Hace ya un par de años me di de bruces con un proyecto de Kickstarter llamado Eiyuden Chronicle. Veteranos de la escena japonesa de los J-RPG se embarcaban en una aventura para crear un heredero espiritual de sagas históricas como Suikoden. Me embriagó su trabajo del píxel art, así como las ganas de abordar el género desde una perspectiva actual.
El kickstarter fue un éxito, y lo perdí de vista de forma consciente, ya que estos proyectos siempre necesitan bastante tiempo y quería volver a sorprenderme cuando apareciera. Pero cuando nos llegó la propuesta de jugar un par de horas a Eiyuden, no pude más que decir que sí. Imaginaos mi sorpresa cuando veo que no es Eiyuden Chronicle: Hundred Heroes, el proyecto principal, sino un spinoff llamado Eiyuden Chronicle: Rising y que aborda otro género algo más de nicho pero también capital de aquel tiempo, como los RPG en tiempo real 2D.
Una historia con un giro interesante
Hemos podido jugar un par de horas a una versión previa del título, tiempo más que de sobra para ver qué es lo que propone el Eiyuden Team. La premisa es simple, pero con algún punto bastante interesante: somos JC, una joven exploradora que emprende un viaje para conseguir un tesoro más grande que el de su padre, una tradición de iniciación en el mundo adulto que se sigue en su clan.
Llega a un pueblo en el que, tras un terremoto, se ha descubierto lo que parecen ser unas ruinas antiquísimas repletas de tesoros... Y también algún que otro monstruo. Parece que va a ser la típica historia, pero aquí es cuando conocemos que ese pueblo ha sufrido los estragos de los temblores, y ahora sufre una sobrepoblación por la enorme cantidad de cazatesoros que han llegado en busca de riquezas.
Nuestra primera charla con la alcaldesa nos descubre una inteligentísima maniobra por su parte. Los cazatesoros han de comprar una licencia carísima para aprovecharse del yacimiento... O bien completar una hoja de sellos de la siguiente forma: cada ciudadano tiene el sello, y nos dará uno por cada favor que les hagamos. De esta forma, se justifican unas mecánicas de reconstrucción de la ciudad que son puntales del título.
Repetir para crecer
A nivel jugable, se combina el crecimiento del pueblo con un combate y exploración del que sólo hemos tocado la superficie. Las zonas van creciendo en complejidad a medida que ganamos herramientas que van desde un canguro compañero que rompe piedras con su espadón, a dobles saltos o picos para extraer minerales preciosos.
Tendremos un botón de ataque para cada personaje, a pesar de que sólo usaremos a uno durante la acción. Esto implica que el botón de ataque fuerte, propio del segundo personaje, se puede usar tanto para el cambio de PJ como para enlazar golpes en combos. Una flexibilidad que queremos ver crecer en etapas posteriores del título.
Recorreremos los niveles durante muchas veces, lo que puede causar algo de hastío en ciertos jugadores, pero el sistema de progresión y misiones secundarias en el pueblo hacen que esto sea muy atractivo para quienes no podemos dejarnos nada por hacer. Poco a poco el juego va creciendo hasta que se consigue un bucle jugable rápido y agradable.
Lo tendremos en el radar
También hay que destacar algunos aspectos como la traducción al castellano, cargada de humor y puntazos. De igual forma, también se nota el trabajo en la personalidad del pixel art de los personajes principales, así como el toque minimalista pero bonito en los fondos.
Estas horas nos dejan con ganas de más, porque queremos saber si pasará algo muy especial al completar nuestra tarjeta de sellos. A pesar de que mecánicamente podemos exigirle algo más a los jefes, o que los combates son triviales hasta donde hemos visto, especialmente si mejoramos nuestro equipo y subimos de nivel, Eiyuden Chronicle: Rising es una agradable sorpresa.