ElXokas ha decidido que durante el próximo mes de marzo tendrá la osadía de tomarse un fin de semana de vacaciones. Tres días consecutivos de descanso que no encadena desde las festividades navideñas. El pasado mes de enero hizo retransmisiones durante un total de 247 horas dejando solo dos jornadas en blanco y este febrero solo ha fallado un día, acumulando 202 horas de directo en poco más de tres semanas. Un trabajo que, haciendo los cálculos rápidos, se aproxima a las 60 horas semanales.
Las normas no escritas de Twitch
La situación de ElXokas no es única. Ibai Llanos ha tenido 23 días libres desde que comenzó el año 2021, el contador de Knekro se queda en 22 y AlexElCapo ha sido uno de los más generosos con su tiempo asignándose 44 jornadas de descanso. Para establecer una comparación debemos saber que, lo habitual en trabajos de 40 horas es acumular aproximadamente 140 días libres por año. Esto presuponiendo un escenario de 5 jornadas a la semana de trabajo con 30 días naturales de vacaciones y festivos. Condiciones que sabemos que no siempre se cumplen.
“Estoy mazo estresado y no quiero hablar de nada con nadie (…) Me voy a pillar unas pequeñas vacaciones un fin de semana de marzo”, comentaba Xokas en una retransmisión en directo mientras se explicaba en tono de disculpa. “Sé que soy un afortunado y hago lo que me encanta… y estoy contento con ello”. Como si el hecho de que te gustase tu trabajo y tengas la fortuna de superar con mucho los ingresos medios de la mayoría de los españoles no implicase poder estar agotado. Porque nadie me mirará raro si hablo con mi jefe de tomar vacaciones, pero algún runrún habrá cuando lo hace un creador de contenido.
Una de las preguntas lógicas sobre esta situación es por qué demonios los grandes streamers no se toman vacaciones cuando es obvio que pueden permitírselo. Sin embargo, las ausencias de los creadores de contenido suelen derivar en una pérdida de espectadores y suscriptores. No solo es el dinero que dejan de ganar mientras están fuera, también la sensación de tirar por tierra buena parte del trabajo realizado para engrosar las reproducciones en su canal. A veces, incluso existen acuerdos con un número de horas de retransmisión entre la plataforma y el trabajador.
En su tono burlón, ElXokas explicaba “No he stremeado ayer: mil subs menos. Así es este juego, no stremeas un día a la mierda te vas. ‘No pero los streamers podéis coger vacaciones cuando te dé la gana’… y una mierda. Cuando tryhardeas y quieres ser el mejor, no”. Algo más serio era Evangelion: “Me da ansiedad tomarme vacaciones y no estar stremeando. Yo creo que es una de las cosas más jodidas de gestionar si eres steamer, necesitar un descanso y sentir que no puedes tomártelo”.
La propia Twitch también tiene sus problemas como plataforma. Si el tema de las vacaciones es un drama para los creadores de contenido gigantescos que podrán seguir manteniendo un buen nivel de vida incluso perdiendo el 10% de sus espectadores, para los streamers ‘pequeños’ supone la diferencia entre vivir de ello o no. Más todavía si tenemos en cuenta que la plataforma no tiene ninguna mecánica para permitirnos descubrir nuevos streamers y casi toda la visibilidad depende de contar ya con un elevado número de visualizaciones.
Amazon no se ha molestado en crear un sistema que nos ayude a detectar la vuelta de vacaciones de los creadores de contenido a los que sigues. Una herramienta que no podría ser más sencilla de gestionar y que incluso podría trabajarse con sus ‘partners’. Sin embargo, no hay muchas vueltas que darle al motivo: los streamers pierden, pero todas esas subs acaban llegando a otros creadores por lo que la compañía no tiene que esforzarse lo más mínimo ante la evidente falta de una competencia que pueda plantar cara.
Cuestión de algoritmos
La situación en YouTube no es mucho mejor. Tenyasha es un creador de contenido de League of Legends enfocado a la creación de vídeos que acumula 421.000 subscriptores entre sus canales. Compagina un trabajo de 40 horas semanales con la gestión de estos espacios: uno para guías, otro para ‘gameplays’ y el tercero para la actualidad del juego. En su caso no depende económicamente del contenido, pero vivió una situación similar cuando quiso reducir el ritmo de vídeos.
“Que si redes sociales, que si directos que si grabar videos. Algunas veces hago cuatro vídeos al día (…) Todo esto más algunas reuniones con marcas, alguna cosita por el estilo, algún viaje que he tenido que hacer. No descanso, me paso los siete días de la semana currando. Que sí, no es lo mismo hacer lo que hago en YouTube que lo que hago por la mañana y mucha gente lo compara con ir a picar a la mina. Ni mucho menos (…) pero es demasiado. Llevo mucho tiempo así y no quiero aguantar así”.
Para bajar el ritmo decidió recortar su contenido, subiendo menos videos. Sin embargo, tuvo que tener una precaución adicional: “Estaré más o menos una o dos semanas bajando un poco el contenido hasta subir directamente un video al día. Lo hago así porque si no YouTube me pega una paliza, hablando claro”. Una situación que, por supuesto, llevó a un sobresfuerzo que no quería hacer. Sin embargo, no se puede dialogar con un algoritmo programado para ofrecernos novedades de forma constante.
De este modo, los creadores quedan presa del desprecio constante de las plataformas por su tiempo de trabajo. Por una cultura que trata de sobrexplotar la gallina de los huevos de oro y no hace nada en absoluto por el bienestar y la salud mental de los que siguen haciendo que estas plataformas tengan sentido. Son los dueños de la pelota, deciden a qué hora se puede jugar y cuáles son las normas, olvidándose de que el partido solo se disputa porque los niños siguen bajando al parque.