Cuando en 2020 se jugó la final de la Champions League, mucha gente no sintió esa final como la de los pasados años. Sin público ni personas animando, el partido no parecía ser muy entretenido y poca gente recuerda que es lo que ocurrió. El deporte sin público sigue estando bien, pero si no hay nadie ahí animándote cada vez que haces una buena jugada, no es tan emocionante como de normal.
Algo parecido pasa con League of Legends. La final de Superliga de este año por fin se llevó a cabo con público y la verdad que fue una verdadera olla a presión. Si bien en la Iberian Cup ya se pudo ver ese público tan entregado, es cierto que se trataba de un torneo con menor importancia como la Superliga de este año, recordada por muchos como la más esperada de toda la historia a pesar del resultado tan desbalanceado para el ganador.
Final desbalanceada pero con mucha pasión en la grada
La final enfrentaba a dos polos completamente opuestos: Por un lado teníamos a Fnatic Team Queso, con una filosofía muy metódica y siendo extremadamente dominante a lo largo de todo el campeonato con jugadores de enorme nivel y con recorrido como Baca, Bean o Rhuckz.
Por otro lado nos encontrábamos a Bisons, el equipo que apareció de la nada y enamoró a todo el mundo conforme avanzaba la liga gracias a su manera tan extravagante de jugar y el enorme nivel individual de cada uno de los jugadores con Myrwn como gran estrella del equipo aún siendo su primer año en una ERL importante.
Y es que la gente de Sevilla tenía ganas de League of Legends, ya que recordemos que la última vez que se jugó la final allí fue en 2019 y con un resultado que quedaría marcado por el resto de la historia: 3-2 para Vipers en un quinto mapa de infarto.
La Bisoneta estuvo presente
Desde el principio se veía que la mayoría se enamoró del equipo bilbaíno a través de un término que ya es historia como es el "LoL Champagne". Aunque no es lo único que tenía Bisons, ya que vinieron al recinto montado en la "Bisoneta", otra definición mucho más extendida en muchos deportes para referirse al apoyo que tiene el equipo a lo largo de la temporada.
Porque sí, Bisons sabía que tenía el amor de los espectadores y aumentaron aún más esta relación con pañuelos al más puro estilo San Fermín a las puertas del Cartuja Center para que el color rojo y el escudo predominase por encima de cualquier otra cosa.
Y así fue, tan solo con la presentación se veía quién era el favorito del público. Si bien había gente apoyando a Fnatic, es cierto que el fervor de todos los que apoyaban a Bisons ensombrecía a todo lo demás. No obstante cabe recalcar el gran amor de los espectadores en general por jugadores que han calado en Superliga como Oscarinin o Rhuckz.
Victoria para ambos equipos
Si nos ponemos a hablar del partido, poco hay que decir que no se haya dicho ya; Fnatic Team Queso rompió los sueños de Bisons en tres mapas claros y contundentes para la organización comandada por Dardo. No obstante, aunque el público no se viese del todo motivado, cada asesinato de los bisontes era un jolgorio entre los asistentes, por lo que no fue un mal rato para todos.
En cuanto acabó la serie, el público aplaudió con razón a Fnatic, pero la verdadera ovación se la llevó Bisons y su oleada de fans que marcó la diferencia desde el primer minuto de la final. La victoria en la Grieta del Invocador fue para Fnatic, pero en el corazón de todos los aficionados ganó el bisonte.