Los esports están plagados de varios males, pero entre ellos, el peor seguramente sea hacer trampa. Y es que además de estropear la experiencia de los jugadores inocentes que se cruzan en su camino, también estropean su propia experiencia. Un tramposo no puede entender ni apreciar plenamente una merecida victoria y la adrenalina de una racha de partidos siendo imbatible o ganar un torneo en la última ronda.
Afortunadamente en Valorant, los desarrolladores están haciendo un trabajo bastante bueno y tan pronto como se lanzó el juego, se pusieron a toda marcha con Vanguard para proteger a la comunidad. Siempre hay tipos inteligentes que se las arreglan para pasar desapercibidos, pero no es comparable a lo que puedes encontrar en CS:GO. Sin embargo, recientemente encontramos a nuestro tramposo favorito de la semana o incluso del mes. Un jugador vietnamita ha decidido hacer trampa utilizando un aimbot en plena competición y obviamente fue atrapado con un castigo XXL.
Evidencia abrumadora y un archivo procesado rápidamente
El jugador en cuestión es Tất Cẩm “Nomsenpai” Khôn, jugador de Ice Cee Jay Too que participó en la VCT 2022 Stage One: Vietnam Open Qualifiers. Obviamente, la escena vietnamita no es comparable a la escena europea o americana, además de que este jugador tampoco es uno de los pesos pesados de la liga. Sin embargo, tal comportamiento en la competencia sigue siendo impactante. Riot Games ha decidido imponer un ban de 36 meses (3 años) en todas las competiciones de Riot y no lo volveremos a ver pronto en los servidores. Esperemos que su paso por la nevera le permita ganar madurez para reflexionar sobre las consecuencias de sus actos que no sólo le han afectado a él. No está claro si todo su equipo fue cómplice, pero obviamente fueron expulsados del torneo.
No hace falta hablar de presunción de inocencia o intentar defender lo indefendible. La evidencia es abrumadora y gracias al video presentado anteriormente, entendemos por qué fue enviado la protesta. Como se puede ver, Nomsenpai estaba siguiendo una Jett que estaba huyendo, hasta que su aimbot automático le jugó una mala pasada y apuntado sus tiros al enemigo del fondo, que estaba detrás de una pared y no era visible. Los vietnamitas no tenían forma de saberlo y no tenían motivos para cambiar abruptamente de enfoque al abandonar su objetivo inicial. Traicionado por su propio software de trucos, el karma le golpeó donde más le duele.