Estamos en uno de los momentos más emocionantes del año para los que seguimos el League of Legends competitivo... O al menos eso es lo que tocaría decir. La llegada del Mid Season Invitational siempre trae de la mano a los mejores equipos de cada competición regional, algo suficientemente interesante para hacer crecer la audiencia un 19%, pero que no quita para que la sensación entre los aficionados no sea tan visceral.
Claro que es interesante ver jugar a T1 contra RNG, a G2 contra el líder de la LCS de primavera en el clásico duelo atlántico, o a supuestas regiones emergentes como Vietnam. Pero para llegar a eso, hemos tenido que pagar un peaje de dos semanas de partidos prácticamente intrascendentes. ¿Merece la pena esperar meses por torneos internacionales para recibir esto?.
Un formato sin interés
La diferencia de nivel entre las tres principales regiones, y más bien entre las dos más top como son China y Corea del Sur no es culpa de nadie. Al menos, no de nadie que organiza el MSI. Es el resultado de muchos años de evolución del League of Legends competitivo. Pero no puede ser una excusa a la hora de que un formato carezca de interés en la gran mayoría de partidos.
El Mid Season Invitational ha de ser un formato distinto a Worlds, ya que le restaría protagonismo a este último. Por ello sólo van los campeones de cada liga, al estilo Recopa. No es en absoluto mala opción, ya que esto permite reducir los equipos clasificados, haciéndolo un torneo mucho más "fresquito", directo y conciso. El problema es que esa filosofía choca de frente con el formato usado.
Hemos tenido dos semanas con sendas fases de grupos. La primera, denominada de forma inequívoca como "grupos", tuvo a tres equipos invictos (los tres de las tres regiones históricamente más potentes). La segunda, llamada "rumble", enfrenta a todos los clubes clasificados en una segunda fase de todos contra todos. Una semana para tamizar a los peores equipos, otra para darnos los primeros duelos entre las mejores regiones.
Tal y como cuenta Christopher "Montecristo" Mykes, tras la conclusión de las dos primeras fases de grupos, se disputaron un total de 66 mejores de uno; 36 entre regiones "major" y "minor", es decir, equipos potentes y equipos tradicionalmente denominados "Wildcard". Pues bien, el resultado en esos mapas es de 33-3 a favor de las top, perteneciendo esas tres derrotas a la racha tan funesta de G2.
Se trata de una sobresaturación de mejores de uno totalmente abrumadora. La demostración es que en una temporada regular de LEC, que dura entre 8 y 9 semanas, se juegan 90. El MSI nos propone ver lo que sería 73% de los partidos correspondientes a una temporada regular de una liga regional en dos semanas, y siendo la mayoría de ellos prácticamente intrascendentes.
Y, de forma adicional, apenas tiene relevancia la mitad de lo que vemos en pantalla. No hay apenas drama, el combustible de toda competición profesional sea del deporte que sea, hasta el punto que G2 Esports puede perder 5 partidas seguidas en la segunda fase de grupos y aún así pasar como tercer clasificado.
Un síndrome de Estocolmo
Entonces... ¿Por qué tiene tanta audiencia el MSI? Creo que hay varias razones para ello. La primera y más obvia es que League of Legends es un esport tier S, es decir, que el público verá casi cualquier cosa porque es uno de los fenómenos más duraderos, bien producidos y con rostros familiares de todo Internet. Por si esto fuera poco, es un esport mundial, que se consume en la práctica totalidad del globo.
Pero indaguemos un poco más. Una de las razones que antes podemos argumentar es la relativa escasez de torneos internacionales. Aunque las mismas regiones sean siempre las que dominan, la realidad es que los equipos no siempre lo son. Esto hace que ver un RNG vs T1, posiblemente las dos organizaciones con más historia en League of Legends, no sea posible todos los años.
El aficionado está meses viendo partidos entre clubes de mitad de tabla en su región, o incluso ligas nacionales, esperando que llegue el Faker vs G2 o el debut de la nueva sensación en China. Los fans están ávidos de ver duelos entre regiones, y a las grandes estrellas del LoL mundial, después de muchos meses. Los 66 mejores de cinco son la ventanita con barrotes que el secuestrador nos permite después de portarnos bien unas semanas.
Y una propuesta de formato
¿Por qué funcionan las eliminatorias de la NBA, los playoffs de la NFL, los cuartos, semis y final de la Champions League? Porque hay drama. El que un equipo se pueda ir a casa y otro continuar su camino es la base del deporte profesional. ¿Para qué tenemos que ver un montón de partidos intrascendentes al mejor de uno en el MSI? Es como si la varianza del mejor de uno se intente corregir con un montón de partidos.
Pero por si esto fuera poco, en League of Legends ya estamos dispuestos a hacer uso de una de las mejores herramientas que tienen los formatos para cancelar dicha varianza: el formato de doble eliminación. Además de servir para rescatar a equipos potentes y que se merecen incluso ganar, como pasó con G2 en LEC, es una forma de tener más duelos y más relevantes entre Corea, Europa y China sin tener que inflar las fases de grupos.
Por eso, ¿porqué no empezar ya con un formato de eliminatoria con bracket inferior al mejor de cinco?. Se podría usar un seeding del pasado mundial y al principio tendríamos un G2 vs Order o un T1 contra Team Aze, pero posteriormente se iría concentrando el talento en un cuadro de aúpa. Cada partido importaría y seguiría siendo bueno para las regiones minoritarias. No en vano, jugarían un máximo de seis mapas, que es lo mismo que jugaron los japoneses de Detonation FocusMe o los brasileños de Red Canids.
Fotos de LoL Esports.