La LCS, la máxima competición norteamericana de League of Legends, está repleta de imports europeos y coreanos, así como de viejas glorias autóctonas. Eso da pie a estadísticas y datos muy sorprendentes como que en la LCS haya más daneses jugando que en LEC, la competición europea de League of Legends, o que todos los equipos cuenten con un jugador que haya ganado la LCS en su plantilla.
Bueno, todos no. Cloud9, que en estos momentos ostenta un balance de diez victorias y cero derrotas en la LCS, es el único equipo que no tiene un ganador de LCS en su plantilla. Este dato, que podría parecer anecdótico, es indicativo del momento que está viviendo la máxima competición de Norteamérica.
En 2018, Cloud9 pasó a la historia como el primer equipo de Norteamérica en llegar a todas unas semifinales de Worlds. Fnatic les echó por la vía rápida (3-0) del torneo, pero el cambio de registro del equipo en apenas unos meses fue más que notorio gracias al trabajo de Bok “Reapered” Han-gyu, su entrenador. Cuatro meses atrás se encontraban en la última posición de la LCS norteamericana, para luego rubricar la mejor actuación de un equipo de su región en la historia de los mundiales.
A la vista de los malos resultados en el split de verano de 2018, Reapered sorprendió a propios y a extraños al mandar al banquillo a Nicolaj “Jensen” Jensen, Zachary “Sneaky” Scuderi y Andy “Smoothie” Ta, dando la titularidad a los jugadores de la academia Greyson “Goldenglue” Gilmer, Yuri “Keith” Jew y Tristan “Zeyzal” Stidam. Reapered se reunió días antes de realizar este movimiento con el propietario del club Jack Etienne, comunicándole la necesidad de hacer algo tan radical a causa de que "este equipo nunca llegará a playoffs".
Para Reapered, había una falta de motivación en el seno de los jugadores hasta entonces titulares, por lo que se tomó esta medida disciplinar; eso sí, con un barniz de cara al exterior de cambio de rumbo deportivo. Y funcionó, porque le dio un fondo de armario al equipo que no tenía y jugadores como Jensen, escalaron una barbaridad en SoloQ. Habían entendido el mensaje.
Ese es un ejemplo de lo radical que puede ser el técnico coreano de Cloud9 para conseguir sus objetivos. Y eso es algo que también se puede apreciar en la confección de la plantilla 2020, con bajas como la de Sneaky, toda una institución en Norteamérica. La temporada 2019 había sido decepcionante para el equipo, sucumbiendo en el plano regional ante el yugo de Team Liquid y siendo incapaz de pasar de grupos en Worlds.
Etienne, en total sintonía con el radical Reapered, puso en el mercado a jugadores de primer nivel del equipo como Svenskeren, Zeyzal, Deftly y Kumo. Evil Geniuses pagó 2 millones de dólares por estos jugadores, suficiente para que el equipo hiciera caja y pudiera afrontar el traspaso del mercado: hacerse con el apoyo canadiense Philippe "Vulcan" Laflamme a cambio de 1.5 millones y el contrato de Johnsun.
Le emparejarían en la calle inferior con Jesper "Zven" Svenningsen, un jugador clave para equipos como Origen o G2 Esports pero que nunca ha dado el do de pecho en Norteamérica. Un chollo si tenemos en cuenta su rendimiento en este arranque de LCS 2020.
Cloud9 es el equipo con menor tiempo de media en sus partidas de toda la LCS, con 29 minutos y 36 segundos. Esta marca es tres minutos inferior al segundo más rápido, que es CLG, equipo que ha perdido 9 de las 10 partidas disputadas. Esta dominación por parte de Cloud9 habla muy bien del equipo, y más teniendo en cuenta el estado del metajuego, más lento que hace unos meses.
Sin embargo, también habla mal del resto. El nivel de la LCS nunca había estado tan entredicho e incluso el propio Vulcan lo expresó de esta manera con Travis Gafford: "La LCS es realmente débil ahora mismo, con el nivel más bajo en mucho tiempo".
Habrá que ver hasta dónde es capaz de crecer Cloud9 durante esta temporada, y más teniendo en cuenta la escasa fuerza de sus rivales en su liga. Sin embargo, aún sin una piedra de toque realmente dura en la LCS, Reapered y Etienne han tomado la decisión correcta.
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