El comportamiento de los jugadores de League of Legends puede llegar a ser muy difícil de explicar. Pese a que Riot Games ha abierto la mano a la creación de aplicaciones que nos permiten conocer todos los datos sobre el juego, muchos miembros de la comunidad siguen basándose en las percepciones sobre el poder de los personajes para decidir cuáles son los mejores campeones del momento o qué objetos elegir para cada uno de ellos. Las modas gobiernan el juego, y pocos ejemplos tan claros ha habido de esta situación como la inesperada irrupción de Corki.
El campeón que contradice a la comunidad de League of Legends
Atendiendo a su popularidad durante toda la pasada temporada, Corki es uno de los personajes olvidados por excelencia. Apenas se eligió en un 2% de las partidas de media si contabilizamos todas las versiones introducidas en el juego durante la segunda mitad del año pese a registrar una tasa de victorias que llegó a situarse en valores superiores al 53%. Sin embargo, el campeón está sufriendo un gigantesco repunte en cuanto a utilización en el carril central durante las últimas semanas. Todo gracias a la trampa tendida por una nueva construcción de objetos.
La elección de ítems en cuestión consiste en crear una combinación de daño físico y poder de habilidad que optimice tanto como sea posible el daño de los cohetes lanzados con la definitiva. Así, combina una primera mitad de la build basada en daño físico con Manamune e Hidra Voraz con una segunda parte basada en el poder de habilidad gracias a la elección de Tempestad de Luden, Llama Sombría y Bastón del Vacío. Al resultado no se le puede echar en cara no ser espectacular, ya que da la impresión de que así se convierte en el personaje más poderoso de todo League of Legends.
Sin embargo, cuando contrastamos estas primeras impresiones con la realidad, nos llevamos un gran chasco. Esta nueva versión de Corki no solo no es más poderosa si no que ha causado importantes perjuicios al personaje. Sin que el campeón haya recibido cambios en el último parche y viendo cómo se reducía el poder general de muchos de sus posibles rivales, su tasa de victorias ha descendido en un 1,2%. Diferencia motivada en buena medida por los entre cuatro y ocho puntos porcentuales menos en su probabilidad de ganar una partida de League of Legends con estos objetos.
Lo curioso de esta nueva construcción de objetos es que su ineficiencia ha sido premiada por la comunidad. En apenas unos días el campeón ha logrado duplicar su tasa de elección en el carril central incluso si es una alternativa mucho peor que su construcción tradicional que llevaba meses sin llamar la atención de los jugadores. Una moda que ha llegado a League of Legends sin visos de permanecer durante mucho tiempo y que, en el mejor de los casos, solo es buena en situaciones concretas.
Los desarrolladores ya han explicado varias veces como las sensaciones de los jugadores son contradictorias con respecto a las estadísticas y que incluso los jugadores profesionales toman decisiones subóptimas a la hora de elegir los objetos y runas de sus personajes. Una teoría que los ha llevado a enfrentamientos con la comunidad, pero que parece demostrarse de nuevo haciendo evidente que las preferencias en cuanto a campeones son una cuestión de modas.
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