Aunque fue uno de los cambios más sonados de League of Legends, las modificaciones a la grieta con la aparición de los monstruos épicos elementales no tuvieron tantos efectos en partida como Riot Games habría esperado. Todo se quedó en una mecánica interesante que ofrecía mejoras visuales más que llamativas. Sin embargo y aunque en un número muy limitado, hay ocasiones en las que el alzamiento de un determinado elemento puede llegar a ser decisivo y dejarnos en una muy mala posición.
El hecho de que sea cuestión de suerte y que los jugadores no puedan saber cuál será el elemento que gobierne la Grieta del Invocador a partir del tercer dragón hacen casi imposible plantear nada a su alrededor. Una crítica repetida a Riot Games que, pese a todo, no ha evitado que varios jugadores vivieran un momento de lo más absurdo mientras disputaban una partida para conseguir una jugada increíble en el sentido más literal.
El desafortunado protagonista fue un Zed que buscaba una jugada a la desesperada para tratar de paliar la evidente desventaja de su equipo. Una situación que se tradujo en una paciente espera en el arbusto hasta que, para su sorpresa, el abrupto cambio climático del mapa con la aparición del Dragón Infernal acabó haciendo desaparecer la maleza en la que se ocultaba justo cuando tres rivales pasaban por ahí. Una aparición misteriosa provocada por una modificación que casi no ha tenido relevancia en League of Legends y que pagó toda su intrascendencia contra un solo jugador.
La reacción de los jugadores a la situación deja clara la incredulidad con respecto a esta. Lo cierto es que poco puede hacer el bueno de Zed para protegerse, siendo la única opción haberse dado cuenta un poco antes y procesar la nueva condición de los arbustos para salir corriendo a tiempo. Una buena metáfora de League of Legends: más vale tener el cambio climático presente antes de que nos lleve a la autodestrucción.
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