cámara puede darnos algún que otro quebradero de cabeza, pero su elevado ritmo, sus espectaculares coreografías y las múltiples posibilidades que ofrece, nos dejaron con la boca abierta.
A la inmersión también ayuda un apartado técnico espectacular. Jugamos en PS4 Pro y todo transcurría que una fluidez que asustaba, incluso con varios personajes y efectos en pantalla impactándonos al unísono. Muestra de que el estudio nipón está poniendo un mimo desmedido a la aventura, a sabiendas de las exigencias que tienen ante sí de actualizar uno de los mejores videojuegos de la historia. En muchos de sus juegos, como Kingdom Hearts 3 o el propio Final Fantasy XV, el framerate se resentía más de lo debido. Pero, por lo que parece, eso no ocurrirá con FF7 Remake.
Un amor por el detalle que también se aprecia en el diseño de los personajes, una impresionante iluminación a tiempo real que pondría casi en entredicho al cacareado raytracing o incluso en pequeños detalles, como el color cambiante de las materias en la espada de Cloud.
Por último, un detalle a tener en cuenta es que el juego está perfectamente subtitulado al castellano. Se han adaptado los diálogos para evitar errores icónicos como el mítico “¡Allé voy!”
Si antes teníamos ganas, ahora, después de haber podido jugar tres horas, estamos que nos subimos por las paredes para que llegue el 10 de abril y podamos disfrutar de Final Fantasy 7 Remake.
Descubre la lista de invocaciones mostradas en los tráilers o en los vídeo de pre-reserva de FF7 Remake.
