Mucho ha llovido desde los días de Nintendo 3DS. La última portátil pura de Nintendo contó con un catálogo legendario que aprovechaba, en mayor o menos medida, sus virtudes del efecto 3D. Era la década del 2010 y el 3D estereoscópico, aunque hoy nos sorprenda, estaba de moda.
Algunos juegos lo aprovecharon mejor que otros, pero uno de los que mejor recuerdo guardamos fue Bravely Default. El juego desarrollado por el estudio japonés Silicon Studio, llegó y cautivó a finales de 2012. Un diseño artístico singular, un argumento muy elaborado y un sistema de combate innovador supuso el coctel perfecto para convertir al título japonés en uno de los mejores del catálogo de la 3D de Nintendo, así como en uno de los nuevos referentes del JRPG clásico. Con esa brizna a aire fresco el juego cosechó unas excelentes críticas tanto por parte de los medios especializados como de la comunidad. Cierto que el juego no era perfecto, pero aquello que hacía bien lo mostraba de forma notable proporcionando una experiencia que ante todo se sentía fresca (salvo aquellos compases finales).
Hoy, rozando la década después, llega a nuestras manos Bravely Default II. Poniendo las cosas en perspectiva podemos afirmar que una década en esta nuestra industria supone una eternidad y lo que entonces sirvió -quizás- hoy no lo haga. Pero no adelantemos acontecimientos.
Tras las primeras horas invertidas en la obra de los japoneses Claytechworks nos encontramos una propuesta que mira de reojo a su hermano mayor. Como si quisiese copiar los gestos de un adulto en busca de su aprobación, Bravely Default II toma prestadas casi todas sus licencias de aquella obra original. Sin embargo, la historia es totalmente independiente del primer Bravely Default así que, si no jugasteis a la primera entrega, podéis lanzaros a por esta segunda sin problema.
Nos encontramos ante una obra amigable, accesible. Nuestro personaje llega a tierra tras un naufragio, despertando en una zona totalmente desconocida para él. Aquí empieza el clásico camino del héroe con el consiguiente déjà vu de haber estado aquí por enésima vez. Pasamos por alto el cliché japonés por antonomasia y ponemos pie en el camino para ayudar a una nueva monarca en su camino de bondad y justicia. Hasta aquí todo entra dentro de los niveles de normalidad que podríamos esperar.
Deberemos recorrer ciudades hablando con diversos NPCs, gestionar nuestro inventario, mejorar nuestros personajes. El circulo jugable será casi siempre una constante. Llegar a nueva zona, problema, mazmorra, boss, solución. Por lo tanto, tenemos cierta sensación de que Bravely Default II pierde fuerza a nivel jugable conforme avanzamos. Este loop infinito lo convierte desde el principio en un juego excesivamente previsible.
¿Pero esto debería ser sustentando por el elemento core del juego, sus combates, no? La respuesta es difícil de dar y dependerá de cada uno de nosotros el ponerle más o menos peso a este elemento. No es un punto trivial ya que si comparamos esta entrega con la de 2012 vemos que a nivel jugable las novedades son prácticamente nulas. El sistema de combate innovador que dio nombre al juego “bravely” y “default” nos permitían acumular turnos a base de defendernos o hipotecarlos de entrada buscando una estrategia más ofensiva según el tipo de enemigo. Esto conjuntamente con un sistema de trabajos con el que podíamos ir definiendo las artes y bondades de cada uno de nuestros personajes, supuso ese toque de aire fresco que tanto nos gusto hace ya casi una década. Sin embargo, como decíamos, lo que antaño funcionó, ahora puede quedarse corto. Y se queda.
El sistema de combate es quizás el punto que más nos está flojeando a estas alturas del título. El 95% de los combates hasta ahora se resumen en una constante de “bravely” en el primer turno con el fin de acabar con el enemigo incluso antes de que este se pueda defender. Esto es jugando en el modo normal, que es el que viene por defecto y que supone la experiencia jugable más en línea con lo que sus desarrolladores consideran óptimo. Esto, supone que al final los combates se resuman en un machaca botones por turnos que no tienen ningún aliciente más haya del mero looteo o farmeo de turno. Una verdadera lástima ya que se pierde gran parte del toque estratégico que se labró en el título original.
Las clases o trabajos tampoco han envejecido bien. Seguimos viendo los mismos caballeros, los mismos magos negros o los mismos magos blancos desde los años 80. Al final, si nos paramos a pensar es quizás este abuso el que hace que Bravely Default II pueda considerarse sin problemas un juego de hace 10 o 15 años. Los compañeros de Claytechworks deberían haber pensado que el RPG de corte japonés continua evolucionando y que no deberían mirar al pasado sino más al presente, a obras como Persona 5 de Atlus o incluso un juego más de corte medieval como es Octopath Traveler. Si comparamos con este último podemos asegurar que este último es una obra mucho más interesante a todos los niveles que el juego que hoy nos ocupa.
Si pretendemos mirar más allá tampoco hallaremos luz. Misiones secundarias estilo recadero serán las más comunes en los diferentes enclaves que vayamos visitando, algo que no motiva a dedicarles tiempo.
Pero no todo es pesadumbre. El elemento que sigue luciendo a un altísimo nivel es su apartado artístico. Los diseños de sus ciudades y de sus mazmorras son de una belleza sublime que nos dejará embobados en más de una ocasión. Como si de una acuarela se tratase encontraremos ubicaciones repletas de detalles en donde podremos hacer zoom in y zoom out en busca de detalles o simplemente para poder movernos más cómodamente por la zona o la mazmorra. El apartado sonoro también sigue brillando. Melodías épicas y singulares nos acompañaran en los momentos de pausa o de frenesí, ayudando a meternos en la piel de nuestro grupo de personajes. Igual que en su primera entrega, el juego viene doblado al inglés o japonés con subtítulos en español.
A nivel técnico el juego presenta algunos peros en ciertos momentos. Nos hemos encontrado con personajes con muchos dientes de sierra sobre todo al jugar en modo portátil. Al llevarlo al modo sobre mesa, los dientes de sierra siguen presentes, aunque algo más sutiles. Esto es debido a que, en muchos momentos el juego abusa de los planos alejados de los personajes por lo que los hace difíciles de distinguir. Añadir también el consumo de batería. Bravely Default II es uno de los juegos con un mayor consumo de batería que hemos probado a la fecha. Algo que nos ha sorprendido por que sus assets y escenarios no deberían exigirle tanto a Nintendo Switch. Esperamos que lo optimicen de cara a futuras actualizaciones.
Por todo ello, Bravely Default II, por ahora, nos está arrojando más sombras que luces. Y prácticamente todas esas sombras vienen de su hermano mayor con el que, obviamente nos es imposible no comparar. Seguimos avanzando hora tras hora con la sensación de por que no se han incorporado nuevos elementos como se hizo con Octopath Traveler o por que no se ha decidido arriesgar más en búsqueda de un toque más Atlus. Por ahora seguimos apostando por Octopath Traveler como mejor JRPG de corte clásico para Nintendo Switch. En nuestro análisis saldremos de dudas si finalmente estamos ante una ocasión perdida o si verdaderamente este Bravely Default II esconde algún as bajo la manga.
La ficha completa:
- Título: Bravely Default II
- Desarrolla: Nintendo / Claytechworks
- Plataformas: Nintendo Switch
- Fecha de lanzamiento: 26 de febrero de 2021
- Precio: 59.99€
