Vender trampas para juegos está mal, ya que es una forma de entorpecer la experiencia de los jugadores. El problema llega cuando hay usuarios que compran este tipo de contenidos para ganar de forma ilícita, y quienes lo venden ganan el suficiente dinero como para tener un garaje lleno de cochazos de lujo. Pero la policía de China no se ha quedado quieta y ha ido a por la empresa que se considera como "la mayor vendedora mundial de trampas de videojuegos".
Las cifras son un escándalo. Se han detenido a 10 de sus miembros y se han confiscado más de 40 millones de dólares en activos. Los tramposos, como vemos en BBC, operaban bajo el nombre de "Chicken Drumstick" y vendían trampas para todo tipo de juegos como Call of Duty, Overwatch o CS GO. Tenían hasta precios de suscripción que oscilaban entre los 10 y los 200 dólares al mes.
La foto de los coches de portada no es casualidad ya que, como parte de la redada, la policía ha tomado la posesión de 46 millones de dólares en activos, incluyendo varios coches de lujo y otro tipo de caprichos que los vendedores de esta empresa ilegal con productos falsificados y con el objetivo de hacer trampa en varios de los juegos multijugador más populares del mercado.
Que se incauten coches de lujo y se genere esa millonada vendiendo trampas nos hace ser conscientes de un problema que, quizás no creíamos presente como tal en la industria de los videojuegos. Un problema que no radica solamente en quienes lo venden. Vemos cómo a lo largo de la historia, los deportes se han visto puestos en entredicho por asuntos de dopaje y en los esports se está procediendo en algo similar para tener una ventaja sobre los adversarios. Y más ilógico aun es que consumidores que no compitan paguen suscripciones por ganar engañando a sus contrincantes... y a sí mismos.
Estaremos atentos a más posibles detalles sobre esta operación policial y la posible desarticulación de la banda, aunque mucho nos tenemos que quien hace la ley, hace la trampa y viendo lo lucrativo que es el negocio, haya muchas empresas similares por el mundo a las que nadie esté dando importancia.
Foto de Weibo