¡Ya podemos hablar de Elden Ring! El título de From Software está a la vuelta de la esquina y apunta a ser un éxito como pocos ha visto la industria del videojuego. Nuestra opinión sobre el título ha sido tajante y lo consideramos “imprescindible para comprender qué han sido los videojuegos en estos últimos años”. Un argumento en el que no estamos solo y que se ha refrendado en Metacritic con una nota que quita el hipo, despertando interés mucho más allá de los habituales aficionados a la obra de Miyazaki. Sin embargo, al creador le precede un largo historial de videojuegos difíciles que puede despertar dudas a la hora de decidir si realmente merece la pena.
La dificultad orgánica de Elden Ring
Más allá del debate sobre si la necesitaba o no, Elden Ring no cuenta con modos de dificultad. Sin embargo, sí con unas cuantas mecánicas para hacer la experiencia algo más tranquila. Por ejemplo, elegir cómo clase inicial una categoría más centrada en los hechizos suele considerarse más fácil. Una pequeña muestra de lo que el juego puede hacer por nosotros si no somos esos jugadores que realmente quieren sudar la gota gorda en cada uno de los combates.
Lo que realmente cambiará la diferencia es la libertad. Si vamos directos a la mazmorra del primer jefe principal de la historia, lo vamos a pasar rematadamente mal. Es un desafío que muchos querrán asumir, pero que preferimos dejar a la apasionante comunidad del no-hit. En cambio, tomarte tu tiempo durante los primeros compases para explorar el mundo y mejorar al personaje allanará el camino. Además, hay que tener en cuenta que esta vez no hay tanto castigo por morir como en los viejos Dark Souls: las reapariciones son mucho más amistosas y no perdemos humanidad.
De este modo, lo único que puede echarnos para atrás es la frustración. Sin embargo, Elden Ring no es un desafío insuperable y hay quien considera que parte del placer está en la exploración y la superación de obstáculos. Intentarlo repetidas veces cuando tenemos el estado de ánimo adecuado sin sentirnos frustrados. No se trata tanto de castigarnos por hacernos mal como de animarnos a repetir hasta que seamos capaces de superarlo. Si nos cansamos, siempre podemos elegir otra ruta y seguir mejorando al personaje con desafíos más pequeños que nos ayuden a progresar y ‘reventar’ al jefe final que se nos resista.
Elden Ring ofrece muchas posibilidades para poder progresar sin tomarnos de la mano. No encontraremos un registro de misiones que nos muestre las áreas u objetivos principales, ni nos dirá cuál es la dirección correcta para lograrlos.
El juego te da muchas herramientas para mejorar tu poder y progresar, pero nunca te llevará de la mano como lo hacen muchos otros AAA modernos. No esperes encontrar un registro de misiones que te enumere los objetivos disponibles en diferentes áreas y que te guíe en la dirección correcta para lograrlos. Estarás moviéndote constantemente, lo que te hará perderte en ocasiones, pero también te dará la oportunidad de encontrarte sorpresas detrás de cada esquina (a veces buenas, a veces mortales).
Explorar el mapa, encontrar las mazmorras sin necesidad de un signo de interrogación y luego ir encontrándote lentamente jefes cada vez más poderosos es realmente el corazón de esta experiencia. Las primeras peleas no son muy difíciles si no intentas superarlas usando la fuerza bruta. No basta con atacar, hay que bloquear con el escudo o esquivar, y aprovechar los huecos que dejan los enemigos para contraatacar.
Tu personaje crecerá a medida que te aventuras, y nunca hay un muro que bloquee esa progresión, especialmente con el mundo abierto lleno de oportunidades. Un jefe que parecía insuperable hace unas horas ahora puede ser bastante factible con esta mejora de estadísticas y un control mejorado de tu personaje.
Las invocaciones de espíritus te permiten tener apoyo en las grandes peleas, lo que ya ayuda bastante. Los veteranos que buscan un desafío mayor pueden desear no usarlas, pero no hay que avergonzarse si te ves abocado a ello. Y si eso no es suficiente, entonces el modo multijugador es tu mejor opción. Si bien no es el sistema más intuitivo que existe, es mucho más fácil que en juegos anteriores encontrar ayuda con los jefes invocando a otro jugador a tu juego, o incluso a un amigo. Si el otro jugador tiene el nivel correcto, la dificultad se reducirá considerablemente, incluso en los últimos jefes, con raras excepciones.
¿Jugar a Elden Ring o no?
Por supuesto, depende de ti determinar esto, pero desde nuestro punto de vista, es un juego imprescindible. El título es lo suficientemente bueno como para correr el riesgo de jugarlo, lo más probable es que a ti también te sorprenda su atmósfera y jugabilidad. Puede que descubras una pasión insospechada por este tipo de juegos, incluso si necesitas muchas horas y la ayuda de otros jugadores, Elden Ring está diseñado para promover este tipo de cosas, convirtiéndose el juego más accesible de FromSoftware.
Claramente, no necesitas un nivel de juego espectacular para superar el título si usas estas herramientas y te tomas tu tiempo. Y sobre todo, no descuides todo lo que tiene para ofrecerte, como sus paisajes, su música o sus personajes enigmáticos.
