A falta de cuatro series al mejor de cinco en el MSI de League of Legends, nos quedamos sin ningún representante occidental en el torneo. Tanto G2 Esports, como MAD Lions, Golden Guardians y Cloud9, el último conjunto en caer, se han visto avasallados por el poderío de la LCK y LPL y se han quedado muy lejos de poder pelearles de tú a tú y con varios mapas que se han decidido antes de que se acabasen las placas de las torres.
Con el renovado formato del evento, con eliminatorias al mejor de cinco y con la inclusión de un lower bracket, los equipos que son superiores plasman aún más su dominio y hegemonía y muestran las costuras de los equipos con menos nivel en la Grieta del invocador. Esto puede ser el gran resumen del torneo, en el que tiene que llegar una gran autocrítica a jugadores, organizaciones y dinámicas de trabajo, ya que estas no están siendo las mejores para poder competir a nivel internacional.
La cruda realidad: 2-18
En los duelos directos, la diferencia se acentúa y podemos decir que no hay color. Todos los equipos, a excepción de G2 Esports, no han logrado tirar un nexo en esta fase principal a equipos de LCK o LPL. El único que salva esta excepción, como hemos dicho antes, han sido los samuráis, que han sido los que mejor imagen han dado, y han podido, en cierta medida, pelear contra Bilibili e incluso dar un susto si no hubiesen tirado el tercer mapa con la ventaja que tenían en su poder.
Si ampliamos el abanico y tiramos de estadísticas del Play-In, Golden Guardians si que consiguió rascarle un mapa a Bilibili, pero los chinos lograron su billete para esta fase principal del torneo tras derrotarlos por dos mapas a uno. En total sería un 3-20 a favor de las regiones orientales que vuelven a dominar de nuevo con mano dura el competitivo tras un 2018 y 2019 que parecen puros espejismos.