El Palacio de Vistalegre va camino de ser junto con el Spodek y el LANXESS Arena una de las mecas europeas de los deportes electrónicos. Semanas después de ser la casa de los cuartos y las semifinales de los Worlds de League of Legends, el recinto madrileño acogió este fin de semana las finales del Campeonato Mundial de Rocket League.
NRG Esports, los dominadores de Norteamérica esta temporada en lo que al juego de coches futbolísticos se refiere, fueron los que lograron alzarse con el título en una final de infarto frente a los europeos de Renault Vitality. Una prórroga decidió el título y el final de varias narrativas tan atractivas como el espectáculo que dieron ambos equipos sobre el terreno de juego.
Por un lado teníamos el duelo a cara de perro entre el francés Kaydrop y el sueco Turbopolsa por lograr ser el primer jugador de la historia en hacerse con cuatro mundiales, y por otro la posibilidad de que se cumpliera la promesa que hizo hace dos años GarrettG en Twitter: "Da igual lo que suceda, no voy a parar hasta levantar ese trofeo".
Una obsesión para el jugador norteamericano que llega tras varios tropiezos en las fases finales de este campeonato durante los últimos años. Una obsesión que dejó de atormentar su cabeza en el momento que pasó un balón bombeado a su compañero jstn, el cual realizó un remate acrobático que puso el punto y final al torneo.
Un punto y final emocionante para una octava temporada de Rocket League que ha roto su pico de espectadores concurrentes durante unas finales. De los 202.000 del pasado año, que ya eran el máximo histórico, se ha pasado a 280.000 espectadores en el minuto de oro de la retransmisión. Una expectación máxima que se hizo notar en Vistalegre con un gran desplazamiento de fans franceses apoyando a Vitality.