Arcane, la serie animada del universo de League of Legends, ha sido confirmada como uno de los lanzamientos estrella de Netflix este año 2021. Riot Games juega en campo visitante para enfrentar por primera vez en su historia el lanzamiento de un producto que, aunque relacionado, es ajeno a los videojuegos. El desafío es superlativo y los pasos de la desarrolladora con esta primera aventura en lo referido a lo audiovisual pueden decidir el futuro de su deseado universo cinematográfico.
No abundan los datos sobre la nueva serie, pero son suficientes como para saber algunos detalles a partir de los cuáles solo podemos hacer una cosa: imaginar cómo sería nuestra Arcane perfecta. Todavía tenemos meses por delante hasta que finalmente se estrene y todos sabemos que el hype no va a hacer más que aumentar hasta el día que finalmente podamos verla. Por eso, y porque todavía nos quedan unos cuantos meses de espera, hoy os vamos a traer nuestros cinco deseos para la que esperamos sea nuestra nueva serie favorita.
Arcane debe aprovechar su propio conflicto
Piltover es una de las grandes ciudades del universo de Runaterra. La cuna de campeones como Vi, Caitlyn, Ezreal o Seraphine. Sin embargo, como todas las grandes urbes, tiene su contraparte oscura: Zaun. Ambas localizaciones formarán el núcleo narrativo de una historia que se contará tanto a través de sus personajes como de sus entornos. Una zona en conflicto que abandonó la simbiosis previa para representar los problemas en las relaciones centro y periferia que también se dan en el mundo real.
Riot no puede esconderse del conflicto más real de League of Legends y debe presentar planteamientos que ahonden en las diferencias entre los originarios de una y otra zona sin caer en el simplismo. Sabiendo que por delante tenemos la historia de Jinx y Vi, hermanas que responden a los valores de una y otra localización, el equipo creativo va a tener que saber surcar los ríos tóxicos de las zonas de la Zaun más profunda.
Las oportunidades que dan ambas zonas para contar una historia en la que el universo de Runaterra se sienta real son infinitas, siempre y cuando Riot Games no se pase de tibia. Arcane pide un conflicto prácticamente político desde el mismo momento en el que se eligió su localización
Rica en personajes secundarios
Otra de las grandes exigencias que debemos tener con Arcane es que no todo sea la historia de los campeones. Todos tenemos ganas de saber más sobre los personajes principales de League of Legends, pero tenemos una ocasión única para entender que los ha hecho ser como son. Sus valores y objetivos son, en cierto modo, definidos por el entorno social y la gente que les rodea. Lo ideal, por lo tanto, sería conocerlos en la mayor medida posible.
Así, además de saber más sobre los orígenes de los campeones que saltan en cada partida a la Grieta del Invocador, esperamos que Riot Games nos sorprenda con acompañantes bien trabajados que hagan evolucionar la trama y se desarrollen tanto a sí mismos como a sus compañeros. Es un ingrediente básico de una buena narrativa. En esencia, queremos irnos de la serie habiendo conocido nuevas figuras entrañables que no necesariamente forman parte del videojuego.
De momento, la serie parece ir por este camino y se nos ha presentado incluso un personaje que apunta a principal y protagoniza la toma destacada del último tráiler. Sin embargo, tenemos clara una cosa: queremos muchísimo más.
Fidelidad al lore
Arcane será una historia original relacionada directamente con el lore del juego. Es decir, toma un punto de partida previo que nos explica el origen de los campeones. Queremos descubrir sus motivaciones e incluso ver algunos capítulos destacados como el atraco de Jinx a las Criptas Eclípticas, uno de los bancos más seguros de Piltover y conocer algo más de sus, hasta ahora, misteriosas motivaciones para sembrar el caos.
Junto con Vi y Caitlyn, tenemos uno de los triángulos de personajes relacionados más extraños de Runaterra y sabemos por los tráileres que será uno de los aspectos destacados de toda la serie. Sin embargo, entre el hype por descubrir exactamente los sucesos que las llevaron a acabar en la Grieta del Invocador también se esconde un cierto temor a que las libertades creativas acaben con una historia con la que ya nos hemos encariñado.
Queremos un “antes” libre, donde hagan todo lo que los creadores estimen oportuno para llegar al punto en el que se desarrollen algunos hechos reconocibles de forma relativamente similar a lo que ha sucedido.
Combinar el espíritu de las cinematográfico con los diálogos
Suena incluso contradictorio. Sin embargo, es necesario. En Arcane queremos buenas escenas de acción que sigan el ejemplo de los videos cinematográficos que se han lanzado en League of Legends. Al final, fueron estos los que nos hicieron desear con todas nuestras fuerzas lo que está a punto de ocurrir y sabemos que la desarrolladora es capaz de dirigirlos bien. Además, esperamos que no sufra problemas como Castlevania (también de Netflix) donde la animación en estos momentos no es tan fluida como esperaríamos.
El problema es que esta acción desenfrenada de puro deleite visual debe aparecer en su justa medida. Lo más interesante de una serie animada de Runaterra es conocer a los campeones desde otro punto de vista que debe desarrollarse a través del diálogo. Tampoco es que le pidamos a Riot Games el detalle de las cuatro primeras temporadas de Juego de Tronos, pero sí que sepa elegir a sus referentes para desarrollar la trama.
El público mayoritario de League of Legends lleva años acompañando al juego y se ha hecho mayor. La desarrolladora debe entenderlo y adaptarse, midiendo bien los tiempos y evitando que queramos pulsar el botón de avanzar diez segundos.
Solo un primer paso
Todavía no sabemos cuál es la intención de Riot Games con Arcane, los capítulos que tendrá la primera temporada o si existirá una segunda. Sin embargo, hay una cosa que tenemos clara: queremos muchas historias de League of Legends. El universo de Runaterra siempre ha dado la impresión de ser un mundo muy poco explotado pese al inmenso trabajo que tiene detrás y ahora que eso está a punto de cambiar, tenemos infinidad de posibilidades por delante.
Ilusiona saber que seremos testigos de la historia de Jinx, Vi y de las nuevas narrativas creadas para la serie de animación. Sin embargo, no queremos ver a una Riot Game con visión de túnel. La historia que se nos cuente no debe opacar la infinidad de ellas que estamos esperando y el más que probable éxito debe de dar paso a nuevos proyectos en los que recibamos más historias de League of Legends.
Así, esperamos que Arcane sea un primer paso. El final con el que soñamos es el de una historia autoconclusiva que nos invite a explorar otras historias de la misma región o, directamente, un cambio geográfico.
Y vosotros, ¿qué le pedís a Arcane?