Era una crónica de una muerte anunciada, pero no deja de doler. Como cuando sabes que no van bien las cosas con tu pareja, y uno de los dos debe tomar la decisión de echarse a un lado. No habrá E3 2022. Ni siquiera en formato digital como venía sucediendo en los últimos años debido al coronavirus. Una pandemia que ha acabado por dar la última estocada a un evento que llevaba años en cuidados intensivos y parece que no ha podido resistir más.
Es un momento triste para quienes amamos los videojuegos, porque era como nuestro momento especial del año. Aquellas noches en las que reunirnos frente a la pantalla hasta las tantas y disfrutar de todas las novedades acompañados de un par de cervezas y una bolsa de Chettos Pelotazos. En el caso de los periodistas, también lo vivíamos de forma muy especial, incluso sin estar allí de forma presencial. Son los días más importantes del año, porque es cuando más visitas se generan y, su cancelación, también tendrá probablemente cierto impacto económico en nosotros.
¿Por qué se acaba el E3?
Llevábamos años viendo que el evento necesitaba un cambio de rumbo. La ESA (Entertainment Software Association) ha comprobado en los últimos años cómo ha perdido apoyos de empresas que eran eslabones vitales del evento de videojuegos más importantes del mundo. Primero se alejó Nintendo, luego PlayStation, también EA... todos hacían sus propios eventos paralelos en esas fechas, lo que hacía que el E3 en sí perdiera interés. Este año, cuando vimos que también se había cancelado el EA Play, la cosa pintaba muy mal.
Todo lo ocurrido en los últimos años nos hace pensar en una pregunta: ¿por qué se iban las empresas del E3? Era un evento ideal para los espectadores, porque todo se concentra en apenas unos días muy intensos. Pero, para las empresas, es todo lo contrario. Trabajos en los que llevas tiempo trabajando y preparando su anuncio, al final quedan sepultados ante montañas de información de otros títulos que le pueden llevar a hacer sombra. Hace unos años era diferencial "salir en el E3", últimamente, era simplemente estar porque toca para que a los minutos nadie se acuerde de ti porque han enseñado otro juego.
Es precisamente esto lo que pone en jaque el futuro del E3. La organización ha prometido que volverán en 2023 con más fuerzas, pero desde luego que el evento se debe replantear. Porque, aunque ofrezcan cosas nuevas, que no me cabe duda de que lo harán, sigue estando presente el "ego" de cada una de las compañías, y el dinero que mueven. Sony, Nintendo y Microsoft, por mencionar las first-party, se han dado cuenta de que no necesitan ningún gran evento para dominar el mundo mediático; y que incluso les basta con un evento digital como puede ser el Nintendo Direct o el State of Play en cualquier momento para mantener en vilo a internet.
¿Cómo se puede recuperar el E3?
Esa es la pregunta del millón. La ESA ha anunciado que volverá el año que viene para ofrecer un E3 renovado, pero ahora mismo parece difícil vislumbrar cómo debe enfocarse el evento para suscitar la atención que tenía hace unos años. La industria ha cambiado y evolucionado por otro camino bastante diferente al de la feria de Los Ángeles, así que tienen que adaptarse o morir. No queda otra si queremos que la llama del E3 no se apague definitivamente.
Ojalá tener la clave de lo que deben hacer, ya que eso probablemente nos convertiría en millonarios. Pero seguro que desde la ESA se están estrujando la cabeza para hacer posible ese regreso por todo lo alto. El público asistente debe tener bastante importancia en ello, ya que ahora parece que todo vuelve a la normalidad. También la dualidad de los anuncios con el mundo digital en el que vivimos, y poner a disposición de los jugadores demos o pruebas de los juegos que presenten: incluso aunque para ello haya que ver unos minutos de programación, en forma de recompensas, como se hace en Twitch en ocasiones.
Para ello es importante contar con la colaboración de las tres grandes, quizás con un día en exclusiva dedicada a cada una de ellas. Pero, en cierta forma, podemos decir que los videojuegos necesitan un E3. Un referente como los Oscar en el cine o los Grammy en la música.
Summer Game Festival: ¿La alternativa?
Casi sin tiempo de dedicarle respeto al cadáver, Geoff Keighley, organizador del Summer Game Festival, anunció que este verano regresaría su evento en junio. Lleva varios años haciéndolo; en 2021 lo hizo de forma paralela al E3 y, en el evento aparecieron anuncios importantes, como el tráiler de Elden Ring, entre otros.
No hay que quitarle mérito al también organizador de la gala The Game Awards, pero parece que lleva años luchando con fuerza para cargarse el E3 por intereses propios. Aunque, si algo ha dañado al evento de Los Ángeles es lo mencionado anteriormente y no un evento paralelo como este. Eso sí, este año nos servirá de placebo para aguantar la ausencia de la feria más carismática.
Eso sí, habrá que esperar para saber cómo se enfoca el Summer Game Festival. Su primera edición se alargó durante los tres meses de verano, resultando un auténtico sopor que ni mantuvo el interés ni del público ni de la prensa. De momento, no sabemos cómo funcionará esta edición pero, desde luego, ahora tendrá toda la presión del mundo al tener el papel de sustituir el E3. De momento, lo que tenemos es bastante miedo de que, como hasta ahora, el 80% de la programación se base en anuncios de empresas externas para llenar sus arcas durante la retransmisión, como ha hecho hasta ahora.