Hace ya unos meses desde que Assassin's Creed Valhalla llegase a las tiendas. Un juego que ha seguido la línea del cambio que Ubisoft promulgó a su saga estrella con AC Origins, enfocando su desarrollo a un estilo más de Action RPG que ha ayudado a que muchos se acerquen a la serie, pero también a que algunos fans se alejen de la marca ya que "eso no es Assassin's Creed", dicen. De una forma u otra, los resultados de ventas están dando la razón a la empresa gala por haber arriesgado, ya que el juego ha firmado los mejores datos de ventas de la historia de la saga. Y además, ha puesto de moda los juegos de vikingos.
Ahora, y después de habernos recorrido Inglaterra a fondo. Porque otra cosa no, pero tareas por hacer en el juego tenemos para rato, y es casi como tener una segunda vida con el fondo perdido de horas que ofrece la aventura, Ubisoft quiere darnos más. Y como ya nos conocemos el terreno con los ojos vendados, toca conquistar nuevas zonas. La ira de los Druidas es la primera expansión de Assassin's Creed Valhalla. Y nos lleva a Irlanda. No solo a beber cerveza en cuernos, que también. Sino a conocer más sobre la historia de Eivor, de los suyos y de otros personajes de lo más carismáticos que tenemos por el camino.
¿Cómo partimos a Irlanda en la nueva expansión de Assassin's Creed Valhalla? Es bastante fácil y podéis partir allí incluso si tenéis alguna partida a medias en el juego. No es necesario haberse pasado el juego, y es una trama complementaria que podéis jugar sin problemas. El único requisito es haber completado uno de los arcos de Inglaterra. Entonces, en el muelle del asentamiento de Ravensthorpe aparecerá Azar, la jefa económica de Dublin, quien nos trae una carta desde Irlanda.
Aunque ha "perdido" la misiva y tenemos que hacerle un favor para que la encuentre, ajustando cuentas con quienes están haciendo un bloqueo marítimo. Una vez hecho eso, podemos viajar hasta Irlanda, directamente a Dublin. La zona está fijada en un poder de Nivel 55, algo que probablemente tengáis superado más que de sobra; pero tranquilos, que el juego equilibra automáticamente el combate para que no sea un paseo por los campos verdes de la preciosa región.
No vamos a contar muchos más detalles a nivel narrativo de la expansión, simplemente diremos que mantiene muy elevado el listón de personajes carismáticos como ya ocurría en Inglaterra. Desde Barid, el primo de Eivor, hasta Ciara, una poetisa que es genial y cae bien desde que la conocemos, por la forma en la que ocurre. La expansión mantiene un tono muy místico en el trasfondo de su argumento, pero que eso no os lleve a engaños, que la sangre y los desmembramientos gobernarán una vez más gracias al hacha y resto de armas del protagonista y sus aliados.
No esperéis demasiados alardes una vez pongamos el pie en Inglaterra. El contenido ofrece una línea continuista, donde el mayor cambio son los nuevos parajes, donde vemos una mayor presencia de comunidad cristiana y emblemas celtas, en una región que parece algo más evolucionada y progresista que la Inglaterra en la que tantos paseos nos hemos dado.
El contexto de la expansión es el de habilitar una ruta comercial entre Irlanda y otras regiones. Irlanda posee recursos únicos, y una de las tareas secundarias que podemos hacer es la de los contratos comerciales, con los que conseguir recompensas a cambio de recursos únicos. Los encontraremos tanto en los cofres repartidos por la zona como en los "Puestos", que es como se denominan aquí las zonas de saqueo. De esta forma, podemos construir un asentamiento que también tendremos, aunque es enano en comparación a Ravensthorpe, pero invirtiendo en él, tendremos acceso a nuevas mejoras y habilidades. También tendremos acceso a atuendos espectaculares.
Las misiones alternan lo que ya hemos visto. Bajo una implicación argumental, tenemos que hacer lo que nos piden a quienes estamos ayudando, en una trama de intereses que siempre tiene el objetivo de acabar con algún linaje o tiranías para cambiar el rumbo de la región. Por ejemplo, en una de las tareas tenemos que investigar la desaparición de un sacerdote siguiendo un rastro, y en otra intentar "camelar" a una muchacha que tiene unas llaves que necesitamos; aunque podemos optar por la fuerza vikinga y avanzar sin contemplaciones.
Vamos, que aunque haya "más de lo mismo" con misiones de acabar con hordas de enemigos por la fuerza, otras en las que quizás sea mejor usar el sigilo y algún enfrentamiento contra jefes finales, os divertiréis porque es la esencia del juego y lo que probablemente os haya llevado hasta este DLC. Y en este contenido también se reafirma la apuesta por los combates memorables contra seres mitológicos; la saga apostaba por el realismo histórico en su día, pero eso quedó atrás.
Además, podemos ir alternando perfectamente las misiones de Irlanda con las de Inglaterra o Noruega, para aportar más dinamismo. Por medio del Atlas podemos movernos sin problemas de un sitio a otro y, de esta forma, avanzar en el juego y, por ejemplo, aprovechar los recursos que obtengamos en esta expansión para aumentar el asentamiento de Ravensthorpe.
Si vais directos a la historia de La Ira de los Druidas, en unas 10 horas habréis completado su arco narrativo, que no está nada mal. Si queréis explorar a fondo la zona, descubrir secretos, encontrar armas, libros de conocimiento, los recursos para las rutas comerciales y los saqueos, es fácil que se doble la duración. Un 'timing' que no está nada mal. Recordad que tenéis esta expansión añadida en el pase de temporada.
La ficha técnica
- Título: Assassin's Creed Valhalla: La ira de los druidas
- Plataformas: PS5, PS4, Xbox One, Xbox Series X/S y PC
- Desarrolla: Ubisoft
- Lanzamiento: 13 de mayo de 2021
- Precio: 39,95 € en el Season Pass - 24,95 € individual
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