Volvamos un momento al clasificatorio del Valorant Champions Tour en Latinoamérica Sur, que se jugó el pasado julio para dar acceso a la parada Masters en Berlín. En pleno Haven, Kaos Latin Gamers y Meta Gaming se juegan el acceso a las semifinales del Upper Bracket. El marcador no para de igualar dígitos y llegamos al Overtime, 13-12 a favor de KLG.
En plena ronda 26, KLG se queda con una jugadora que tiene que jugar al retake en el punto de A. Sabe que sus dos adversarios la están esperando con bomba plantada, listos para recibirla con un chorro de balas. Pero en menos de cuatro segundos pasan cuatro cosas: mata al primero, mata al segundo, empieza a desactivar la Spike y a los comentaristas se les sale el corazón del pecho. Lo que no saben es que Constanza “Conir” Reyes, esta jugadora chilena, se está marcando la jugada mientras escucha reguetón, porque la anima, y ni siquiera está jugando con su agente principal.
No es la primera vez que vemos a una jugadora competir en un equipo mixto de Valorant, pero tampoco existen muchos casos más allá del Evil Geniuses de Potter. En gran medida por eso, es difícil no prestar atención, pero el valor de Conir va más allá. Es por su largo recorrido desde la versión 1.5 de Counter-Strike que ahora podemos verla con un posicionamiento y puntería envidiables. Quizá también, como decía en una entrevista con Kam1kaze, porque hasta 2020 tuvo que jugar a 60 Hz, asumiendo así un extra de esfuerzo que ahora es una lluvia de resultados y talento.
Conir arrancó en Valorant tirándose a la piscina de cabeza. Primero desde el circuito femenino, con Australs Female, pero pasando a jugar para KLG como suplente a la que le llegó la oportunidad. Con ellos consiguió ganar la final del clasificatorio del VCT para Latinoamérica Sur, finalmente, aunque más tarde el quinteto perdería los playoffs de toda LATAM frente a Australs y 9z Team.
Riot Games ya suma múltiples apuestas por el Valorant femenino
La controladora es un ejemplo de lo que puede llegar a suceder con tantas otras mujeres que se han lanzado a la competición. Los tres torneos del Game Changers en NA, que han ofrecido 50.000 dólares en premios cada uno, han visto competir a más de 30 equipos en cada edición. Y todavía han sido más en EMEA, que no ha tenido 50.000 euros de recompensa hasta el tercer encuentro y que, aun así, presentaba alrededor de 50 equipos en cada clasificatorio. El equipo femenino de Cloud9 White, que ha conseguido despuntar como ningún otro, se ha colado incluso en el top 100 de jugadores mejor pagados según Esports Earnings. Todo un despliegue de recursos y de interés que, sin duda, nace de la gran apuesta que ha hecho Riot Games por la escena femenina del shooter.
Las jugadoras están lanzándose a la aventura y, mires a donde mires, todo el mundo suele tener la misma impresión: la escena femenina de Valorant aún tiene mucho camino por recorrer, pero aun así ya es de lo más prometedor que hayamos podido ver en esports.
Conir, mientras tanto, ya ha cumplido uno de sus sueños, llegando a ser considerada jugadora profesional en un equipo mixto. Pero aún queda otro, que es llegar a jugar para un equipo conocido. De momento tiene ofertas en el escenario femenino de Brasil, pero tiene claro que si sale de su región será para embarcarse en un equipo mixto. Y música no le falta, pero hambre tampoco.