Este pasado octubre se cumplieron 11 años desde el lanzamiento de League of Legends, uno de los juegos más importantes de la historia de la industria y un ejemplo de la construcción de un fenómeno desde los cimientos. Con el boca a boca como herramienta principal de promoción de un título que recogía los cimientos del incipiente género MOBA, la historia pronto se convirtió en la epopeya de un estudio que construyó el más de nicho de los fenómenos mundiales del videojuego.
Hace poco más de un año, Riot Games era una compañía enorme, pero monoproducto. League of Legends sostenía toda la compañía, pero empezaba a ser poco para la expansión que la IP necesitaba si quería ser la mejor versión de sí misma. Y en el décimo aniversario de League of Legends se respondió a esas ganas de Riot de asaltar toda la industria del videojuego, incluso el mainstream con series animadas, música y colaboraciones con Louis Vuitton en los Worlds, el Campeonato Mundial del juego.
Pero todo esto era accesorio al mayor cambio y también al mayor debe de League of Legends: la versión para móviles. Hasta el más desinformado de los cuñados sabría que no habría mejor forma de imprimir billetes para Riot Games y de llegar a un nuevo público que una versión para móviles e incluso consolas de su MOBA. Y eso es Wild Rift.
Los MOBA de móviles son muchos e incluso alguno ha logrado triunfar en Asia como Honour of Kings. En occidente estos títulos no suelen funcionar, dado que los PCs para jugar son mucho más comunes y los MOBA en ordenador siempre ha sido considerada la experiencia "premium". Según varios medios han ido comentando durante estos años, la empresa dueña de Riot Games, Tencent, querría una versión para móviles League of Legends durante muchos años. Riot al principio no habría estado por la labor, y se cuenta que así nació Honour of Kings.
Sin embargo, en algún punto dentro de Riot Games se comenzó a trabajar en Wild Rift. Las condiciones que se pusieron entonces por parte de los desarrolladores parecen obvias incluso a día de hoy. Un producto de apariencia y presencia premium dentro del sector de los móviles, una experiencia lo suficientemente distinta como para poseer bondades propias y una jugabilidad top dentro del panorama del videojuego móvil. El nombre le habría bastado a League of Legends para pegarle un buen bocado al mercado de los MOBA portátiles, pero querían dar un golpe encima de la mesa.
Y el pasado 9 de este mismo mes de diciembre se produjo el lanzamiento dentro de Europa de la beta de Wild Rift, el League of Legends para móviles. De beta tiene poco y más bien es un juego como servicio totalmente funcional desde el día uno. Es por ello que tras casi dos semanas con el juego, es el momento de dictar sentencia y hablar sobre él.
Ya durante nuestra preview de hace más de un año sentimos que Wild Rift era un juego distinto a los demás que habíamos probado en teléfono móvil. Lo superficial destacaba con un brutal acabado visual y unas animaciones llenas de personalidad y fluidez, pero lo interno también dejaba huella, al tratarse de una versión hecha desde cero a nivel de programación. No tenía que lastrar los problemas del código parcheado durante más de una década del PC y podía además ser más ágil. Todo esto se mantiene e incluso se potencia en la versión.
Wild Rift es un juego al que se le podría poner una skin distinta, unos campeones con otros nombres, sacarlo en PC y competiría con League of Legends. Competiría porque aporta tanto una experiencia de juego distinta en ritmo, peso y control, como alberga en sí mismo bondades propias como la escasa duración de las partidas o un sistema simplificado de runas y objetos.
Este juego hace más por buscar nuevos jugadores de League of Legends que todos los anuncios, trailers y promociones realizadas por Riot Games de cara al juego de PC en todos estos años. Reduce a la mínima expresión todo lo accesorio a la experiencia jugable, a cambio de un precio en profundidad que pagas más que a gusto teniendo en cuenta lo rápido y concentrado de la experiencia.
Pero con reducir el número de objetos, runas e incluso campeones (49 de 152, pero vendrán todos de forma eventual) no basta. Es por eso que Riot Games ha establecido un sistema de tutoriales profundo, unas partidas contra IA que servirán a los nuevos jugadores para sentirse cómodos e incluso una herramienta de prácticas que no palidece con respecto a la de PC. Todo esto conforma una puerta de entrada perfecta al ecosistema League of Legends.
Eso sí, no olvidemos que League of Legends es, ante todo, un juego social. Lo normal es que todos empiecen a jugar de la mano de un amigo, y eso es algo más que posible en el móvil. El título tiene hasta chat de voz, pasando por chat grupal, o incluso un práctico sistema de alertas e indicaciones en partida.
A esto hay que sumar unos interesantes retos diarios, semanales, eventos y logros que nos darán la sensación de que cada partida que juguemos nos hará progresar; ya no sólo como jugador, si no como cuenta con cada vez más recursos en nuestras manos.
League of Legends lideró la revolución contra el pay to win que se había establecido sin ningún pudor en los juegos gratuitos hace una década en PC y sigue haciéndolo en móviles. En poco menos de dos semanas de juego medio, para nada compulsivo, hemos conseguido más de la mitad de los 49 campeones disponibles, así como un buen puñado de aspectos y algún que otro emoticono. Por si quedaba alguna duda tras los modelos de negocio de Legends of Runeterra o TFT, también en móviles.
Y una vez dentro de la partida, League of Legends: Wild Rift es una experiencia divertida, que es lo más importante. Cuando cuadras una habilidad propia con otra de tus aliados, o cuando conseguís defender una torreta o incluso llegar a asediar de forma coordinada, es entonces cuando el juego brilla al desvelar su profundidad.
Pero no todo es positivo; evidentemente, es una beta y echamos cosas en falta. La selección de posición antes de entrar en cola es algo que tenemos desde hace bastante tiempo en PC y que evita muchísima toxicidad; lo necesitamos para ya mismo en el juego y desde Riot Games ya han admitido estar trabajando en ello. Por ponerle otro pero, la plantilla de personajes se antoja escasa, especialmente si te especializas en un rol concreto, aunque salen a un ritmo bastante elevado.
Es una verdadera pena el primer apartado criticado, porque los sistemas de castigo a AFKs y tóxicos funcionan bastante bien, y una selección de roles habría sido la guinda para un título rotundo al que le queda mucho terreno por recorrer. El único pero es el de siempre, habrá mucha gente a la que no acabe de enganchar por su complejidad y por la enorme cantidad de conceptos que te lanza a la cara.
Estos son los mejores campeones que podéis utilizar en League of Legends: Wild Rift para subir en rankeds. Una selección con los personajes que brillan en cada posición, desde la línea de Barón hasta el carril central.
