En el sector, desde hace tiempo, se libra una batalla entre el poder del mercado digital y los nostálgicos de los juegos físicos. Una guerra que las editoras se empeñan en inclinar hacia un solo lado, como evidencia servicios que proliferan o, como es el caso, juegos como Halo Infinite
El juego estrella de Xbox está disponible en Game Pass pero, para quienes no estén adheridos al servicio o para los coleccionistas de la saga, también hay una edición física. El tema es que si insertáis el disco en vuestra consola, parece más puro atrezzo que algo real.
Así lo cuentan desde Digital Foundry, donde explican que al meter el disco de Halo Infinite en la consola, comienza una descarga adicional obligatoria para empezar a jugar. Y sale un aviso de que "el disco no contiene un título jugable", lo que impide que se ejecute hasta que no se haya producido la descarga. Así que, si esperabais tener una cita rural con Spartan 117, vais a tener que conectaros a la red previamente.
Así que, como ya se han hecho eco los fans, es el primer juego de la saga Halo que no podremos tener como copia independiente. No podremos jugar -al menos la primera vez- sin conexión a internet. Y, si en algún momento del futuro se impide descargar contenidos, el disco quedaría totalmente inutilizable porque está 'vacío'. Una muestra de la, para muchos peligrosa, tendencia que se está tomando en la industria.
Esto no empaña del todo que Halo Infinite sea una experiencia maravillosa, tanto en su multijugador, como en su campaña protagonizada por el Jefe Maestro, de la que os hablamos en nuestro análisis.