Contrariamente a lo que a veces podamos pensar, en ocasiones está bien dejarse llevar por la marea de la opinión general. Puede que tenga un sesgo algo superficial o genérico, pero la realidad es que si mucha gente dice algo, es porque de verdad es interesante o porque tiene sentido. Algo así ha pasado estos días en Twitter League of Legends, ya que son muchos los usuarios que están reflexionando a la vez sobre el mismo tema.
Me refiero, como no podría ser de otra forma, al asunto de las cuentas de Twitter de memes y a los tuits realizados por cuentas de equipos y organizaciones cercanas al League of Legends occidental. Parece que casters, insiders, aficionados e incluso periodistas se han puesto de acuerdo para sacar a la palestra el escaso nivel del contenido que podemos ver en redes sociales.
De bangers que no son tal
Me alegra saber que no soy el único que tiene la sensación de que llevamos desde hace tres años hablando de los mismos temas: la Nidalee de Jankos y sus lanzas, viendo memes sobre cómo de triste es ver y jugar League of Legends a x edad, o coñas sobre los 200 años de experiencia que tiene el nuevo campeón desarrollado por Riot Games.
Se suele decir que las bromas nacen en Twitter, luego crecen en Facebook y finalmente mueren compartidas por tus tíos en el grupo familiar de Whatsapp. Pues parece que en cuanto a la escena profesional de League of Legends todo ese ciclo se desarrolla de forma íntegra en unas pocas cuentas bastante influyentes, pero escasas de originalidad.
Kingslayer, el funesto exCM de Excel Esports Fosty o Follow For Bangers son varias de las cuentas que han marcado el estándar de lo que funciona en redes sociales dentro del entorno LEC. Memes muy conocidos a los que se les hace un pequeño cambio para ajustarse a un resultado concreto, y a funcionar. Los datos les apoyan, ya que miles de likes por meme, parecen ser un gran botín.
Gracias a esos números, algunos de ellos consiguen hacerse con un puesto de Community Manager en un equipo LEC, el objetivo final de convertirse en el Rey Memero. La razón es obvia: a día de hoy no hay forma de monetizar un contenido tan viral como plano en Twitter. Bueno, puedes activar las donaciones en esta red social, pero me arriesgo a pensar que no es en absoluto una fuente de ingresos óptima.
Cuando todo vale por los impactos
El punto culmen de este debate llegó casi por serendipia: mientras todos hablábamos de este tema, un medio de esports publicó uno de los memes más deplorables que nunca se han publicado... Y más por una cuenta que debería tener un mínimo de educación al representar a una marca y no a una persona individual. Me refiero a Jaxon y su terrible meme, ya borrado, que hacía sangre con supuestas intenciones humorísticas sobre un caso de abuso sexual.
Lo cierto es que puede pillar por sorpresa, pero no es la primera ocasión en la que este medio toma la decisión de buscar la polémica como fuente de impactos. De hecho, han llegado a defender una opinión de un jugador de Fortnite acerca de la zoofilia. Sí, como suena, sin anestesia.
Y los impactos no sirven de mucho
Creo que después de siete años trabajando en este mundillo y más de uno dirigiendo un medio, como es MGG España, os puedo quitar la venda de los ojos. Los impactos en redes sociales, en términos de traducción a visitas reales en web, son prácticamente inútiles. Las redes sociales te pueden servir para conseguir transmitir tu imagen de marca, tu línea editorial, o para darte a conocer; pero no son una fuente de tráfico sostenible.
Ya lo contaron Jacob Wolf, ex periodista de ESPN Esports o Dotesports, o el insider español Bloop, que tras publicar noticias tan importantes como la salida de Rekkles de G2 Esports, las visitas conseguidas frente a las impresiones conseguidas son mínimas. Si ni la mayor noticia del año en la escena consigue conversión a web desde Twitter, os aseguro que una noticia apoyando las relaciones con gallinas aún menos.
Supongo que el informe de followers conseguidos, les permitirá conseguir otro año más de trabajo. Sin embargo, tened claro que la preponderancia de esta línea editorial en el contenido sobre League of Legends, que ha desplazado a las cuentas de información, estadísticas o análisis en Twitter, no tiene un rédito directo más allá de ver subir números en pantalla como si de Diablo se tratase.