El pasado domingo, tuvimos cita con una época más simple, banal y feliz como era 2011. IlloJuan pudo reunir a los jugadores más míticos de la creación de contenido de hace 10 años y algunos de la actualidad para crear un torneo de Call of Duty: Modern Warfare 3. El resultado en realidad daba igual, porque lo importante fue ver de nuevo a diferentes personas juntarse de nuevo para jugar uno de los títulos que dio vida a YouTube en sus inicios.
Y es que no solo fue el torneo como tal, fue también toda la atmósfera que envolvía la competición y las risas que nos echábamos con nuestros amigos del instituto cuando veíamos el último video de Willyrex sacándose la MOAB en Dome.
La vieja y la nueva escuela: Una combinación explosiva
Siempre ha sido un golpe de nostalgia volver a ver a nuestros "ídolos" de nuestra preadolescencia en los juegos que lo vimos crecer de manera exponencial como es el Minecraft en Alexelcapo, League of Legends en Knekro o Revenant o, en este caso, Staxx con el Modern Warfare 3. Pero también ha sido muy bonito ver como dos generaciones totalmente distintas se unían en un juego dónde por activa o pasiva pasaron bastante tiempo dentro de él.
IlloJuan y sus dos colegas, Guille y Andrés, no eran nada famosos en aquella época y lo único que hacían era ver el vídeo de sus Youtubers favoritos a la hora de comer, hacer los deberes y unirse a una partida los tres juntos para viciar hasta la hora de cenar. Ahora, estos tres adolescentes juegan con quien un día fueron referentes, y es maravilloso ver ese choque de generaciones tan grande unidos por un juego que en realidad era bastante simple e injusto.
Toxicidad y partidas desbalanceadas, la verdadera esencia de Modern Warfare 3
No nos vamos a engañar, si Modern Warfare 3 saliera hoy día sería uno de los shooters más desbalanceados e injustos de la actualidad. Si no tenías una ACR con silenciador (Que hacía más daño que sin él), una PP90 con doble cargador o una MP7 con cargador ampliado no te podías sacar apenas buenas partidas. Además, si sumamos que el matchmaking de las partidas era en algunos momentos abusivos tenemos una combinación que tiene un resultado común: La Toxicidad.
Porque sí, MW3 era uno de esos juegos que eran pura toxicidad, y todos nosotros lo éramos porque la época incitaba a serlo. La partida de Juan en Nuketown frente al equipo de Alphasniper y compañía reflejaba perfectamente lo que era el juego en 2011: El primero que campeara el spawn enemigo ganaba la partida. ¿El resultado? Todo el equipo de Juan comentando el asco que daba el otro equipo y lanzando rayos y centellas a todos sus rivales. Obviamente todo era en coña, pero sigue siendo gracioso como se picaban por lo injusto que era el juego.
Aunque se hayan retirado siguen teniendo el toque
El torneo finalmente fue para el equipo de Staxx, Soki y compañía; algo que era bastante de esperar viendo el pedazo de equipo que eran cada uno de ellos. Algo que quiero recalcar de ambos equipos es, sobre todo, el enorme nivel que han mostrado en la final, recordando a cuando viciaban hasta 8 horas al día para sacar un vídeo diario. Willyrex en la actualidad no es santo de mi devoción por diferentes temas, pero ver como se hacía una ronda entera con escudo y tomahawk me tocó dentro, como cuando el crítico de Ratatouille probaba la sopa hecha por Remy que le recordaba a momentos de su infancia con su madre.
Cada una de estas personas se han ido por un camino u otro en la vida, pero creo que IlloJuan ha conseguido sacar esa chispa adolescente de todos ellos con un torneo tan nostálgico que duele, ya que ves a muchos de ellos muy maduros y piensas que la vida va a pasar igual por todos. Ver a Outconsumer volver a Modern Warfare 3 me hace muy feliz, pero me lo hace mucho más cuando veo todo lo que ha conseguido y la familia que ha creado a lo largo de todos estos años. Nunca viene mal mirar hacia atrás y ver lo felices que éramos cuando nuestra máxima preocupación era el examen de integrales, porque viendo lo hecho polvo que está el mundo en la actualidad, estos pequeños momentos son los que merecen verdaderamente la pena.