Dice en su himno de los Worlds Lil Nas X, actual presidente de Riot Games, lo siguiente: "Don't ever say it's over if I'm breathin". Y lo cierto es que a Rogue se le congeló la respiración después de conocer hace unos días que su rival en los cuartos de final del Campeonato del Mundo de League of Legends iba a ser nada menos que JDG, vigente campeón de la LPL y máximo favorito para levantar la Copa del Invocador.
El campeón de LEC llegó al mejor de cinco como el único representante de fuera de China y Corea del Sur en las eliminatorias por el título. Una primera semana brillante y una segunda más mediocre para clasificarse es justo el vaso medio lleno para la afición europea, o medio vacío para quienes apuestan por la cabeza.
En frente estaba un equipo que, salvo por el inconveniente de tener que jugar con Yagao desde el hotel por culpa de un positivo en COVID, tenía todo de cara en este duelo. Rogue, sin tiempo para pensar, ha tenido que verse las caras contra el equipo más en forma del mundo.
Kanavi inclinó la balanza
Rogue tiró de librillo en el primer draft. Ban evidente a Aatrox, especialidad de 369, y a la bestia negra de Europa, Yuumi. A partir de ahí, se hicieron con Lucian-Nami para el carril inferior y Azir para Larssen. Buenas elecciones si no fuera porque JDG logró Graves para su jungla, todo un conocedor de este pick, y porque el Renekton de Odoamne fue una elección tan sorprendente, como contrarrestada por el rango de JDG.
El duelo fue esperanzador para los europeos, que aguantaron la presión de un Kanavi que ya marcó el ritmo desde el minuto uno (no en vano, ya se llevó tres de cuatro bufos iniciales). Comp se hizo con mucho oro en los primeros compases, y los dos primeros dragones cayeron del lado europeo. Buenas sensaciones, pero con el pensamiento insistente de que estábamos viendo un delicado equilibrio que JDG tenía más opciones de romper.
Y así fue. Sólo hizo falta que Rogue llegase un poco tarde al tercer dragón del encuentro, provocando un pick en la Nami de Trymbi, la posterior muerte de Larssen y la torre de inhibidor central destruida. Ahí se rompió todo, coincidiendo con los +100 súbditos de Kanavi en la jungla. Una victoria cuando se rozaban los 30 minutos para el equipo chino.
Distinta partida, misma historia
Desde el lado azul, Rogue buscaba cambiar las tornas. Dejando que JDG fuera quien realizara el ban a Yuumi, bloquearon a Graves y buscaron una estrategia muy concreta contra el Aatrox de 369: banear a Fiora e intentar pickear ellos al darkin. JDG leyó a la perfección el plan y respondió con Viego para Kanavi y Gwen como rival del Maokai de Europa; el cual tenía hasta entonces un 100% de victorias en manos de Odoamne.
El curso de la partida fue idéntico a la anterior. Kanavi brillando gracias a que JDG lograba tener presión en las tres calles. La diferencia mecánica y el respeto individual hizo que el guion fuera similar, con Rogue intentando remontar aprovechándose de las overextendeadas por parte de los chinos.
Es muy difícil afrontar un mejor de cinco contra el mayor favorito del torneo cuando tienes un hándicap de este tipo. Se pueden celebrar picks con 8ks de oro de diferencia, pero eso es el resultado de una serie de fallos anteriores.
Remar para morir en la orilla
Rogue necesitaba sacar rédito de la fase inicial del juego, punto flaco (por decir alguno), de JDG. Por ello, el equipo europeo apostó por campeones como LeBlanc, Kalista o Lee Sin. Y lo cierto es que no fue mal del todo, porque Comp logró varios asesinatos y placas de torreta, convirtiéndose en una amenaza para un equipo chino, el cual veía como Kanavi se emborrachaba de poder y apostaba demasiado en el juego temprano.
Larssen logró imponerse a partir del midgame, con varios asesinatos realmente vistosos con LeBlanc. Sin embargo, en esta ocasión fue Malrang quien desentonó con Lee Sin. Sus fallos en las Ondas Sónicas, la build discutible y una jugada excesivamente trufera ya en la recta final, lastró a un Rogue que se despide sin poder luchar contra JDG.