Nos dicen que cualquier pequeño gesto puede desatar cambios inmensos, pero no acabamos de creerlo. No consideramos que tengamos el poder para variar una tendencia, mejorar nuestra calidad de vida o la de los nuestros o incluso cambiar todo un país. Algo así, a grandes rasgos, es lo que nos cuenta Road 96, que os decimos desde ya que se ha convertido en una de las sorpresas más agradables del año, tanto por lo que propone, como por su desarrollo y mensaje.
Al frente de la obra está Yoan Fanise, director de sensacionales títulos como Valiant Hearts o 11:11 Memories Retold. En esta ocasión, no hay conflictos bélicos y sí un desarrollo de más actualidad, pero cargado de componente social y político que nos hará avanzar en una reflexión constante. Su desarrollo, además, es perfecto para lo quiere contarnos. Road 96 es un roguelite narrativo en la que todo puede pasar debido a su componente procedimental. Cada decisión que tomemos hará que el siguiente paso sea distinto en mi partida que en la vuestra, y así cada uno vivirá su propia historia, pero con denominadores comunes.
Nosotros, como jugadores, tomamos el control de diversos adolescentes que han escapado de casa y que tratan de cruzar la frontera de su país en busca de la libertad, debido a que está gobernado por Tyrak, un dictador que tiene a la población sometida, con la policía imperando el estado de sitio y varios fanáticos siguiendo sus doctrinas y persiguiendo a quien no lo hace. Todo esto a pocas semanas de las elecciones, por lo que queda un pequeño resquicio de esperanza de que las cosas cambien y la población vote a Florrez por un cambio. ¿Qué hacer durante esos días? ¿Mantenernos en el país para luchar por el cambio o huir a otro lugar en busca de oportunidades?
Esa es la dicotomía por la que nos lleva el juego en todo momento, con la particularidad de que nos encontraremos constantemente en situaciones que nos obligarán a tener que actuar con inteligencia. Cada pequeño retazo del escenario está lleno de pistas, y si nos recoge un autoestopista que tiene en la guantera propaganda o expresa apoyo al actual presidente Tyrak, tendremos que decidir si contarle lo que realmente podamos sentir o seguirle "el rollo" para que no nos deje tirados en un mundo asolado por la manipulación informativa. Hay que tener en cuenta que, en la sociedad que dibuja el juego, los adolescentes están perseguidos para evitar que huyan a la frontera.
Road 96 no se centra solamente en que cada jugador viva su propia historia, sino que por el camino nos encontramos con personajes recurrentes, escritos de forma fabulosa, que nos ayudan a conocer poco a poco todo el trasfondo del juego, y a aclarar nuestras ideas tras un comienzo algo confuso. Así, nos encontramos a Zoe, Álex, Sonya, John, Fanny o los extravagantes Stan y Mitch. Y me quedo con ganas de contaros mil cosas de todos ellos, pero sería injusto, porque son la columna vertebral de esta aventura. Cogeréis un cariño brutal a muchos de ellos y, probablemente, odiéis y temáis a otros. Cada uno tiene sus propósitos y metas en este mundo que se desmorona y son los que, a cada aparición, aportan luz a su historia.
Eso nos lleva a que nosotros, los protagonistas, seamos meras comparsas y, a la vez, máximos responsables del cambio. En cada aventura, que pueden ser desde 6 hasta 14 dependiendo de los acontecimientos, tenemos nuestra propia historia. Pero, ojo, esto es algo procedimental y, si tomamos malas decisiones, podemos acabar muertos o arrestados en apenas unos minutos. Si la cosa va bien, podemos llegar al a Road 96 y estar al lado de la frontera. Pero, ahí no está nada hecho, sino que llega el paso más difícil tras un viaje de 2.000 kilómetros. ¿Me escondo en un camión, pago a una contrabandista o me la juego a ir por las montañas poniendo en riesgo mi vida? Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.
Una vez haya finalizado el camino de cada uno de los jóvenes adolescentes a los que interpretamos, cogemos el control de otro con la misma meta. Es ahí donde podemos pensar que al juego le falta mordiente, ya que no sentimos ese papel de estrella de la función tan propio de los videojuegos. Pero con el tiempo nos damos cuenta de que aquí no se trata de que haya una estrella principal, sino que todos aportan su granito de arena en esta lucha. Y que sin muchas de nuestras acciones con los distintos adolescentes, el cambio habría sido imposible.
Además, como dicen en el juego, "lo importante es el camino", y en ese aspecto, las vivencias son increíbles. Cada cosa que hagamos marcará nuestro destino porque, aunque sea con distintos adolescentes, iremos conociendo las intenciones de cada uno de los protagonistas. Y tendremos todo tipo de vivencias con ellos que nos sacarán una sonrisa, llevando todo más allá que las simples conversaciones. Nunca me voy a olvidar de tocar el Bella Ciao con Zoe bajo las estrellas, o de ayudar a desarrollar al cerebrito de Álex un videojuego mientras conduzco. Ni de animar a John "Papá Oso" a tener una cita con "Mamá Oso", quienes solamente se conocen por radio. La cercanía que transmite Road 96 con el paso de las horas es algo que deja huella y todo su trasfondo te absorbe por completo solamente para saber cómo acaba.
Cada uno de los niveles aleatorios -con títulos de auténticos temazos- tiene un desarrollo, pero hay que aprovecharlos concienzudamente, ya que nuestro personaje tiene dos aspectos fundamentales: el dinero y la resistencia. Si no cuidamos este último apartado, acabaremos desfalleciendo y siendo detenidos, por lo que hay que intentar comer, beber o descansar para tener energía. Aunque esto es difícil sin dinero, pero si rebuscamos por la zona, podremos conseguir algunas monedas, ya sea encontrándonos tarjetas de crédito, abriendo cajas fuertes o incluso haciendo trabajos temporales en un bar o en una gasolinera. Después, tendremos que elegir cómo seguir avanzando camino hacia la frontera: andando, en autobús, robando un coche, haciendo autostop o en taxi... aunque no os aconsejamos esto último.
Eso sí, debemos apuntar que, debido a su naturaleza procedimental, hay veces en las que el argumento se tambalea. Por ejemplo, si acabamos de estar con un personaje y, por lo que sea, aparece en una secuencia más adelante -con el mismo adolescente, claro- no nos reconoce o no podemos mencionar los lazos que tiene con otro de los protagonistas. Y queda raro.
Antes hemos puesto unos ejemplos del desarrollo que tiene el juego a nivel jugable, pero hay mucho más. Aunque lo más importante son los diálogos, también hay recompensas por la exploración y cumplir determinados objetivos. Por ejemplo, ayudando a cada uno de los personajes en situaciones concretas, conseguiremos una ganzúa, la capacidad de hackear o hasta tener más suerte. Eso puede ser clave especialmente a la hora de elegir por dónde escapar de la frontera -aunque algunas de estas huidas en la recta final están ligeramente guionizadas y nos obligan a tomar decisiones importantes-. Pero está bien saber que una vez se desbloquean, las podemos sacar partido con cualquiera de los adolescentes que controlemos.
En cuanto al apartado técnico, no esperéis demasiados malabares, puesto que su virtud principal es la narrativa. Lo hemos jugado en PC y no hemos tenido problemas, salvo que el personaje se nos ha quedado atrapado en un par de puntos, obligándonos a reiniciar. Por lo que nos han dicho algunos compañeros, estos errores técnicos son más habituales en Switch, pero no podemos dar constancia de primera mano.
Road 96 es un viaje maravilloso que sin duda os recordará a películas de los hermanos Coen o Tarantino en los que se viven aventuras imprevisibles. Pero, en esta ocasión, son varios "road trip" en uno, que dejan un montón de recuerdos imborrables en una experiencia que, sin duda, merece la pena vivir.
Ficha técnica
- Título: Road 96
- Desarrolla: DixiArt
- Idioma: Voces en inglés, textos en español
- Fecha de lanzamiento: 16 de agosto de 2021
- Plataformas: PC y Nintento Switch.
- Precio: 19.99€