Cuando los aficionados de Counter-Strike: Global Offensive estaban ya esperando el comienzo del primer Major tras dos años de parón debido a la situación sanitaria, su disputa quedó en el aire debido a las dificultades para asegurar la presencia de todos los jugadores en Estocolmo. Aseguraron los organizadores que había planes alternativos para su celebración que certificaban que tendría lugar, sin embargo, la situación de incertidumbre no era plato de buen gusto tras la larga espera. Unas circunstancias que parecen haberse aclarado en las últimas horas.
El último acuerdo pendiente para quedarse en Suecia
El problema principal con Suecia estaba ligado a la legislación excepcional relacionada con la COVID-19 y las exenciones que realizaba a la hora de llevar a cabo eventos deportivos. En ellas no había ningún apartado que tuviera en consideración la celebración los esports, algo que se ha modificado con motivo de las presiones de los organizadores y de la propia alcaldesa de Estocolmo al gobierno. De esta forma, se ha aceptado una excepción que relaja el concepto “competición de élite” y aumenta “las posibilidades de albergar eventos internacionales de élite de deportes electrónicos”.
Pese a la garantía de entrada al país de todos los jugadores, todavía quedaría por determinar un punto que los organizadores del Major han señalado como imprescindible: el público presencial. El gobierno sueco autoriza actualmente una presencia máxima de 300 espectadores en eventos interiores. Una cifra poco ambiciosa para los responsables del torneo que esperaban que la vuelta del público presencial fuera algo más notable teniendo en cuenta el avance de la campaña de vacunación.
De este modo, se ha dado el primer paso imprescindible para la celebración en Estocolmo del próximo gran torneo de CS:GO. Sin embargo, todavía quedarían por resolver unos cuantos flecos siempre con la amenaza de que el evento termine disputándose en otra ciudades europeas que no han tenido problemas para asegurar las condiciones demandadas por Valve y PGL. Una solución no deseada por ninguna de las partes que ya tuvo lugar cuando The International 10 abandonó la ciudad para apostar por Bucarest, en Rumanía.