Si algo aprendes rápidamente cuando llevas a cabo retransmisiones en directo, es que el proceso es mucho más costoso de lo que parece. No me refiero a lo que significa ponerse a hablar delante de una cámara o someterse a las opiniones del chat. Ese proceso no tendrá demasiadas complicaciones para quien, como yo, sea un desvergonzado orgulloso de su condición. Hablamos de lo puramente económico. Nos han hecho creer lo contrario, pero los diseñadores no comen visibilidad y los buenos equipos rara vez pueden encontrarse a precios de saldo.
En ese sentido, mi obsesión siempre ha sido el sonido. Podía tener los peores emoticonos, hacer más o menos gracia o descuidar las redes sociales. Sin embargo, mi deseo era que cualquiera que entrase a la retransmisión en directo no se marchase por falta de calidad. En ese sentido, pude cumplir una de mis grandes ambiciones cuando recibí el micrófono EPOS B20 por parte de la marca para llevar a cabo un análisis del producto.
Sencillo de usar, pero mejora si lo configuramos
Una de las características que busco en un micrófono es que sea sencillo de utilizar. En este sentido, el EPOS B20 viene con la premisa de estar listo para utilizar en el mismo momento en el que lo conectamos. Sin embargo, estaríamos cometiendo un error si simplemente conectamos el cable USB a nuestro equipo y nos ponemos a utilizarlo esperando que así seamos capaces de sacarle todo el partido.
Esta situación se debe en buena medida a una gran capacidad de captura que debemos moderar de forma manual si no queremos el sonido se sobrecargue generando una mala experiencia para los espectadores. Todo es cuestión de bajar la ganancia en los propios controles físicos del dispositivo o el panel de Windows. En ese sentido, no debemos asustarnos si al saltarnos este paso no sonamos como esperaríamos.
A esto podemos añadirle funciones algo más personalizadas y detalladas utilizando el software creado por EPOS que, por supuesto, es perfectamente compatible con este micrófono B20. En él vamos a encontrar diferentes patrones de captura que se ajustan al uso que le demos al dispositivo y que nos permiten sacarle algo más de brillo, dando algún pequeño salto de calidad con respecto a un rendimiento ya excelente de por sí.
De lo bueno lo mejor: todo al alcance de la mano
Lo bueno es que una vez hayamos creado nuestra configuración de sonido perfecta todo va a quedar al alcance de nuestra mano. El micrófono cuenta con una rueda de volumen que nos permite ajustar el nivel de audio de Windows, una tecla para silenciar muy accesible (que por ejemplo no tenía mientras usaba mi anterior micrófono) o una rueda de ganancia que nos permite hacer los ajustes necesarios en plena retransmisión.
Además, tenemos acceso a cuatro patrones de captura que habilitan diferentes receptores en el micrófono y se ajustan a varias necesidades. Utilizamos el panel frontal cuando estamos solos, el omnidireccional si necesitamos un gran rango de captura, la configuración estéreo si compartimos mesa o el bidireccional para conversaciones frente a frente. Estos detalles son casi un estándar en los productos premium, pero también un cambio muy agradecido cuando venimos de una gama de calidad inferior.
Una estructura sólida, aunque con un pequeño gris
Otro de los detalles interesantes del micrófono es su acabado. Pudiéndose utilizar también anclado a cualquier tipo de brazo de sujeción, nosotros nos hemos decantado por situarlo coronando el escritorio. El resultado es satisfactorio, tiene un pie que apenas ocupa espacio en la mesa y que se eleva unos 30 centímetros sobre la superficie de apoyo, quedando a una altura perfecta para su captura de sonido en cualquiera de los formatos que nos permite estar cómodos mientras hablamos.
En este sentido también destaca por tener una estructura pesada que da sensación de robustez, aunque hemos encontrado en varias ocasiones un pequeño problema: la tuerca que sostiene el micrófono en su pie puede aflojarse si lo movemos demasiado generando sensación de inestabilidad. Una pequeña nota negativa que empaña un acabado que hubiera sido perfecto atendiendo a todas sus características.
En esta estructura encontramos también espacio para un jack de 3,5 mm que nos permite llevar a cabo varias funciones. Entre ellas destaca la posibilidad de derivar todo el audio de Windows a esta entrada o la de escuchar nuestra propia voz para llevar a cabo ajustes rápidos. Alternativas que pueden venir muy bien a la hora de asegurar la calidad de una primera retransmisión en directo con el micrófono EPOS B20 o mantener el control del streaming en todo momento.
El precio de dar el salto
La calidad de sonido es una de las mejoras más costosas que podemos hacer para las retransmisiones en directo. Se trato de algo que en mi caso personal tiene una importancia superlativa y he agradecido enormemente poder utilizar este micrófono en mis últimas retransmisiones. Sin embargo, debemos saber a lo que nos atenemos: cada pequeño paso adelante en este departamento puede ser realmente costoso.
En el caso del EPOS B20 podemos encontrarlo a unos 178 euros en Amazon. La inversión la iremos agradeciendo conforme vaya pasando el tiempo, especialmente cuando nos veamos en situaciones en las que tenemos que hacer uso de sus características más específicas. Es un producto lanzado de forma muy reciente que se sitúa a la altura de los más competentes del mercado a un precio atractivo teniendo en cuenta que hablamos de un micrófono de gama alta.