GameStop es una de las grandes cadenas de venta de videojuegos al por menor. La empresa cesó hace ya varios años su actividad en España ante la imposibilidad de generar beneficios suficientes que justificaran el mantenimiento de la cadena en territorio patrio. La industria del videojuego está cambiando. La adaptación por parte de las grandes compañías es crucial para mantenerse frente al auge de las ventas digitales y no parece que GameStop esté siendo capaz de conseguir una buena estrategia de supervivencia.
La cadena de tiendas vuelve a enfrentar una crisis en lo que respecta a los beneficios de su actividad económica. Las consecuencias, según refleja Polygon a través de varias entrevistas con empleados, estarían cayendo sobre el personal que trabaja en las tiendas y sus responsables, en lugar de en la propia directiva de la marca.
Desde la propia revista ya se acusó en el pasado de condicionar a los empleados para llevar a cabo técnicas de venta intrusivas que convertían la experiencia de ir a una tienda física en algo desagradable. Sin embargo, la situación no venía provocada por una suerte de gran conspiración de todos los vendedores para ser tremendamente ineficientes. Ellos, como casi siempre, cumplían las órdenes. Eran obligados a elegir entre maximizar el beneficio o ser expulsados de su puesto de trabajo.
“La empresa funciona a un ritmo frenético y desconfiado” o “creo que cerrarán mil tiendas este año” son algunas de las frases literales extraídas de las entrevistas realizadas por Polygon. Desde la directiva de GameStop se amenaza con nuevos cierres de tiendas a aquellas que no consigan los beneficios esperados.
La compañía espera aumentar las ventas con la llegada de la nueva generación de consolas, pero muchos empleados están ya al límite de la desesperación debido a la presión a la que son sometidos y a la necesidad de recabar datos y ofrecer a los clientes nuevos teléfonos móviles incluso si solo quieren comprarse un videojuego.
En general, la situación no acaba de arrancar y señalan también a Fortnite como uno de los grandes enemigos de la tienda física. La dedicación casi exclusiva al battle royale de Epic Games estaría causando estragos, según los empleados de GameStop.
En cualquier caso, la presión a los empleados para hacer frente a una situación que escapa a su control no está surtiendo el efecto que desde la cúpula directiva esperaban. Como es habitual, el descontento generalizado solo crea un círculo vicioso de desmotivación y peores resultados. Puede que desde GameStop confíen en la solución de sus problemas con el Oasis de la nueva generación de consolas, pero como siempre: adaptarse o morir. Las nuevas tendencias de consumo pueden poner en jaque a según qué actores del sector, pero no son las culpables de la mala marcha de toda una cadena de superficies de venta.