Siempre es un gusto ver cómo un videojuego tan actual puede traer de vuelta a la perfección lo que eran las recreativas y el arcade de antes. Ahora estamos acostumbrados a poder echarle las horas que queramos a un videojuego, sin ningún tipo de límite. Al guardado automático, o manual, de las partidas. A poder retomar un juego exactamente en el punto en el que lo dejamos durante la última sesión. Pero eso antes no era así, y había que tener mucho más cuidado y prestar mucha más atención a lo que se estaba jugando en ese momento.
Las máquinas recreativas, como bien sabréis, funcionaban con monedas. Cada moneda era una partida, y si perdíamos y moríamos en el juego, tocaba reiniciarlo entero de nuevo y repasar todo lo que habíamos hecho mal para mejorarlo de cara al siguiente intento y que ese fuera por un camino diferente al anterior. Y Gods Will Fall es precisamente eso. Un juego que podría funcionar perfectamente en una recreativa gracias al método de juego que plantea. Que si bien no es nada nuevo y ya lo hemos visto antes, estando tan centrados en la nueva generación de consolas y en los títulos actuales nos ha recordado de dónde venimos y cómo han evolucionado las cosas.
En el juego de Clever Beans, tenemos a disposición un total de ocho personajes a nuestra disposición. Cada uno con sus propias características; cantidad de salud, velocidad, aguante, tipo de armas, etc. Con esa premisa, nuestro objetivo es eliminar a diez dioses que residen en distintas mazmorras, e igual que los personajes cada cual con sus habilidades y estilemas únicos. En cada mazmorra solo podemos entrar con un solo personaje. El que nosotros queramos. Uno que deberá enfrentarse a los lacayos del Dios de turno y, finalmente, acabar con la vida de esa deidad. ¿Os suena mucho, verdad?
No obstante, si ese héroe cae en combate, lo perdemos hasta que no aniquilemos al Dios que habita en dicha mazmorra. En otras palabras: que cada personaje funciona como una moneda de recreativa y, si las gastamos todas, adiós a la partida. Toca volver a empezar.
El sistema de combate del título es bastante sencillo, mostrando rasgos de roguelike y hasta, en ocasiones, del mismo Dark Souls por las mecánicas de contraataque, bloqueo y esquiva que tenemos que realizar dependiendo de los enemigos con los que nos topemos. La variedad de rivales es bastante generosa, todo sea dicho, y cada uno de los dioses a los que debemos derrotar es único y con unas habilidades específicas que hace que cada enfrentamiento y combate sean irrepetibles. Ahora bien, puede que al final se haga un poco cuesta arriba, y algo repetitivo, el hecho de tener que reaprender todas esas funciones de defensa con cada uno de los personajes que tenemos disponibles en nuestro grupo.
Sí es cierto que le da variedad al gameplay y eso permite que no sea nada monótono, pero una cosa es ser reiterativo en algo y, la otra, hacer que cada vez que arrancamos un combate tengamos que adaptarnos a un estilo de juego diferente. Al principio, durante las primeras horas, incluso puede tener su gracia, porque hace que cada vez que cambias de avatar se sienta como un juego nuevo. Sin embargo, cuando ya se ha repetido alguna que otra mazmorra y la frustración empieza a apoderarse de nosotros, el juego se torna un verdadero sufrimiento.
No vamos a entrar en el debate de la dificultad, dado que está ya más que explicado que eso forma parte de los videojuegos y que, en según que obras, es incluso vital para la composición de su ADN. No obstante, no podemos dejar pasar por alto que, por ejemplo, en un Cuphead o en un Souls, no perdemos todo el progreso una vez nos matan, y aquí sí. Es evidente que Gods Will Fall no va exactamente por esos derroteros y tira más por los de los roguelike, que, como Hades, sí nos hacen reiniciar cada vez que morimos. Pero en el juego de Supergiant Games, siempre son las mismas mecánicas y mismos movimientos, hasta las mismas mejoras. Es decir, que la memoria muscular y el vínculo que establecemos con las mecánicas son fieles durante toda la aventura y no varían dependiendo, como el caso de Gods Will Fall, del personaje que escogemos.
Si, por lo que sea, nos han eliminado a dos o tres que mejor controlamos y dominamos, ya sea porque hay un jefe final que es realmente difícil (que los hay, aunque todos tienen truco), luego tenemos que repetir ese proceso con los que no dominamos del todo. Y la curva de aprendizaje, entonces, se eleva demasiado y hace, repetimos, que el juego pueda volverse una experiencia realmente frustrante, porque si estamos en un punto bastante avanzado del juego, si perdemos a todos nuestros personajes, volveremos a reiniciar la aventura desde el punto cero.
Parte de la esencia del juego radica ahí, por descontado. En el abuso del ensayo y error y en la buena toma de decisiones, puesto que Gods Will Fall no es un videojuego guiado en el que pasamos niveles y la dificultad va in crescendo. Nosotros mismos somos los que decidimos contra qué Dios queremos jugar y cuál dejamos para más adelante, para cuando nuestros personajes estén un poco más chetados y vayan con mejores armas.
Empero, y aunque ese sistema de reinicio pueda ser un dolor de cabeza para muchos, lo buen aquí es tanto a nivel de argumento y evolución de personajes, God Will Fall varía en cada partida. Cada uno de los exploradores que nos acompañan no van a tener siempre las mismas reacciones frente a los peligros con los que se topen, ni tampoco tendrán la misma actitud si conseguimos superar una mazmorra: algunos mejorarán su poder, otros perderán atributos, otros obtendrán nuevas armas... El juego está siempre en constante cambio y eso hace que cada sesión que empezamos sea única, lo cual facilita un poco el hecho de tener que repetir niveles como posesos, porque nunca será lo mismo y eso motiva a ver nuevas versiones del juego.
Eso sí, lo que no cambia en absoluto son las mazmorras. Los niveles, por norma general, se estructuran casi siempre del mismo modo (a excepción de ligeros detalles). Clever Beans no pretende que no terminemos jamás el juego, sino que nos lo conozcamos como la palma de nuestra mano. Y es por ello por lo que nos da bastantes oportunidades en cada nivel, para que lo analicemos en profundidad y este cada vez sea más fácil. Aunque, siendo sinceros, hay mazmorras que podrían
En sus apartados técnicos y artísticos, Gods Will Fall apuesta por un diseño sencillo pero de lo más atractivo, con una interpretación de la mitología Celta (con algunas libertades) que nos ha encantado. Cada mazmorra es como introducirse en un nuevo mundo repleto de nuevas zonas para explorar, por lo que el trabajo a nivel de diseño y puesta en escena por parte del estudio es para quitarse el sombrero. Posee algún que otro bug y en ocasiones resulta algo tosco de controlar, pero en resumidas cuentas no es para nada algo molesto que vaya en contra del título, solo elementos que pueden hacer que alguna partida se resienta mínimamente.
La ficha completa
- Título: Gods Will Fall
- Desarrolla: Clever Beans
- Fecha de lanzamiento: 29 de enero de 2021
- Plataformas: PC, Xbox One, PS4, Nintendo Switch
- Precio: 24,99 €