El cuerpo humano está bien si has nacido con una buena genética y tu mente tolera de forma aceptable hacer ejercicio sin que te obligue un especialista. Como esta suerte la tienen pocos en el mundo, hoy os traemos la solución a largo plazo, modificaciones. Prótesis hechas de materiales futuristas de nombres extraños con las que no echarás de menos tus partes de carne. ¿Quién no quiere tener un superordenador por cerebro o unas piernas que te permitan correr o saltar por encima del nivel humano? El sueño de todo friki de tener un cañón por mano está al alcance de esos dedos inútiles...
Esta obsesión por las mejoras cibernéticas le viene como anillo al dedo a The Ascent, un ARPG indie, que tiene todo el sabor de Cyberpunk, con un estilo de jugabilidad que recuerda a Diablo. Está desarrollado por Neon Giant, novatos en esto, pero con veteranos en el equipo, y editado por Curve Digital, responsables de títulos como Peaky Blinders Mastermind o Human Fall Flat, entre otros. Nosotros lo hemos jugado desde Steam pero también está disponible, y de forma exclusiva en consolas, en Xbox One y Series X/S.
Una jugabilidad incómoda
Como hemos dicho The Ascent es un juego de acción con cámara isométrica, los desarrolladores lo han catalogado como un shooter isométrico. De hecho su mecánica principal consiste en disparar, aunque bien es cierto que podrían haber implementado armas cuerpo a cuerpo y no hubieran desentonado. De hecho estas habrían enriquecido el gameplay. Además habrían sido hasta más útiles por la cantidad de enemigos que se tiran a nuestra cara en cada combate con armas cuerpo a cuerpo mientras nosotros tenemos que disparar o usar alguna habilidad, que son mucho más restrictivas y limitadas.
El título recuerda a Warhammer Inquisitor Martyr, un juego con el que comparte género y cuya jugabilidad se basa mucho en armas a distancia y el combate en coberturas, también dispone de armas cuerpo a cuerpo pero son mucho más arriesgadas. Si bien el Warhammer es mucho más tosco en el uso de las coberturas, pero comparte esa visión de The Ascent de hacerlas un elemento clave para la supervivencia del jugador. Y aun en su tosquedad su sistema es mucho más satisfactorio pues los enemigos pueden llegar a destruir esas coberturas mientras que en el juego de Neon Giant eso es casi imposible, una cobertura es una garantía de inmortalidad mientras no seas flanqueado.
Su sistema de combate se basa en los disparos, como bien hemos dicho antes, también en las prótesis que nos dan habilidades como curaciones, escudos o ataques especiales. Solo podemos tener dos prótesis que gastan energía y tienen tiempo de reutilización, no se pueden mejorar y sus limitaciones hacen que la diversidad sea mucho menor que con un sistema de clases estándar. Los disparos los podemos realizar en dos modos, de pie o agachados (cobertura) lo que permite moverse y adaptar la cobertura de manera fluida. De ambas formas podemos disparar desde la cadera o apuntando, su principal diferencia es poder alcanzar enemigos más grandes o pequeños, o en el caso de estar en cobertura poder disparar por encima. Esto conlleva un grave problema que no se da en otros juegos del estilo pues los desniveles suelen ser más anecdóticos o tienen un sistema de disparo más dirigido. Sin embargo, The Ascent pretende ser un shooter en un mundo cyberpunk con cámara isométrica, un mundo que está diseñado para tener siempre varios niveles, con edificios, escaleras y demás desniveles, los cuales al añadirle ese formato de disparo tan rígido hace que mientras estamos en terreno elevado sea imposible disparar a los enemigos que tenemos debajo, mientras que al contrario si es posible. The Ascent es la pesadilla del querido maestro jedi Obi-Wan Kenobi, experto en combate sobre terreno elevado.
Todo este conjunto hace que la pretensión de ser un juego frenético se quede a las puertas de la nada, pues no tiene un ritmo estable, puede ser que vengan múltiples enemigos de combate cuerpo a cuerpo y tengas que correr o puede que se quede en una guerra de trincheras, que vamos a ganar porque la IA no da para más.
Un modelo RPG sin alicientes
No es el único aspecto del juego que queda en un quiero y no puedo, su sistema de progresión y mejora del personaje es muy complejo para ser tan vacuo. Hay un sistema de niveles donde avanzamos mediante la ganancia de experiencia, los puntos los podemos gastar en subir estadísticas que nos dan más vida, más probabilidad de crítico, más energía, etc...mejoras muy planas. Las habilidades las obtenemos mediante prótesis que tampoco tienen manera de mejorarse para obtener más beneficios y las armas las mejoramos como si fuera Dark Souls, vamos al "herrero" le damos componentes y mejoramos su efectividad. Cualquiera esperaría algo más de un mundo lleno de implantes y mejoras cibernéticas, modificar las capacidades de las armas mediante objetos, tener más habilidades que se puedan mejorar para obtener efectos especiales, en general un cambio de roles que permita adaptar nuestra forma de jugar. Tal y como lo contamos puede no parecer demasiado complejo pero en el propio menú de The Ascent se da mucha más información de la necesaria que confunde y crea una sensación de complejidad para un sistema que apenas la tiene.
De hecho la mayor mejora que podemos tener es la subida plana de nivel, pues los enemigos que nos encontramos también tienen niveles y el sistema de The Ascent hace que se module el daño que hacemos o recibimos en función de la diferencia de niveles entre nosotros y el enemigo. Vamos que con el mismo equipo podemos hacer más daño solo por estar dos o tres niveles por encima del enemigo.
Buena ambientación pero sin ritmo en su narración
A nivel de historia The Ascent se sumerge en las intrigas de las megacorporaciones propias del género cyberpunk. Empezamos siendo un contrayente, el nivel más bajo de persona, un esclavo de una megacorporacion con un talento para la destrucción y la muerte. El inicio es interesante, nos muestra como la caída de una empresa es un campo de carroña para el resto mientras nosotros estamos en medio sin saber muy bien que hacer. Sin embargo conforme avanza el ritmo decae, los diálogos son difíciles de seguir porque ya nos desubican con tanta vuelta de un lado a otro como si del WoW Classic se tratara. Al final solo tenemos la sensación de querer acabar rápido y que no nos den la chapa mucho.
Uno de los recursos que The Ascent usa de manera abusiva es la introducción de zonas o enemigos mediante cortes de cámara para ver en todo su esplendor al monstruo que tenemos que matar ahora o la discoteca a la que acabamos de entrar. Estos cortes llegan a sucederse en varias ocasiones en tan solo unos pocos minutos si avanzamos a un buen ritmo y no hacen demasiada gracia.
Por otro lado hay que decir que el juego se ve muy bien, los entornos varían bastante a pesar de ser una ciudad futurista decadente. La oscuridad se entremezcla con las luces coloridas de los neones mientras vemos basura y descastados por los rincones. El ambiente te mete de lleno y es un auténtico disfrute si gustas de lo cyberpunk. Los enemigos además son bastante variados, a pesar de enfrentar mil veces a los mismos enemigos, con cada avance descubres bandas con características propias, jefes diferentes tanto en estética como en mecánicas. También ayuda la adición, no solo de enemigos modificados mediante implantes, si no también la de alienígenas que da más posibilidades.
La duración de The Ascent ronda las 15 horas si nos atenemos a la historia, como hemos dicho anteriormente muchas de estas misiones nos obligan a dar vueltas innecesarias por lo que este tiempo se puede ver alterado de una forma que puede ser considerada artificial en cierta manera. También hay que hablar de la optimización y de los bugs que nos hemos ido encontrando. Nosotros al menos hemos encontrado unos cuantos, y algunos importantes, como en una ocasión en la que estuvimos una hora dando vueltas porque un evento no salto cuando debía. La optimización está falta de unos ajustes sobre todo con los tiempos de carga, también sufre mucho en los combates pues hay veces que se concentran muchos NPCs en pantalla, dándose el caso de que además muchos de ellos no sean ni siquiera enemigos.
Con amigos siempre es mejor
The Ascent tiene un modo cooperativo para hasta 4 jugadores, que permite a los usuarios entrar y salir de la partida en cualquier momento. Es una buena forma de cambiar el ritmo de juego, y permite llevar a cabo nuevas estrategias, haciendo que todo sea mucho más entretenido y dinámico. Además también permite que haya varios jugadores con builds diferentes, lo que añade una capa más de jugabilidad a la mezcla del juego que nos ocupa. Es una pena que no se hayan diseñado situaciones específicas para este modo, y se trate de la misma experiencia en solitario, pero con más enemigos y más difíciles. Aún así, se trata de un gran añadido.
The Ascent: La ficha completa
- Título: The Ascent
- Desarrolla: Neon Giant
- Plataformas: PC, Xbox Series X/S y Xbox One
- Precio: 29.99€
- Fecha: 29 de julio de 2021