Tras iniciar la cámara y darle al botón de grabar, Huke se sentó frente a ella para contar su historia. El jugador es una verdadera institución en la competición de Call of Duty y cuenta con una dilatada experiencia competitiva comenzada en 2014 cuando apenas había cumplido 15 años. Sin embargo y pese a estar todavía activo, tenía muchas cosas que contar sobre los últimos meses de su carrera y el cúmulo de decisiones que llegó a hacer que no disfrutase de su victoria en la copa del mundo.
Anfetaminas para estar en la élite
Apenas hay que esperar cuatro minutos para entender porque el momento había tenido un sabor amargo. “Fue sobre todo por una cosa. En ese momento ya estaba tomando Adderall. Llevaba tomándolo de forma intermitente desde los 18 o 19 años. Esa noche me di cuenta de lo que me estaba haciendo y, bueno, esto no es cómodo de decir… pero básicamente no me estaba haciendo nada bueno”.
El Adderall es el nombre comercial más habitual de un fármaco basado en las anfetaminas y cuya utilización médica se centra en el tratamiento de los trastornos por déficit de atención o narcolepsia. Un energizante con efectos secundarios negativos a largo plazo capaz de potenciar la atención que se ha convertido en uno de los medicamentos más dispensados de todo Estados Unidos y sobre el que siempre ha habido sospechas de su utilización en la escena competitiva de Call of Duty.
El jugador compara su éxito con los triunfos que consiguió cuando todavía tenía 16 años y estaba completamente sobrio, asegurando que esa sensación era imposible de expresar en palabras, pero que desde entonces nunca ha sido igual. La pérdida le llevó a un proceso de razonamiento sobre como el Adderall le estaba haciendo sentir enfadado de forma permanente, “incluso con la gente a la que quería”.
El consumo del fármaco siempre ha ido relacionado con problemas de conducta e infelicidad. Sin embargo, desde que lo abandonó fue presionado en varias ocasiones debido a su nueva actitud. Desde entonces, algunos jugadores incluso difundieron rumores falsos sobre él asegurando que estaba consumiendo "drogas psicodélicas”.
Una reflexión con final feliz
Afortunadamente para el jugador, ha sido capaz de mantener su modo de vida saludable y abandonar toda relación con el Adderall sin dejar por el camino la competición de Call of Duty. Huke explica en el final del video que el consumo del fármaco esta extendido en la comunidad competitiva generando la clásica premisa de “si ellos lo hacen yo también”, generando una presión contra los jugadores por perseverar en la conducta destructiva.
Al menos, en su caso personal, dice haberse demostrado a sí mismo que “no lo necesita” incidiendo en la existencia de “alternativas saludables”. Además, afirmar que quiere ser “un buen ejemplo para los niños y las próximas generaciones”. Una historia cuyo final ha sido una vuelta a la titularidad en Los Angeles Thieves de cara a las próximas semanas de competición.
Sin embargo, esto no debe ocultar la realidad: algo tiene que cambiar en la comunidad de Call of Duty si el precio de estar en la élite es el consumo generalizado de un fármaco que puede llegar a ser tremendamente destructivo.
*Cuando hablamos del Adderall, lo hacemos desde la perspectiva del sobreconsumo, uso reacreativo, dopaje y automedicación. En ningún momento debe entenderse este artículo como el consejo de romper con la medicación recetada por un profesional de la salud.
Activision ha confirmado que Call of Duty no aparecerá en el E3 2021. En cambio, se espera que se lleve a cabo un evento en el juego junto con el lanzamiento de un nuevo mapa de Warzone.
