Probablemente nunca te hayas parado a pensarlo, pero en un título con tantos jugadores como League of Legends es muy fácil que encontremos perfiles de lo más diversos. Una realidad que une mundos enfrentados y que puede hacer que policías y ladrones acaben compartiendo equipo y objetivos de forma imprevista. Se trata de una situación evidente, pero rara vez tenemos pruebas tangibles de ello. Sin embargo, en un caso en el que la realidad del juego permeó a nuestro mundo, hemos podido conocer una historia totalmente real más propia de una película de Hollywood.
Un policía, un ladrón y la cultura china de League of Legends
La historia se desarrolló en un cibercafé. Yihao Zhang es un policía chino que decidió pasar sus horas fuera de servicio echando unas partidas con amigos en este lugar de reunión social. Sin embargo, al mismo local llegó un jugador extraordinariamente habilidoso. Concretamente, uno de los primeros clasificados en uno de los servidores más antiguos del país. Algo que le motivó a levantarse para ver en vivo y en directo como encaraba las partidas este prodigio de League of Legends.
En China, cuando un jugador de este nivel llega a un cibercafé es habitual que se pronuncie su nombre de invocador y el asiento a través de la megafonía, de forma que para Yihao Zhang no fue difícil hacer de espectador. Una situación curiosa y agradable que, sin embargo, comenzó a complicarse cuando se dio cuenta que el rostro del jugador le resultaba familiar. Una mala señal que finalmente le hizo caer en la cuenta de que se trataba de un criminal buscado por un reciente delito de asalto.
Tras identificarlo y verificarlo para estar seguro, el policía fuera de servicio contacto con varios compañeros de trabajo aprovechando la situación favorable. Su sospechoso no se iba a ir a ningún lado y tenía tiempo como para buscar la forma de actuar. Así, con algo de paciencia, dos miembros del cuerpo de seguridad de la ciudad procedieron a la detención del jugador por el delito de asalto.
Ser criminal y destacar nunca es una buena manera de asegurarse una vida longeva fuera de prisión, aunque probablemente nadie esperase que tener un rango extraordinariamente alto pudiera ser motivo de arresto. Como curiosidad, el policía tuvo que perder la partida que estaba jugando tras quedarse AFK: tenedlo en cuenta la próxima vez que vuestros compañeros os abandonen.