Desde que el RPG se democratizó en la generación de los 8 bits, decenas de “juegos de rol” han ido circulando a través de los años y las décadas. Es, con alta probabilidad, uno de los géneros que más ha evolucionado gracias a la técnica. Hemos pasado de sprites y mecánicas sencillas a complejos e intrincados algoritmos de stats y árboles de habilidades que casi nos permiten conocer mejor a nuestro avatar de lo que nos conocemos a nosotros mismos.
Y no solo en lo matemáticamente técnico. Las historias se han vuelto más complejas, más elaboradas y, por lo tanto, más singulares. El RPG clásico ha dado paso a subgéneros de todo tipo que confluyen a lo largo de diferentes estructuras jugables, cada una de ellas atrapando a un tipo de jugador u otro. Los que amamos la trama, los que se dejan atrapar por un universo rico y complejo, los amantes del farmeo y el levelar o, simplemente, los más competitivos. Prácticamente cualquier juego se puede considerar un RPG de una manera u otra.
Durante estos más de 30 años de continua evolución ha habido una parte de la comunidad que ha seguido amando lo clásico. El característico RPG del bien contra el mal. Del joven héroe con amnesia que se ve envuelto en, el siempre constante y recurrente, camino del héroe. Un camino constante y casi clónico en donde título tras título nuestro héroe se tendrá que elevar como salvador de la humanidad (o de la princesa de turno) batiéndose en una cruzada voraz contra el mal que acecha al universo en cuestión.
Ahora llega a Nintendo Switch la primera gran obra de los japoneses Claytechworks, Bravely Default II, la secuela del aclamado título de Silicon Studio lanzado en Nintendo 3DS hace prácticamente una década. Fácil no lo tiene de entrada Claytechworks. La obra original fue unos de los grandes títulos de la consola portátil 3D de Nintendo. A través de un preciosista diseño artístico conseguía exprimir, casi como ningún otro título, el efecto 3D autoesteroscópico. El juego original se caracterizo también por su innovador sistema de combate por turnos donde incorporaba el concepto de Bravely y Default para adelantar el consumo de turnos y gozar, de esta manera, de un sistema de combate mucho más complejo y estratégico. El título cosecho excelentes críticas a pesar de que algunas fases del juego resultaban tremendamente mejorables.
Bravely Default II cuenta su propia historia independiente del título original. En esta ocasión, nuestro personaje llegará a un continente totalmente desconocido tras un convulso naufragio. Rápidamente nuestro elenco de personajes crecerá y nos convertiremos en el fiel compañero de la princesa Gloria a la que deberemos ayudar en la enésima ocasión de recuperar cristales y luchar contra el mal.
Ya lo comentamos en nuestra preview, Bravely Default II podría tratarse sin problemas de un juego de hace una o dos décadas. Una historia clásica hasta el extremo, con unos personajes que cumplen con todos los chiches y con un desarrollo predecible. En más de una, dos y tres ocasiones nos ha resultado sencillo predecir cómo se iban a desarrollar los acontecimientos, especialmente en las primeras horas de juego. En ese sentido, se ve un juego poco trabajado y un escalón por debajo de lo que podría esperarse de esta franquicia.
Las mecánicas jugables, o los elementos puramente de RPG, tampoco nos han resultado excesivamente novedosos o interesantes. La razón principal es que los dos pilares fundamentales en ese aspecto que sustentan toda la obra son los mismos que ya lo hacían hace casi diez años, su sistema de combates y su sistema de trabajos (que son excelentes).
El sistema de combates, como hemos mencionado al inicio de este análisis, es el elemento más característico de esta franquicia -y a la que debe su nombre. El sistema Bravely y Default nos permite adelantar o acumular turnos para enfocar cada combate según las necesidades que se presenten. Por ejemplo, podemos realizar Default durante 3 turnos para, en el cuarto, lanzar cuatro turnos seguidos y poder seguir ya actuando en el turno siguiente. De igual manera, podemos adelantar hasta 3 turnos más a través del comando Bravely. Sin embargo, pensad que adelantar turnos implica que luego estaremos el mismo número de turnos que hemos adelantado expuestos a los ataques de lo enemigos.
Ese equilibrio es muy correcto y será especialmente relevante en los combates contra los bosses. En el resto de los combates lo cierto es que con limitarnos a un primer asalto de Bravely’s bastará para liquidar prácticamente la totalidad de combates random del juego, una auténtica lástima ya que se pierde todo aliciente estratégico. Sabedores de ello, Claytechworks ha incorporado la posibilidad de acelerar los combates. Un detalle ya que, si los combates son un trámite, al menos que sea un trámite rápido.
El otro pilar de Bravely Default II son los trabajos. Esto afectará a dos tipos de habilidades, las activas y las pasivas. Las activas son propiamente las clases. De nuevo, estamos hablando de trabajos tan conocido por todos como el mago negro, el mago blanco, el guardia (paladín) u otras clásicas con las que llevamos roleando las últimas décadas. Las habilidades pasivas serán habilidades de clase que afectarán tanto a elementos del combate como fuera del mismo. De nuevo, un elemento, el de los trabajos, que hemos visto ya en innumerables RPGs. A pesar de que son elementos ya presentes en la primera entrega, lo cierto es que en estos últimos años el RPG clásico ha evolucionado, por lo que este Bravely Default II se antoja una obra un tanto desfasada en este aspecto. Sin ir más lejos, la propia Nintendo Switch cuenta con Octopath Traveler un juego que es el ejemplo perfecto que demuestra que aun hay espacio para innovar en un campo como el del RPG clásico.
El desarrollo de la trama de Bravely Default II también deja algunas lagunas que hacen que el juego se preste monótono rápidamente. Si los combates ya suponen poco aliciente, su universo también nos ha resultado mejorable. Visitar la ciudad de turno, proseguir con la mazmorra de turno y con su respectivo boss. Si Bravely Default pecaba de este factor en su última parte del juego, esta nueva entrega lo hace en el principio, algo muy peligroso ya que el juego se torna excesivamente monótono desde el comienzo de la aventura.
Sin embargo, Bravely Default II es extremadamente bonito. Tras su planteamiento amigable y sencillo, esconde ciudades, mazmorras y escenarios muy atractivos. Como si de fondos de acuarela prerrenderizados se tratase nos moveremos por escenarios fijos mientras podemos hacer zoom in y zoom out para apreciar todos los detalles que se nos presentan.
Dependiendo si jugamos en modo portátil o en modo sobremesa hemos apreciado que el juego presenta ciertos dientes de sierra en los personajes, especialmente cuando alejamos el zoom de nuestros personajes. A pesar de ello no se le puede replicar mucho más al titulo de Claytechworks que luce a un nivel correcto en lo técnico y que cuenta con una traducción buena al español.
Bravely Default II no es un mal juego que no se malinterprete. No importa que nos enfrentemos a la enésima vez que tenemos que buscar cristales para restaurar la paz de un mundo en peligro junto al paladín, al mago negro y al mago blanco de turno. Si el título lo presenta de una forma atractiva no hay problema y esto se ha demostrado en muchos títulos recientes que, sin innovar en exceso, presentan una propuesta simpática y apetecible para los amantes del género. Lo peor es que Bravely Default II se antoja un juego vago, en el que se atisban pocas ganas de evolucionar. Copia prácticamente todo de la primera entrega y no lo compensa en ningún otro aspecto del juego. Su historia no nos ha cautivado, ni tampoco nos ha enganchado, ni siquiera en los primeros compases, esas primeras horas donde el factor “nuevo juego” aun invita a seguir adelante. Esto es algo imperdonable en un título al que sabemos de entrada le vamos a tener que dedicar unas cuantas decenas de horas.
Aún hay espacio y esperanza para el camino del héroe. Títulos como Zelda Breath of the Wild lo demuestran sobradamente, pero sin duda, esta no es la obra. Gustará a los amantes más puristas del género, pero es probable que aburra al resto de jugadores y más con los extensos catálogos de títulos con los que contamos hoy día.
La ficha completa:
- Título: Bravely Default II
- Plataformas: Switch
- Desarrolla: Claytechworks
- Distribuye: Nintendo
- Fecha de lanzamiento: 25 de febrero de 2021
- Precio: 59.99€