Una de las quejas, desde algunos sectores de la comunidad más tradicionales, con Pokémon GO era su alejamiento de la estructura tradicional de la saga. Si bien la forma de capturar pokémon ha cuajado de forma notable, incluso dando pie al spin of Let’s Go Pikachu e Eevee, el sistema de combate se redujo radicalmente y se limitó a un golpe básico, otro especial (que se cargaba con los primeros) y una esquiva. Algo demasiado limitado para algunos puristas.
El anuncio de Pokémon Masters llegó con el objetivo de atender a las necesidades de los jugadores de Pokémon GO, y aquellos otros a los que el indudable éxito de Niantic no consiguió enganchar. Esta nueva internada de Nintendo en el mundo de los videojuegos móviles, en la que ya ha cuajado algunos sinsabores, está desarrollado por DeNA y cuenta con la colaboración de The Pokémon Company pero ello no ha evitado un lanzamiento agridulce.
El concepto de Pokémon Masters no es tan simple como podía parecer a simple vista: creamos nuestro avatar y con él recibimos al primer pokémon, que no podía ser otro que Pikachu. En una oleada de nostalgia, bien jugada por otra parte, Brock y Misty se unen al equipo para aportar a sus respectivos buques insignia: Onix y Starmie.
Se podría pensar en un primer momento que ambos entrenadores actuarían de tutores en los primeros pasos del juego, pero la realidad es que en Pokémon Masters tú no tienes pokémon, tienes “compis”. En esta nueva entrega de la franquicia no va tanto sobre capturar criaturas, si no coleccionar amigos que puedan darte más opciones a la hora de confeccionar un equipo para afrontar los diferentes desafíos.
Antes de cada combate puedes elegir a los pokémon, y sus respectivos entrenadores, que formarán parte de la refriega. A efectos prácticos viene a ser lo mismo que en anteriores entregas, exceptuando las composiciones tres contra tres, pero cuesta sacudirse la sensación de estar en cierto modo limitado por el propio juego.
Si quieres ver a tu avatar en combate tendrás que formar una composición en la que, por fuerza, tendrá que estar Pikachu. Como decía, cada pokémon está ligado a su entrenador y es imposible asociarle otra criatura por mucho que quieras. Sin embargo, el juego base cuenta con más de 60 entrenadores o pokémon distintos (sin contar sus evoluciones) y la promesa de los desarrolladores es llegar a más de 100.
El principal problema de todo esto es que es uno de los pilares de Pokémon Masters, la presencia de estos entrenadores actúa con una funcionalidad doble: como hilo conductor de la historia que nos quiere contar el juego y también como elemento que apela a la nostalgia de los jugadores al poder ver a entrenadores míticos de la saga como Blanca (de Ciudad Trigal, de Pokémon Plata/Oro) o Erika (de Pokémon Azul/Rojo), además de Brock o Misty ya mencionado.
No obstante, cuesta creer que en la franquicia haya tantos entrenadores míticos como para llegar a 100 (ser líder de gimnasio o formar parte del Alto Mando no parece requisito suficiente) y resulta sencillo pensar que los jugadores terminarán viendo a pokémon sin más. Una vez llegados a este punto, resulta inevitable considerar el hecho de que Pokémon Masters pierde uno de los puntos principales de la franquicia: la saga de Nintendo entró en tantos hogares porque era el propio jugador el que capturaba y combatía durante la aventura, el que se hacía Campeón de la Liga. Pero en Pokémon Masters no. En esta entrega es Brock, Misty, Candela, Erica, Israel o el que sea los que están ahí luchando, por mucho que tú los dirijas, y si tienes suerte –y encaja en tu equipo- quizás aparezca tu avatar ligado de forma irremediable a ese Pikachu al que acompañas.
Similitudes y diferencias
A pesar de todo, Pokémon Masters es una entrega que puede darte unas cuantas horas de diversión sin tener que echar mano de la cartera en ningún momento. Además, esta nueva aventura trae consigo otras novedades en el aspecto jugable, sobre todo para no inmiscuirse en el camino sembrado para Pokémon Espada y Escudo.
Los combates por turnos ahora cuentan con barras de tiempo -que puede alterarse en base a ciertos ataque/habilidades- que delimita el número de acciones que puedes realizar en combate. Con el tiempo se van recargando poco a poco y el sistema está bien implementado: un ataque normal, por ejemplo burbuja, consume una de esas barras; no obstante, un ataque un poco más poderoso, rayo burbuja, consume dos de esas barras.
De esta manera, el sistema de combate se aleja de lo tradicional dentro de la saga, pero consigue una profundidad mayor que la vista en Pokémon GO, algo que se agradece. A pesar de todo, el número de ataques de cada criatura es limitado: dos normales y dos objetos o habilidades que pueden ir desde un cura total (que elimina el envenenamiento o las quemadura) o una poción (restaura salud) hasta elementos que suben el ataque especial de los pokémon o restauran un par de barras de ataque (como la de “Nanci para esto” de Snivy). Hay que destacar que estos objetos o habilidades no consumen las barras destinadas a movimientos ofensivos, pero sí que tardan unos segundos en activarse. Si te resultan extremadamente lentos, algo normal, puedes acelerar la acción y los combates se vuelven mucho más frenéticos.
También hay un ataque compi, extremadamente poderoso que dependiendo del tipo de Pokémon será uno u otro. Esto se activa con el uso de movimientos ofensivos por parte de cualquiera de los tres pokémon en combate. En general el sistema está bastante equilibrado y bien medido (gracias a la velocidad extra que puedes implementar), pero hay algo que lo aleja de lo conocido en la saga, y no para bien.
Por algún motivo, suponemos que de balance, cada rival solo cuenta con una debilidad, es decir es débil a un solo tipo de ataque. En la franquicia original, los pokémon de tipo fuego son débiles al agua, a la tierra y a la roca; sin embargo, Ponyta (de tipo fuego) solo es inmune a los ataques de tipo roca y si le lanzas uno de tipo agua no recibe daño adicional. Cuesta entender qué ha motivado este tipo de decisiones, sobre todo cuando lo alejan tanto de la rama principal.
Entre otras diferencias, dentro de Pokémon Masters no nos tendremos que preocupar porque los pokémon sobrevivan al combate ya que los debilitados también recibirán experiencia y subirán de nivel. Por otro lado, las evoluciones ahora tienen lugar a nivel 30 por sistema, y si la criatura tiene dos evoluciones la segunda tendrá lugar a nivel 45. Para poder conseguir evolucionar a un pokémon habrá que llevarlo hasta el nivel requerido, comprar unas gemas evolutivas en la tienda (se pueden comprar con moneda gratis del juego) y realizar un combate especial determinado por el propio juego
Conclusión
Pokémon Masters es un juego que llega con el objetivo claro de intentar convencer a aquellos que Pokémon GO se les quedó corto, o cuyo sistema de combate no tenía la profundidad necesaria. Sin embargo, esta nueva entrega se ve obligada a hacer malabares para ofrecer algo nuevo e intentar no pisar a la saga principal (intocable, lógicamente) para terminar ofreciendo un pastiche algo extraño.
En el apartado técnico, Pokémon Masters es bonito y las animaciones no están nada mal para un juego de móviles. Incluso uno de hace varios años y de gama media-baja puede mover razonablemente bien el juego (incluso durante los movimientos especiales de los compis, aunque le cueste). A pesar de todo, el juego cuenta con innumerables pantallas de carga de unos pocos segundos que pueden terminar siendo bastante pesadas para el jugador si está un par de horas delante de la pantalla.
Si bien el juego es lo suficientemente bonito como para atraer durante unas cuantas horas, pronto se queda corto. La narrativa de la saga Pokémon nunca ha sido su punto fuerte y ha adolecido de una tendencia a simplificar y poner las cosas más fáciles a los jugadores, quizás con honrosas excepciones como Pokémon Blanco y Negro.