El debate cíclico sobre la toxicidad de League of Legends ha vuelto a estar a la orden del día por culpa del SoloQ Challenge. Con todas las miradas puestas en como avanza la competición de creadores de contenido, muchos jugadores aseguran haber experimentado demasiados comportamientos inadecuados en sus partidas. Compañeros que trolean, deciden abandonar la partida o se saltan todas las normas de Riot Games de forma impune. Las denuncias sobre la situación se suceden casi a diario. Sin embargo, un empleado de Riot Games España ha minimizado la prevalencia de estos problemas.
La percepción irreal de los jugadores de League of Legends
Edgar Medina lleva tiempo defendiendo que la situación del juego no es tan grave como a veces la percibimos. No debemos equivocarnos, pese a ser un empleado de Riot Games ha asumido que la realidad es que la mala conducta es uno de los grandes problemas que hay que solucionar. Sin embargo, ha señalado que los porcentajes en los que estas actitudes verdaderamente sancionables tienen lugar en las partidas de League of Legends no son tan altos como queremos ver. Un dato que extrae de la compañía y que ha querido comunicar a la comunidad.
El punto al que parecía querer llegar Medroid es que en muchas ocasiones pecamos de echarle la culpa a otros. Tras ver unas cuantas partidas de diferentes streamers ha percibido casos en los que echan las culpa a los aliados cuando sus malas acciones son efecto de un fallo previo cometido por el creador de contenido, comienzan con mala actitud generando un ambiente pésimo en el equipo o acusan a los demás de trolear cuando son ellos los que juegan una mala partida. En general un repertorio de algo que todos hemos hecho al menos una vez jugando a League of Legends.
Aunque el empleado de Riot Games ha lamentado su propia forma de comunicarlo al considerar que puede entenderse como un ataque a los creadores de contenido, asegura que su intención es abrir un debate que fomente la autocrítica. No es que los streamers tengan una actitud negativa por defecto o que sean más tóxicos que la media, si no que la mayor parte de los jugadores caemos en un problema de percepción y tendemos a magnificar el verdadero efecto de los compañeros de equipo o rivales con malas actitudes. Claro que existen y hay que eliminarlas, pero no tanto como todos pensamos.
Probablemente, la batalla de Medroid esté perdida desde el punto de partida. A la fragilidad y poca fiabilidad de los recuerdos hay que sumar muchos conceptos psicológicos. Cuando jugamos a League of Legends, es fácil caer en trampas como externalizar la culpa. Cuando salimos de línea con cinco asesinatos de ventaja suele ser porque somos buenísimos y nada puede pararnos, pero cuando es un rival el que ha conseguido hacerlo se debe a que nuestros compañeros están troleando o perdiendo a propósito. En general, se nos da mal asimilar que no todo depende de nosotros mismos.
Aunque queremos insistir que Edgar sí reconoció que League of Legends tiene margen de mejora en cuanto a la lucha contra la toxicidad, sería buena idea quedarse con una de sus citas más interesantes en esta conversación. En un intercambio de tuits con el compañero periodista Fernando Cardente, Medroid señaló: “Combatir la percepción es algo muy complejo; tendemos a coger lo negativo y multiplicarlo x10, y lo positivo lo normalizamos”. Una lectura que tiene mucho más de cierta de lo que algunos jugadores quieren asumir.