Riot Games nos ofreció uno de los mejores partidos del planeta para abrir el Campeonato Mundial de League of Legends. Fnatic y SK Telecom T1, dos equipos con títulos mundiales en su vitrina abrieron la fase de grupos en el Verti Music Hall de Berlín. Tras una ceremonia de apertura bastante sobria, comenzó la primera jornada de la fase de grupos de Worlds.
SKT fue inteligente al dejar a Fnatic usar una botlane de poca presión como Garen-Yuumi y centrarse en denegar junglas de juego temprano a Mads "Broxah" Brock-Pedersen, quien tuvo que optar por un pick decente como es Rek'Sai, pero quizás de segunda fila. Además de eso, realizaron un ejercicio trileresco con Kayle y Tristana, dos campeones que intercambiaron en el último segundo del draft para posibilitar el escalado de la primera y que Faker tuviera prioridad en el juego más temprano.
Con esos ingredientes se dispusieron a controlar la jungla rival desde el primer momento. Tras una invasión tardía que les dio el primer asesinato, pusieron a Broxah por detrás y le mantuvieron ahí a base de guardianes de visión. Fnatic, que debería ser muy agresivo en la horquilla pre y post nivel 6, se vio una rave en la calle inferior (TPs mediante) que permitió a los coreanos llevarse tres asesinatos a cambio de nada.
Con ese control, SKT comenzó a realizar un macrojuego excelso que les otorgó un Heraldo y varias torres antes del minuto 20. Los intercambios de objetivos siempre hacían decidir a Fnatic entre una opción mala y otra menos, pero nunca buenas. Eso no quiere decir que no hubiera buenas noticias para los europeos, que vieron como Nemesis realizaba acciones de clase mundial; eso sí, su llegada tardía a un par de peleas cerca del Nashor iba lastrando su equipo.
Por último, el factor Faker se hizo notar. Lee "Faker" Sang-Hyeok demostró a todo el planeta que tras un año lejos de Worlds sigue siendo el "demonio inmortal" del League of Legends internacional. El midlaner coreano realizó un partido inmaculado que sirve tanto para conseguir la primera victoria como para infundir miedo en el corazón de sus rivales.