La capital es como una mazmorra titánica en Elden Ring, con muchos niveles, interconexiones, secretos y jefes escondidos por todas partes. Casi como Dark Souls, pero en una escala aún mayor. Mientras que escalar eventualmente lo llevará a Morgott, descender a las entrañas de la Tierra lo llevará más allá de su hermano, Mohg. Y mientras que el primero usa poderes sagrados y agua, el segundo usa sangre y fuego.
¿Dónde encontrar a Mohg?
Para empezar, no confundamos a Mohg el Augurio con Mohg el Señor de la Sangre. Se parecen mucho, pero tienen un trofeo separado y definitivamente no están en la misma área.
Este es más simple y se encuentra en Leyndell, así como en su versión alternativa desbloqueada más adelante en la historia. Atraviesa la zona de viviendas o el pozo para llegar a las alcantarillas, luego el pasaje subterráneo con su punto de gracia. Para la capital de las cenizas, ya en el final del juego, es aún más sencillo: baja por la alcantarilla abierta en medio de la ciudad, el punto de gracia está muy cerca.
Estarás en un pasillo lleno de enemigos, busca una rejilla faltante en el piso para hundirte en las profundidades, comenzando dentro de las tuberías. Está en la misma zona que el cuerpo real del Zampaheces. El pasaje hacia abajo con una escalera, y pasar por la parte superior de las tuberías con golems diablillos no es la dirección correcta a tomar, aunque visitar esta sección también tiene sus recompensas.
Grilletes de Mohg
Una buena manera de hacerte la vida más fácil y, por cierto, de prepararte para Mohg, es ir a buscar un objeto perdido en las alcantarillas. Tienes que bajar por la escalera de la derecha después del punto de gracia del camino subterráneo, luego bajar de tubería en tubería hasta llegar al fondo con las 2 langostas gigantes, lo que te hará pasar un mal rato.
En el área, se encuentran los grilletes de Mohg, un objeto reutilizable que paralizará al jefe por unos momentos derribándolo al suelo, dos veces por intento. El principio es el mismo que los de Margitt, vendidos por Parches.
Preparativos
- Además de los obstáculos mencionados anteriormente, tener mucha resistencia y una build eficiente facilitará mucho las cosas.
- Nos encontramos con un error extraño con nuestra invocación espiritual en este jefe, se negaba a atacar hasta que lo golpeaba un ataque. En cualquier caso, elige bien para adaptar la dificultad a tu nivel de juego, la Lágrima Mimética +10 puede que te lo haga trivial.
- Los talismanes que reducen el daño físico y de fuego son de gran ayuda en esta lucha.
- Puedes fabricar y usar consumibles que aumentan la resistencia. Usar un revestimiento para tu arma también te ayudará a derrotar al jefe más rápido.
Lucha contra Mogh
- El enfrentamiento no es especialmente difícil una vez asimilados los movimientos de Mogh. Sus enormes golpes son devastadores a larga distancia, pero son fáciles de esquivar una vez que entiendes su cadena de ataques.
- Tienes que tener cuidado con las salpicaduras de sangre del jefe, le encanta enviarlas cuando estás a larga distancia. Una voltereta hacia adelante o hacia atrás (dependiendo de tu estilo de lucha) es mejor que una voltereta hacia los lados, ya que la salpicadura es amplia. La sangre inflige daño, pero no demasiado, pero no es esto de lo que debes tener cuidado, sino el hecho de que luego te quema. Permanecer en los charcos de sangre en llamas es una buena manera de morir en un tiempo récord. Si Mogh ha arrojado demasiada sangre al área de combate, es mejor huir y obligarlo a seguirte a otra parte de la habitación, en lugar de arriesgarte a caminar entre las llamas.
- Finalmente, Mohg tiene algunos hechizos de fuego, como la garra, que provoca una explosión frente a él un momento después de ser lanzado. Un simple giro lateral te protegerá de esto.
Recompensas
Además de las runas y el trofeo habituales, recibirás el hechizo Garras de fuego sangriento. Pero eso es solo la superficie, un pasadizo secreto se esconde detrás del altar cercano, que conduce a los elementos necesarios para completar la misión de Hyetta y obtener el final del Señor de la Llama Frenética.
