Hubo una época en Valorant, especialmente desde la beta y los primeros meses del juego, en la que había una agente más que odiada por la comunidad, y en parte, tenían algo de razón. Jett traía muchos quebraderos de cabeza a los jugadores y es que consideraban que estaba rota y era injusto que tuviese algunas mecánicas que han cambiado con el paso del tiempo.
Si ahora nos quejamos del Tour de Force de Chamber, esta mecánica era peor todavía, y solo aplicando las cuchillas con el clic derecho y logrando una baja, estas cuchillas se reseteaban y no perdías ninguna.
Un nerf más que necesario
El sentir de la comunidad era obvio, y es que la duelista iba en contra de lo que promulgaba Valorant en su lanzamiento, al igual que pasó con la Raze sacada en la Beta, con un daño sin sentido gracias a sus habilidades y sus dos balas de pintura.
En este caso no eran sus habilidades, sin contar la definitiva, sino su dash que era una absoluta locura y le permitía crearse espacio y escaparse en muchas ocasiones sin que el rival no pudiese hacer nada, por lo que los duelos contra la agente eran más que injustos en muchas situaciones.
Al igual que puede pasar con el revólver o el Tour de Force de Chamber, las cuchillas de Jett estaban muy rotas, demasiado. Con cada baja, reseteaba las cuchillas, y matar, era una cosa relativamente sencilla, especialmente con el clic derecho en el que lanzabas todas las cuchillas a la vez.
Cuando matabas a un oponente se reseteaban instantáneamente, por lo que podías hacer clic derecho tras clic derecho en cuestión de milésimas. Esto estaba absolutamente desbalanceado, y si además le sumas el resto de habilidades combinadas, era algo que apenas tenía counterplay. Jett te permitía salir de situaciones delicadas con la E, y también podías elevarte por encima y planear sobre ellos con su pasiva.