Los campeones de League of Legends son el conjunto de su diseño, historia y jugabilidad. Sin embargo, lo más importante para la mayoría de la comunidad siempre es todo lo relacionado a cómo se desempeña el personaje en las partidas. A fin de cuentas, el MOBA de Riot Games es un título en el que puede que nos enfrentemos en decenas de ocasiones a un mismo héroe y lo último que queremos es que las cosas se vuelvan más frustrantes por su culpa. Sin embargo, es una situación que por culpa de ciertas habilidades se repite de forma bastante habitual.
Las habilidades más odiadas de League of Legends
Riot Games es consciente de las quejas de los jugadores. Sin embargo, los desarrolladores no quieren hacer nada al respecto. De hecho, consideran que algunas de las cosas que más odia la comunidad son imprescindibles para crear campeones más interesantes. Un buen ejemplo lo encontramos precisamente con el hechizo que abrirá esta pequeña recopilación con las magias que menos gustan a la mayoría de los fans.
Las habilidades defensivas más frustrantes para la comunidad
La W de Yasuo es una de las habilidades más odiadas por todos, aunque sin ella el campeón no podría existir. Por sí sola puede hacer que campeones basados en proyectiles queden completamente inútiles. Todos los jugadores que se enfrentan a él la detestan, pero si hay una pareja de personajes que se vean especialmente afectados son Ornn y Miss Fortune. Simplemente, el rival pulsa un botón y se acabó la diversión.
Uno de los factores comunes que vamos a encontrar en todas las habilidades odiadas por la comunidad es la falta de opciones para contrarrestarlas y uno de los ejemplos más evidentes es el de Akali. La campeona se vuelve invisible con solo pulsar una tecla y acertar sobre ella se hace casi imposible. Para más inri, durante el tiempo que dura el hechizo puede golpear a los enemigos quedando expuesta por menos de un segundo. Además de por su uso actual, la comunidad también odia este hechizo por culpa de su primera versión que esquivaba incluso a las torretas y protagonizó el meme de los 200 años de experiencia.
Como el muro de Yasuo no nos gustaba y el velo de Akali tampoco, Riot Games decidió mezclarlos para crear una versión en esteroides que atemoriza a todos los jugadores de League of Legends. Es cierto que tenemos la opción de entrar dentro de la zona de efecto de Gwen para golpearla, pero no es precisamente buena idea entrar en el rango de acción de un campeón destinado a triturar a todo aquello que esté suficientemente cerca.
Hechizos de daño que no queremos ver ni en pintura
La habilidad más sencilla de entender de todas y una de las más frustrantes de League of Legends. Tiene un enfriamiento elevadísimo, no inflige demasiado daño hasta que avanza la partida y hay mecánicas para contrarrestarla. Sin embargo, cuando sabemos que nos va a golpear y van a acabar con nosotros no podemos hacer nada más que mirar a la pantalla sabiendo que en tres segundos todo se irá al garete. Lo peor es que puede utilizarla después de morir…
Riot Games tiene razón al decir que algunas cosas que no nos gustan son imprescindibles para que los campeones funcionen, pero lo de Golpes Fulgurantes es ir un paso más allá. Esta habilidad es una de las más problemáticas del juego en los rangos más bajos y tiene un enfriamiento muy reducido que, además, queda prácticamente reiniciado con el resto del kit del campeón si consigue una baja. Solo de pensar en Maestro Yi encadenando el hechizo varias veces nos vienen malos recuerdos…
Una de las jugadas más humillantes de League of Legends es ver como un Sylas alcanza el nivel seis antes que nosotros y utiliza nuestra propia definitiva para ganarnos en una pelea. De verdad que no tenemos demasiados problemas con esta habilidad en términos generales e incluso es divertido elegir personajes con ultimates poco poderosas para hacerle la vida imposible. Sin embargo, hay momentos en los que puede patrocinar nuestras ganas de desinstalar League of Legends.
Las habilidades de control que borraríamos del juego
Intentar jugar a League of Legends y que te conviertan en un ser inofensivo es un tanto desagradable. Cada vez que peleamos contra Lulu hemos de pensarnos las cosas dos o tres veces para acabar convertidos en un conejillo que solo puede caminar de lado a lado. Además, basta con que pulse encima de nosotros para aplicar el efecto, sin requerir ni una pizca de habilidad. Para no repetirnos en explicaciones, hemos de añadir que aquí también podría ir la Burbuja Somnifera de Zoe. Sin embargo, hemos elegido a Lulu porque últimamente es mucho más popular.
Lo único más doloroso que leer una habilidad explicada de forma tan pretenciosa es sufrirla en nuestras carnes. La Q de Morgana lleva años sin cambiar y una explicación sincera de qué hace la habilidad debería incluir el hecho de que nos deja clavados al suelo durante una cantidad de tiempo que pueden llegar a ser tres segundos, pero que en League of Legends sentimos como una eternidad y media. Salvo que no tenga aliados cerca, casi siempre que recibamos esta habilidad estaremos más que acabados.
Aunque las cajas de Shaco podrían estar aquí, lo de Teemo es ya algo personal. Todos los jugadores de League of Legends que empezamos durante las primeras temporadas hemos sufrido a este campeón de una forma demasiado habitual. Afortunadamente, ya no es muy popular y podemos caminar tranquilos por el carril superior sin tenerle miedo a unas trampas capaces de volatilizar barras de vida.
La visión impedida es una de las mecánicas más frustrantes de League of Legends y la utilización de la bomba de humo diferencia a un buen jugador de Graves de uno que no lo es. Quizá, de hecho, sea el detalle que acabamos de mencionar el que hace de este hechizo uno tan difícil de enfrentar, ya que jugar contra alguien que es capaz de utilizar perfectamente este campeón es un verdadero suplicio.
Por supuesto que League of Legends tiene alguna que otra habilidad más que puede sacarnos de nuestras casillas. La excesiva movilidad de LeBlanc o Ahri u otros hechizos de invisibilidad pueden ser verdaderamente frustrantes. Sin embargo, estas son las que más nos cabrean. Sabemos que el juego es mejor gracias a que existen, pero ni aun así logramos convencernos. En cualquier caso, este es uno de esos temas en los que no hemos querido ser objetivos: cada uno tiene sus propias fobias cuando se trata de saltar a la Grieta del Invocador o el Abismo de los Lamentos.