El mundo del fútbol europeo está actualmente tirtando tras el anuncio de una noticia que afecta a los mismos cimientos de este deporte profesional: la creación de una Superliga cerrada, controlada por sus doce clubes fundadores. La recepción de dicha iniciativa ha dado para mucho, e incluso nos ha dado tiempo a plantearnos cómo afectará esta Superliga a los videojuegos de fútbol. Hay aficionados que han visto este anuncio como el advenimiento del apocalipsis, y otros que lo han visto con buenos ojos. Lo que es seguro es que esta Superliga cambia el fútbol europeo de muchas formas.
Y, sin embargo, si analizamos este movimiento desde la perspectiva de los esports y, en concreto, de League of Legends, no podemos evitar sonreír. ¿Por qué? La realidad es que en este ámbito estamos mucho más acostumbrados a ver el surgimiento de ligas cerradas. De hecho, ya en 2018, Riot Games decidió adoptar esta organización para la mayoría de las ligas principales. Es este movimiento el que provocó el cambio de marca de la LCS EU a LEC, a la vez que suponía la sentencia de muerte para la Serie Challenger. Lo mismo ocurre con la LCK y Corea del Sur, que se despidieron de los Challengers Korea a finales de 2019.
De hecho, hoy todo el panorama internacional se basa en este mismo principio y... funciona.
Entonces, ¿por qué han entrado los futbolistas en shock?
Liga Abierta vs Liga Cerrada, el eterno debate
De hecho, la creación de la Superliga de Fútbol reaviva un conocido debate en el panorama de League of Legends que enfrenta a los fans de la competición contra los absolutistas de la sostenibilidad económica.
Por un lado, las ligas abiertas es cierto que ofrecen el mejor entorno competitivo, al menos en teoría, porque permiten la participación de cualquier equipo, siempre que logren clasificarse a través de un torneo de promoción. Estos torneos eran precisamente las Challengers Series, que permitían a los equipos clasificarse para la LCS, mientras que las equipos a su vez corrían el riesgo de ser relegados a categorías inferiores.
Este equilibrio es, sin duda el más justo, pero, económicamente hablando, dista mucho de ser favorable para los equipos punteros. Efectivamente, el hecho de pertenecer a la liga uno de una región es un argumento sólido para convencer a potenciales patrocinadores y socios, mientras que el riesgo de un descenso es casi un clavo en el ataud, por aumentar la posibilidades de salida de estos mismos inversores. Con esta lógica, las ligas cerradas aseguran que los clubes fundadores sean inmutables y no tengan que preocuparse por un posible descenso, dando mucha más tranquilidad y estabilidad a los equipos.
Y es probablemente por eso que la LEC, LCS, LCK y LPL ahora son ligas cerradas. Porque este es el modelo que permitió y aún permite la mejor sostenibilidad de los esports de League of Legends.
Por supuesto hay diferencias, ya que la participación en la Superliga no exime de la participación en las ligas locales, por ejemplo, pero la base, al menos, es la misma.
La elección de ligas cerradas
¿El mundo del fútbol se ha inspirado en League of Legends? Estas dos preguntas sin duda quedarán sin respuesta, pero lo cierto es que la Superliga adopta un formato muy similar a las ligas LoL. Sin embargo, las motivaciones detrás de su creación parecen significativamente diferentes.
Por un lado, y aunque a veces nos gusta olvidarlo, el mundo de los esports sigue siendo un nicho. Y, aunque League of Legends reúne más y más espectadores delante de la pantalla cada año, todavía estamos lejos, muy lejos de las cifras que suelen conseguirse en el mundo del deporte, y en especial del fútbol. Cada día los esports están más de moda, el ecosistema crece día a día, pero el objetivo número uno es siempre la sostenibilidad de la disciplina. El objetivo, que ha sido el mismo durante 10 años, es hacer que LoL esport perdure en el tiempo, permitiendo que las organizaciones crezcan económicamente. Y, en este sentido, las ligas cerradas posiblemente ofrecen el mejor modelo para cumplir este propósito.
Sin embargo, en lo que respecta al deporte, y especialmente al fútbol, las cosas son bastante diferentes. Porque estamos hablando de una disciplina estructurada desde hace décadas, con federaciones oficiales, una legión de patrocinadores y apoyo del gobierno. Ciertamente, ante la ausencia de estadios y venta de entradas, los equipos de fútbol están atravesando un período de escasez, como lo demuestra el FC Schalke 04, que planea vender su plaza en la LEC para garantizar la supervivencia de todo el club. Además Riot es la organizadora de la competición, mientras que en la Superliga quien organiza son los propios equipos, por lo que no son situaciones precisamente iguales las de los esports de LoL y la Superliga. Si hubiera sido la UEFA quien organizase la competición sería mucho más sencillo (y similar al LoL), pero no es así.
Por eso, detrás de toda esta competición hay un interés económico puramente egoista por parte de los equipos participantes en la Superliga ¿es eso suficiente para justificar la creación de una liga cerrada? ¿es ese realmente el camino a seguir?
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