Con una apuesta particularmente arriesgada, Resident Evil 7 ha logrado la hazaña de transformar por completo la saga de Resident Evil en un survival horror en primera persona. No es nada sencillo realizar cambios tan drásticos dentro de franquicias tan consolidadas, porque el grueso de los jugadores acude a ella precisamente porque posee una serie de características que les atraen. Imaginaos, por ejemplo, que Uncharted cambiase ahora a la primera persona, a caballo entre un shooter y Mirror's Edge. Podría funcionar, sí, pero es algo muy arriesgado que Naughty Dog no va a hacer.
No obstante, Capcom sí que sacó valor para adecuar esas bases y reglas establecidas en tercera persona para dotar de personalidad propia a una entrega que contará con su propia trilogía, que ha logrado sacar a relucir a un nuevo protagonista con la misma fuerza, por ejemplo, que Leon (por nombrar a alguno) y que ahora además se ha atrevido hasta a dar otro nuevo paso: rechazar a los zombis y los monstruos clásicos de la saga para abrirse al vampirismo, a los hombres lobo, las brujas y los pueblos malditos.
Gracias a una presentación especial, hemos podido pasar una hora a solas con Ethan Winters para ver qué nos depara esta nueva obra, Resident Evil Village que nos sitúa muy alejados de aquella casa de la familia Baker. Ahora, toca adentrarse en una tierra maldecida y habitada por todo tipo de monstruos que claramente se han escapado de la mitología de género clásica del mundo del cine y de las leyendas más primitivas del folklore y el horror.
El pueblo maldito
Si estás al día de las noticias que van saliendo sobre Resident Evil 8, sabrás entonces que la historia de Ethan Winters no hizo más que empezar con Resident Evil 7. Si bien en aquella obra debíamos ir en busca de su mujer, Mia, ahora toca quitarse el traje de marido y ponerse el de padre para ir en busca de Rose, su hija (esto es muy Resident Evil 4, por cierto, porque en ambos juegos se va a buscar a una joven a un pueblo que está infestado por criaturas y monstruos). Ethan, tras la muerte de Mia, emprende un viaje hacia Europa del Este para dar con Rose y, de paso, con Chris Redfield, el responsable de la muerte de su mujer. No se nos han dado todos los detalles de la historia y de cómo llegamos a ese pueblo o aldea, puesto que Capcom nos planta en medio de la acción. Pero más o menos podéis suponer que llevará una dinámica similar a la que vimos en Resident Evil 7: siguiendo una serie de pistas y un rastro terminamos allí.
Village, ciertamente, no se separa demasiado de lo que experimentamos en Resident Evil 7 si lo miramos de manera general, pero es cuando entramos en detalles cuando vemos realmente. La ambientación y atmosfera de la séptima entrega era realmente espeluznante. Daba verdadero miedo entrar en las estancias y deambular por la mansión de los Baker, porque aunque no fuera nada nuevo (los anteriores Resident ya lo habían hecho), Capcom dio con ciertas claves para aumentar ese terror y que aún más pronunciado. Ahora bien, con Village tenemos algo diferente. Ese terror de la séptima parte se podía, digamos, lograr con cierta facilidad debido a que prácticamente todo eran espacios cerrados y oscuros, que son dos condiciones casi imprescindibles para la mayor parte de los productos de género. Ahora bien, ¿recordáis lo que hizo Ari Aster con Midsommar? Pues en cierto modo, jugar a Village, nos ha recordado a esa experiencia de horror...
Aquí los espacios son más abiertos, más luminosos (sin llegar a ese punto de Aster, por supuesto) y permiten que el jugador tenga más espacio para moverse en caso de ser atacado (aunque no siempre). No obstante, la sensación de estar constantemente acechado por licántropos y sentir esa maldición que rodea el pueblo que en cualquier momento puede acabar con nosotros, es lo que hace que Village se desmarque del resto de entregas. Transmite el mismo terror, pero de forma absolutamente diferente. Y eso, como decíamos, en una saga tan manida, tiene su mérito.
Por supuesto, a pesar de que haya zonas más abiertas, también las hay cerradas. Y todas ellas repletas de algo que os resultará muy familiar: los puzles. No faltarán rompecabezas que resolver durante la aventura, nos ha quedado claro con lo poco que hemos podido jugar a esta obra. Su funcionamiento también seguirá bastante en la misma línea: recolectar una serie de piezas que forman una escultura o un mosaico, conseguir herramientas para abrir puertas, etc.
Acción, inventario y exploración
Para aquellos que se quejaban un poco de la acción de Resident Evil 7 diciendo que no había suficiente o que había poca variedad de enemigos, además de un arsenal un tanto amplio para los pocos tiros que se pegaban. Todo eso se acabó, porque la octava entrega viene cargada de plata y de plomo. Plata para los hombres lobo y plomo para que no nos falte de nada. Ethan Winters se convierte en esta entrega en Leon para soltar disparos a diestro y siniestro. La acción será uno de los puntos fundamentales de Village. Capcom ya lo venía avisando, pero una imagen vale más que mil palabras. Los licántropos no se parecen en nada a cualquier otro tipo de enemigo al que nos hayamos enfrentado en el pasado: son rápidos, son inteligentes y son duros de roer. Además de ir cargados con armas, atacan en grupos y casi siempre tienen como objetivo principal rodearnos, por lo que necesitaremos muchas balas (que hay en cantidad) y zonas para crear estrategias.
Ahí es donde también entra en juego algo fundamenta: la gestión del inventario. Si sois veteranos en la saga entonces sabréis que gestionar adecuadamente nuestros recursos es vital para poder continuar con vida. Si que es posible que eso fuera algo que se tenía que hacer más en dificultades más altas, debido a que los enemigos eran más poderosos. Pero en Village nos ha dado la sensación de que ya se parte de una dificultad elevada. Es decir, que el juego es exigente con los jugadores y que busca precisamente que se aprenda a gestionar esos recursos como la munición, las curas, etc. Y eso lleva a que el juego, claramente, invita a la exploración.
Como os decíamos, las zonas de Resident Evil 8 son un tanto más amplias a pesar de que también posee los típicos pasillos y zonas más angostas, para remarcar más esa sensación de opresión y realzar ese género en primera persona que se ha seleccionado para la aventura. No obstante, tanto el Castillo como la Aldea poseen múltiples caminos que pueden llevar a los jugadores por muchos lugares repletos de sorpresas. A veces satisfactorias y, a veces, puede que necesitemos tener un teléfono cerca por aquello de llamar a la ambulancia. Por los sustos, más que nada.
Por supuesto, para los que quieran ir más rápido e ir a tope con todo, habrá una tienda a la que recurrir en determinados puntos tal y como ocurría en Resident Evil 4. El mercader en este caso será El Duque, y ejecutará la misma función que cualquier otro comerciante: nos dará armas, nos permitirá mejorarlas y tendrá muchos más ítems a disposición. Nada que no se haya visto ya en los tráilers y demás.
Ah, y eso lo hemos dejado para el final: si queríais Lady Dimitrescu no os preocupéis, porque tendréis para rato. Esta nos perseguirá y acosará por su castillo a modo de Tyrant Mr. X e intentará atraparnos para matarnos. Ahora ya no hace tanta gracia el personajes, ¿verdad? Es una figura que no podía faltar y más después de ver lo bien que tiraron en su momento Némesis y el ya mencionado Tyrant. Eso sí, como siempre, cada cual tendrá sus características.
Ficha completa
- Género: FPS / Survival-horror
- Fecha de lanzamiento: 7 de mayo de 2021
- Plataformas: PC, PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S, Stadia
- Desarrolla: Capcom
- Precio: 49,99 €