Después de aparecer originalmente en Borderlands 2 y protagonizar el que muchos jugadores recuerdan como el mejor DLC de la historia de la saga, Tina Chiquitina regresa el próximo 25 de marzo con su propia aventura: Tiny Tina’s Wonderlands. Un spin-off de la disparatada saga de Gearbox que le da las llaves a su personaje más surrealista para transportarnos a través de un disparatado viaje de fantasía. Nosotros ya hemos podido jugar unas cuantas horas, y esperamos con ganas la llegada de su versión definitiva a sistemas PlayStation, Xbox y PC.
Una partida de rol con Tina Chiquitina
Como en la expansión protagonizada por Tina Chiquitina, el juego nos transporta a una partida de rol en la que este personaje ejerce como director de juego. Nos sumergimos en la imaginación de una niña crecida en el yermo de la saga Borderlands para estar completamente sometidos a sus designios. Tina ha mejorado un poco como ‘game master’ desde el lanzamiento de su DLC, pero no esperéis grandes cambios en su forma de actuar: esta partida de rol en un mundo medieval se caracteriza por los cambios de última hora, las escenas desenfadadas y la necesidad de repartir plomo a montones contra cualquier enemigo que se ponga por el camino.
Todo en Tiny Tina’s Wonderlands recuerda a la saga original. Gearbox ha tirado de sus argumentos de confianza volviendo a ofrecernos un arsenal prácticamente infinito en el que podremos encontrar armas de lo más variadas que se generan con base en un número finito de posibilidades aleatorias. Centenares de dispositivos para dar muerte a los enemigos que, si ya encajaban con los importantes toques RPG de la franquicia, esta vez son todavía más interesantes al combinarse con un nuevo sistema de caracterización de personajes.
Hemos dejado de ser un buscador de la cámara para convertirnos en un Labradestinos. Un nuevo héroe que podemos crear a nuestro gusto partiendo de seis clases disponibles que parecen bien diferenciadas y cuentan con nuevas habilidades. Al habitual árbol de mejora de estadísticas y obtención de talentos se une ahora un sistema con variables clásicas del rol de meas como fuerza, destreza o inteligencia que nos permitirán personalizar todavía más la forma en la que encaramos el combate.
En esta fase de pruebas pudimos acceder a dos clases diferentes y, mientras una me dejó completamente horrorizado al no adaptarse para nada a mi estilo de juego, la otra me hizo darle un par de vueltas al fragmento del escenario que teníamos a nuestra disposición. Una buena señal que nos invita a pensar que Tiny Tina’s Wonderlands tendrá espacio para todos los jugadores. Desde los más cabezones que, como yo, solo quieren pegar lo más fuerte posible con sus armas hasta los hechiceros que buscan lanzar sus poderes tantas veces como sea posible. Por el medio, con una amplia gama de grises con tanques, clases híbridas y multitud de alternativas.
Tampoco es nuevo en Borderlands el hecho de que sus personajes sean lo más disparatado y divertidamente entrañable que hemos conocido. Como es habitual, el humor roza el ridículo y no siempre da en el blanco, pero el hecho de contar con Tina como directora de juego es una garantía de que disfrutaremos de buena parte de unos diálogos surrealistas que, eso sí, se valorarán mejor una vez tengamos en nuestras manos la versión final del juego.
Todo lo bueno y malo de Borderlands
Tras seis años de espera desde la segunda entrega, Borderlands 3 refinó la fórmula del éxito de la franquicia con unos cuantos soplos de aire fresco que, junto al tiempo que habíamos estado esperando una continuación, fue más que suficiente como para obviar el continuismo. Sin embargo y a con unas pocas novedades por probar, la falta de innovación es uno de los elementos que más le podemos reprochar a nuestras horas con el juego.
La fórmula de la saga Borderlands es absurdamente divertida y eso hace que, por definición, Tiny Tina’s Wonderlands sea una experiencia en la que vamos a invertir decenas de horas sabiendo que vamos a pasárnoslo como un niño en una juguetería. Sin embargo, esto también implica la vuelta de algunos de los elementos menos agradables del título. Hay momentos en los que la pantalla se satura con demasiados elementos de forma innecesaria o en los que no se se aprovechan algunas excusas narrativas que encajaría perfectamente en la partida de rol de Tina.
Nada es particularmente molesto, pero con un tiempo prudencial transcurrido desde el lanzamiento de Borderlands 3, estaría bien haber visto progresos algo más llamativos para acompañar a los nuevos sistemas. Todo sea dicho, en esta versión solo hemos podido jugar en solitario, donde las situaciones algo más pesadas se hacen mucho más evidentes que en las partidas cooperativas. Una situación que no ha evitado que tengamos ganas de echarle el guante al juego en cuanto esté disponible para preparar su análisis completo.