Hay juegos por los que no pasa el tiempo, y hay juegos a los que el tiempo les sienta como una patada en el trasero. Sin embargo, por lo general, los RPGs suelen entrar dentro de la primera categoría... Y más si Nintendo y Monolith están tras los mandos. Es el caso de Xenoblade Chronicles, un título que llegó originalmente a Wii en 2010, pero que luego se mudó a 3DS para más tarde crecer y mejorar en Wii U. Ahora, cinco años después de esta última revisión llega una 'versión definitiva' que debería servir como punto y final para la historia de Xenoblade Chronicles.
Sobre el papel esta versión de Switch mejora gráficos, el sistema de control, remasteriza la música y retoca la jugabilidad para ser mejor, pero además añade un epílogo, ambientado un año después de la historia del juego principal (que puede durar más de 80 horas a poco que quieras disfrutar de la aventura). Un buen puñado de novedades, a priori, que hemos podido probar de forma anticipada, para llegar a la misma conclusión a la que muchos llegaron con el juego original: Xenoblade Chronicles es uno de los mejores JRPGs que hemos disfrutado, y su Definitive Edition es casi imprescindible si te gusta el género.
Historía y el nuevo epílogo: Futuros conectados
La primera pregunta que algunos se estarán haciendo es la típica en el caso de este tipo de remasterizaciones: "¿Si he jugado al original, merece la pena que compre esta versión del juego?" La respuesta aquí depende de cada uno, y el nivel de cercanía que tenga con Xenoblade Chronicles. Básicamente se trata del mismo juego, con los mismos enemigos, combates, historia y situaciones. Hay retoques aquí y allá, pero la experiencia, en líneas generales sigue los mismos patrones. Por tanto, si lo tienes fresco, o si no te gustó el original, quizás sea mejor valorar otras alternativas. Si no es el caso, este es un juego magnífico, con una profundidad jugable y narrativa envidiable que a buen seguro deberías probar.
Su historia nos mete en la piel de Shulk el poseedor de Monado, una peculiar espada con poderes oculto, invitándonos a acompañarle en su viaje a lo largo y ancho de dos gigantescos colosos muertos hace muchísimo tiempo sobre los que brotó la vida, en un mundo que solo es océano más allá de estos dos gigantescos titanes durmientes. A un lado las criaturas 'biológicas', al otro criaturas mecánicas, y entre ellos una intriga y una gran guerra. Shulk debe blandir Monado y estará acompañado por varios amigos y personajes que encontrará en su viaje y con lo que incluso tendremos que conseguir afinidad para poder sacar el máximo partido de ellos.
Toda la historia principal está tal cual estuvo en el título original, con sus personajes entrañables, los giros de guión y los grandes momentos. Si este tipo de títulos te atraen, Xenoblade Chronicles Definitive Edition es uno de los puntos álgidos del JRPG. Además se añade un epílogo independiente (porque podemos elegir jugarlo desde el menú de inicio) titulado Futuros Conectados, que se desarrolla un año después del final del juego principal y nos permitirá explorar una nueva zona del mundo de juego, el hombro de Bionis. Esta zona es lo mejor de este epílogo, por su considerable tamaño, su diseño y la profusión de secretos que esconde. Nos meterá en la piel de Shulk y Melia, además de los dos hijos de RIki, aunque su trama no acaba de enganchar y su desarrollo no está tan inspirado como el juego principal. Resulta interesante para completar la historia de Xenoblade Chronicles Definitive Edition, pero tampoco supone un paso adelante en prácticamente ningún aspecto. Su combate está simplificado, y aquí si aparecen ciertos cambios jugables, pero no acaba de cuajar. Su duración, eso sí, es generosa, pues se sitúa en torno a las 10 horas de juego extra.
Así se juega a Xenoblade Chronicles
El juego de Monolith es un juego denso e intenso. Exploraremos un gran número de entornos e interactuaremos con innumerables personajes secundarios mientras, por el camino, nos enfrentamos a todo tipo de criaturas, a cada cual más colosal. Los combates son en tiempo real, pero con tropos propios de los combates por turnos, con periodos de enfriamiento tras cada acción de nuestros personajes, mientras se mueven con libertad (como si fuera WoW, por ejemplo). Dinámico y casi siempre interesante, además de bastante variado, por la continua evolución de los protagonistas y sus habilidades, pero también por las distintas condiciones de cada enfrentamiento, ya que nos afecta la posición respecto al rival, las interacciones entre los personajes para mantener su moral alta durante los combates, etc... La profundidad, por tanto, es elevada y permite un gran nivel de estrategia, aunque la pléyade de enemigos que nos encontremos parezca no tener fin.
Las 80 horas que comentábamos al principio que puede durar están además sazonadas de una gran diversidad de encargos. Sin embargo, como solía ocurrir 'antes de The Witcher' las misiones secundarias no brillan tanto como las misiones principales, al limitarse en muchos casos en convertirnos en un simple recadero, en lugar de un héroe armado con una espada que nos permite ver el futuro. Es quizás el único punto negro de una remasterización que además adapta los controles e incluso la interfaz a los tiempos que corren. Con Xenoblade Chronicles perderemos menos tiempo buscando objetivos e incluso aprenderemos más rápidamente los vericuetos jugables, al haberse incorporado varios tutoriales.
Donde más disfrutarás de Xenoblade Chronicles Definitive Edition es con la exploración. Siempre hay algo que ver, que hacer o explorar, consiguiendo que nos enganchemos al bucle jugable que propone rápidamente. Además las recompensas a cada acción se sienten importantes y justas y la profundidad que ofrece permitirá a los completistas invertir más de 150 horas en la propuesta de Monolith y Nintendo.
Las novedades y el retoque técnico de Xenoblade Chronicles
Entre las novedades que encontraremos, además del refinamiento jugable, encontramos una Arena, en la que viviremos una serie de retos cronometrados a nuestra habilidad que no siempre son interesante, aunque sean bienvenidos, y un modo experto y un modo fácil. El primero nos permite ajustar nuestro nivel para no ser demasiado fuertes contra los enemigos que queramos y disfrutar más de la experiencia, consiguiendo además mejores recompensas. El segundo se desbloquea al morir repetidamente y baja la dificultad para que podamos disfrutar de la historia si nuestra habilidad no está a la altura de las exigencias del guión.
Más allá de esto está el retoque gráfico, que sigue los parámetros de las remasterizaciones punteras del momento al ir más allá de una simple puesta al día en cuanto a resolución y texturas. Casi todos los elementos en pantalla se han actualizado, lo que implica que veremos nuevos modelos de personajes principales (los secundarios no gozan de tal trato), efectos gráficos mejorados, más elementos en pantalla, mejores escenarios... No llega al nivel de cambio de Final Fantasy VII Remake o Resident Evil 3, pero todo goza de un aspecto mucho más actual y atractivo. Por ponerle un par de 'peros', las animaciones de los modelos y las caras no parecen haber evolucionado demasiado desde el original, siendo un pequeño punto negro en este aspecto.
El otro punto que ha generado polémica ha sido la resolución del juego y la tasa de imágenes por segundo a la que se mueve. Xenoblade Chronicles funciona casi siempre a 30 FPS rocosos, con algún momento en que sufre más, en sus dos modos de juego. En cuanto a la resolución, nos tenemos que conformar con 720p con la consola en el dock, pero menor resolución en modo portátil, donde además se resiente la calidad gráfica. Podría excusarse al juego porque no se trata de un título que vayamos a disfrutar plenamente mientras estamos en movimiento, pero...
En cuanto al apartado sonoro, gran trabajo en este aspecto, con una banda sonora magnífica regrabada y la posibilidad de cambiar entre esta y la original, y el mismo doblaje en inglés y japonés del juego original, con textos en castellano, por supuesto.
